Desesperacion.

1577 Words
POV Nicolás No podía comprender aunque me estaba hablando, solo me daba gana de reír, es que es tan rara y hermosa, (¿hermosa? Suerte que solo lo pensé). — A ver, a ver ¿de qué me estás hablando que no entiendo aún? — le pregunto yo aun en mi confusión. —Cuando tropezamos... — comenzó a decir. —Corrección, me tiraste— la interrumpo, y me mira con cara de asesino serial. —Ok, como digas... — intenta darme la razón—¨''Cuando te tire''—lo dice retorciendo los labios, y de una manera muy sarcástica —. Se me cayeron mis libros… — Los míos también— lo digo de manera muy obvia —¡Ya déjame hablar hombre! —y yo solo que la interrumpía para verla molesta, y parece que lo logre. — Ok, dime. — Y sin querer o no sé, si querías. En fin, te quedaste con unos de mis libros, devuélvemelo. —lo dice más en forma de amenaza que de súplica. — Yo mejor me voy — dice Nicole, no sé siempre me pasa, no me acordaba que estaba aquí, para nada. —Hasta luego, fue un placer conocerte, ¿Hadashad? ¿Verdad? — Creo que ni yo me acordaba de su nombre, y como es tan difícil mejor le voy buscando un apodo. —Si, ¡así me llamo! — Afirmo ella, sin quitar la mirada de mí—Y no sé si decir lo mismo, pero adiós—esta chica es un caso. —Ahora sí, explícate mejor ¿Vale? — le digo mostrando mis manos en forma de paz, para que le bajara a la intensidad. —¿Vas a seguir con lo mismo? Solo devuélveme mi libro y ya—su cara ahora es de agotamiento total, y de un momento se veía media pálida. —Ok, lo busco y te lo regreso— acepte para no hacer la cosa más grande, y además si sabía que lo tenía, solo esperaba que viniera por él. —GRACIAS—lo dice alabando al cielo. —Pero con una condición — me miro con una cara de sorpresa, pensando que ya había ganado, se le saldré con un as de más. Creo que me voy a divertir un rato. —Perrrrdón— hace una gran o con sus labios — ¿Cómo es que dices? Así, perdonada —me estoy divirtiendo viendo su cara — Pero es mi libro—mueve la Cabeza de ambos lados, como si lo que está diciendo es tan obvio. —Entonces, ¿Lo quieres o no? — esta vez lo digo con más entonación. —¿Qué quieres? —Creo que se dio por vencida. —Que me acompañes a un lugar— no sé ni que estoy haciendo, pero la verdad ya no estoy pensando claramente. —Jajajá, contigo ni a la equina. En todo caso porque no llamas a la rubia desteñida de tu novia, yo sé que iría encantada— ahora creo que la que se está burlando es ella. —Porque la que quiero que vaya eres tú y punto — lo digo con firmeza. —Específicamente ¿A dónde? Y ¿A qué? — pregunta, pero no me dice que sí. —No te diré. Y no te preocupes, no es a un psicólogo, aunque bien que lo necesitas — no pude aguantar la risa. —¡¡Estúpido!! —me da un golpe en el brazo. — Awwwhh — aún me estoy riendo, es tan graciosa — ¿Entonces? ¡Make up your mind!.(decídete) — Se lo digo en inglés, y me quedo allí esperando respuesta. POV HADASHAD. —Ok, creo que me merezco este castigo por ser tan descuidada—yo y mi aire de superioridad. —¿Crees que salir conmigo es un castigo? — no sé si veo indignación, burla, o reproche. Pero de que herí su ego, lo herí. — Creo que eres un aburrido, engreído, mujeriego, vago... —Ya basta, — me detuvo, haciendo señas con las manos de que me callara— Tú decides, ¿quieres tu jodido libro o no? — su tono de voz ya no es tan suave. Y se me hacía en serio, que, si no, no volvería a ver mi diario de nuevo. — Está bien — al fin sedo— ¿Cuándo y dónde? — creo que un juego entre dos era mucho más divertido. Quien sabe y después de esto no tendría que verlo nuevamente. Y a que eso es obvio que no va a pasar. —Luego te digo, hasta entonces— des despide de mí, con un gesto de manos. —Por favor no lo leas, es muy personal todo lo que hay en él, te lo suplico — alcanzo a decirle antes de que se retirara. —Uhhhh está bien — Es lo último que dice y se retira. En otro lugar… Casa de Hadashad. —Buenas tardes, mamá— le grito mientras voy subiendo a mi cuarto. —Hadashad, esperat... — la escucho gritarme, pero le hago el menor caso, sigo mi camino a mi cuarto, y me gana la frustración, no hago más que tirarme de golpe a la cama, tapar mi cara con la almohada, y gritar, sacar toda la frustración de tantas cosas que me sucede, apenas un primer día y todo esto me tiene que pasar a mí... Algunos pensarían que no es la gran cosa perder un libro, pero estaba mi vida escrita allí, sin duda, tenía que recuperarlo rápido. Después de todo decido bajar a cenar, porque conociendo a mi madre ella misma vendrá a buscarme si no lo hago. — Hola, mamá—le doy un beso en la mejilla mientras ella está frente a la mesa lista para cenar. — ¿Por qué no habías bajado en todo el día? Ni siquiera sé cómo te fue en tu primer día de clases. — me dijo ella sirviéndome la cena. —Lo siento mamá, estaba ocupada organizando algunas cosas, y me fue muy bien gracias—que gran mentira. Pero si decía lo contrario me comenzaría a rellenar de preguntas, las cuales no tenía ánimo de responder. —Qué bueno, hija, Ya vamos a cenar mejor— y gracias a Dios la conversación termino allí. Me encuentro en mi cuarto y no hago más que pensar en este día y en porque ese chico quiere salir conmigo, parecerá estúpido, pero ya no sé si me dijo su nombre o simplemente se me olvido, si así de despistada que soy. 2 de la mañana y la verdad no sé qué me ha estado pasando durante estos últimos días que me siento tan mal... Tengo unas náuseas horribles, me duele todo el cuerpo. No aguantó más y empiezo a quejarme, la verdad no quería preocupar a mi madre, pero ya no sé si pueda con esto… —¡Mamá! — la llamo con las pocas fuerzas que me quedan, siento en ese mismo instante que me dan unas ganas inmensas de vomitar que no la pude aguantar, y salgo corriendo hacia el baño... Unas arcadas horribles, me siento tan débil y siento que no podre mantenerme en pies, en el instante que entra mi madre, creo que ahora mismo está más pálida que yo, si es eso posible... —Hija, por Dios ¿Qué te pasa? — me ayuda a ponerme de pie y a llegar ay lavabo. — Mamá, no sé, me siento, no sé, muy mal, no sé qué me pasa— logró decir con las pocas fuerzas que tengo. —Ven vamos a cambiarte, voy a llevarte al médico, hija, ven— me lleva hasta el cuarto y saca unos jeans un poco sueltos, un suéter azul y un tenis blanco... Llevamos aproximadamente 5 minutos que salimos al hospital y aún no llegamos y cada vez me voy sintiendo peor. —Mamá, por favor date prisa—logró decir entre el dolor y la angustia. —Ya llegamos hija, cálmate ¿sí? —dice mi madre con la voz temblorosa. —Un médico por favor— grita mi madre en el pasillo del hospital. —Que pasa señora— se acerca una enfermera de algunos 35 años o menos. —Necesito que alguien atienda a mi hija, Me dice que le duele mucho su estómago y no para de vomitar y está muy mareada— mi madre lo dice tan de prisa por los nervios que no sé cómo la enfermera logró entender. —No se preocupe ya la atenderemos — dijo la enfermera saliendo a toda prisa a buscar a alguien más que nos ayude. En eso veo como dos camilleros se acercan con una camilla y me ayudan a subir a esta, mi madre intenta avanzar conmigo, pero las enfermeras la detienen. No dejándola acompañarme hacia donde sea que fuésemos. En este momento nos encontramos en un cuarto blanco con olor a medicamento cosa que hace que me sienta peor y tenga más ganas de vomitar, ganas que no me guardo y término haciéndolo. Siento como mi estómago quema y me duele, intento recuperarme y ponerme firme y lo logre, pero no por mí misma, sino por... ""Son los ojos más bonitos que en la vida allá visto, si sus ojos son el cielo nunca más quiero volver a la tierra, ok, creo que ya estoy delirando, aunque de que es hermoso lo es""
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD