—Nicolás—dijo el inmediato lo vio. Estaba un poco sorprendido de encontrarlo precisamente a él allí. Y yo pensó que eso podía dar pie a lo que él pensó antes. —Hola, Mauricio— dijo el otro muy quitado de bulla, intentando ser amable y darle la mano, pero el otro no acepto y eso me preocupaba. —Necesito chequear a Hadashad ¿Puedes salir? —qué raro, ya la doctora Helen había estado aquí hace un instante chequeándome. —Claro, ya salgo— él se acercó y le dio un beso en la mejilla despidiéndose de mí—. Nos vemos luego, y espero ya te puedas ir a tu casa pronto, mejórate. Él salió del cuarto, con la mirada del doctor sobre él, y aunque yo quisiera no podía evitar sonreír. —Qué raro. Ya la doctora Helen me dijo que estaba todo bien— dije yo haciéndome la indiferente. —Pero resulta q

