Diario Perdido

1441 Words
— No puede ser ¿Por qué las alarmas tienen que ser tan puntuales? —me quejó al escuchar mi celular sonar, justo a las siete en punto. — Had, ¿Bajas a desayunar? — escuchó a mi madre llamarme desde la cocina, con todo el pesar del mundo me levanto de mi grandiosa y acogedora cama. — ¡Siiii! Ya voy mamá — Y pensar que esto solo acaba de empezar. Salgo de la cama corriendo, me meto a la ducha a toda prisa, porque conociendo a mi madre si no salgo rápido me vendrá a buscar ella misma. — Ya estoy lista, nos vamos — le digo a mi hermano Lucas, él tiene 12 años y para mí es super insoportable, qué más da lo tengo que soportar de igual manera. — No sin antes desayunar — mi madre se interpone entre nosotros, no dejándome salir —. Vamos, date prisa o llegarás tarde. — Pero, mamá — Intento hacer puchero, pero con ella no funcionan. — Vamos a desayunar, niña — y no hubo caso. Ella seguía en su posición. — Qué más da — refunfuñe yo. —¿Qué dijiste? — pregunto con una cara de reclamo. — Nada mamá — hay de mí que repitiera eso. Después del desayuno, mamá nos llevó a nuestras clases. Pasamos a dejar a mi hermano en su escuela y ahora vamos de camino a la preparatoria, cosa que no me emociona para nada. — Ya llegamos hija, — avisa mi madre, cuando nos encontramos en la puerta del establecimiento estudiantil — Baja, y recuerda pasártela bien ¿sí? — Como si fuera tan fácil — ella me miro con cara de lástima, sabía que no quería ni mudarme acá, y mucho menos comenzar una escuela nueva —. Adiós mamá — me despedí de ella, al momento de bajar del auto. — Adiós mi amor — me dijo mi madre, ya fuera del auto. Y aquí empieza la acción, bueno veremos que de bueno nos trae esto, ¿Qué podría salir mal? Mientras camino por el pasillo, decido buscar mi diario, ya que cuando llegué lo primero que quiero hacer es escribir como me siento, y la verdad es que ni sé cómo me siento, pero tengo esperanza de al menos escribir algo y poder descifrar esta rara sensación en mí. — ¿Es en serio?, maldición — escucho que dicen, mientras que yo me doy cuenta de que estoy en el piso. — Grosero que eres. — le digo al chico que se encontraba enfrente mío. — Acabas de tropezar conmigo, que quieres que te diga, ¡A no un ángel caído! — me dijo él en manera muy sarcástica —. Carajo, fíjate, ya tumbaste mis libros. — Puedo decir lo mismo. Yo también perdí los míos y no estoy de grosera contigo — le digo levantándome del piso sola, porque ni me ayudo —. Vamos lo siento — digo una vez estoy de pie —. Aunque la verdad no sé por qué te pido perdón si también es tu culpa — dije, ya que lo había analizado bien, y en realidad era más su culpa que mía. — Así ¿eso crees es niña…? — Comenzó a decir él, pero no termino, porque fuimos interrumpidos por alguien más en el pasillo. — Ya basta — dice una rubia, que la verdad no sé ni de donde salido — ¿Les llamo un abogado para que arreglen las cosas? ¿O te puedes ir? — ¿Me hablas a mí? — pregunto, haciéndome la tonta. Solo para ver su reacción. — No a las paredes, por supuesto que a ti — puntualiza ella. Un tanto molesta —, ¿Te puedes ir? — ¡No! — digo muy firme — Porque no se van ustedes — más que una pregunta era una afirmación. — ¡Perdón! — dijo ella muy indignada por lo que le había dicho. — Perdonada — intenté cabrearla mucho más. — No sabes con quién te estás metiendo — dijo muy molesta ella, estaba roja de coraje. —La verdad no, y tampoco es que me interese... — Me la vas a pagar — dijo antes de que yo pudiera terminar de hablar —. Vámonos — le dice al chico el cual la verdad ni su nombre me dijo, casi lo obliga a salir del pasillo en donde nos encontrábamos. Decido recoger mis libros cuando los veo irse, y seguir a donde iba, (no sé a dónde) bueno más bien decido caminar. Encontré la cafetería y decidió tomar asiento y buscar mi diario para contarle esto tan loco... — ¡No puede ser! Nooo por Dios ¿dónde está? — me grito a mí misma. Buscó y buscó, saco todas mis cosas y no esta, no puede ser ¡lo perdí! ¡¡¡Oh noooo, el chico guapo!!! (porque sí que era guapo). POV Nicolás Todo lo que paso allá, bueno no sé qué fue, ¿Quién será esa chica, que se atreve a enfrentar a Nathalie?, y para nada se ha intimidado, y yo como estúpido mirándola ni sé cómo se llama, por bobo. — ¿Cómo se atreve esa naca a tratarme así? Me la va a pagar — escucho a Nathalie quejarse, y la verdad ya me tiene cansado de su show. — Yo me retiro, nos vemos luego, adiós — le digo a Nathalie y a mi hermana que se acaba de unir al show que ha montado Nathalie, aunque conociéndola vino a burlarse de ella, ya que para nada a mi hermana le cae bien Nathalie. — ¿Y tú qué? — le gruñe ella a mi hermana. — ¿Yo? Bien gracias, aquí viendo tu cara de arco iris, si es impresionante como cambias de color. — se burla Nicole, la verdad parece que disfrutara hacer enojar a Natalia — Lárgate — le grita ella a Nicole. — Si mejor me voy — dice Nicole. — Te acompaño — le digo a mi hermana, en el momento que veo a las amigas de Nathalie acercarse. Mientras camino al lado de nicol por el pasillo, veo que de nuevo viene la chica con la que tropecé, aunque ahora viene mirando bien en dirección mía y con una cara de poco amigo. — ¡Tuuu! — dice al momento de llegar a nosotros. Me apunta con su dedo y me mira como si quisiera asesinarme. —¿Sí? Yo— le digo en forma sarcástica —. Dime ¿Me quede con tus modales al caer? ¿O qué? — Le reprochó. — No seas estúpido — me reprende ella — Con algo más importante que eso, devuélvemelo — dice, y yo la verdad me hago bolas, sin saber de qué habla. — Oye, te has tomado algo ¿o qué?, porque no sé dé que me hablas. — ¿Y tú quién eres? — le pregunta Nicole, y la verdad se me había olvidado que venía con ella. — Ella es la chica ciega, con la que choque cuando llegue. — le digo a Nicole. — Así que tú eres la chica que andaba buscando. — dice Nicole. — Buscándola ¿Y para qué la buscabas? — preguntó bien sorprendido, sin saber a qué se refiere Nicole. — Primero ¿Quién eres? Y después ¿Para qué me buscabas?— escucho como la chica le cuestiona a Nicole. — Quería felicitarte y saber quién eras— me quedó con la boca abierta si entender a Nicole. — Ok, ok, no te entiendo.— dice la chica. — Yo tampoco— le digo a mi hermana.(mientas la miro con cara de interrogación). — Eres la primera chica que se enfrenta a la bruja de mi cuñada, y eso es digno de admirar, y me caes súper bien, que lo hallas hecho— en ese momento entendí todo, si ya sé que para nada Nathalie le cae bien a Nicole. — Que graciosa— le digo a mi hermana con risa sarcástica. — ¿Y cómo te llamas? — cuestiona Nicole. — Me llamo Hadashad, ¿y tú? — Yo soy Nicole y el mi hermano gemelo, Nicolás. — dice mi hermana, señalándome. — Mucho gusto. Y tú — dice apuntando hacia mí — devuélveme lo que tienes mío. — Aún no te he entendido que ¿tengo tuyo?, según tú. — la verdad es que era muy enredada, hablaba como en código, y no lograba entenderla desde aquel momento en que llego. — ¡Mi vida en un libro! — dice ella, con cara de agotamiento...
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