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1161 Words
Capítulo 3 Me le quedo viendo a la mujer que acaba de entrar en mi oficina, ella no lo sabe, pero está aquí porque así lo quise, el viernes cuando entre a ese bar por un trago y la vi en la barra recordé su rostro de haberla visto en la entrevista que hubo en la tarde en la empresa, me acerque a ella y como pensé, no tenia idea de quien era, y aun así acepto que habláramos. Después de que salió corriendo del hotel le pedí al asistente general que la localizara y le diera el empleo, y cuando vi que su verdadero nombre no era Tania, si no Gia, me moleste bastante. Ahora esta de pie frente a mí, con la mirada fija en el suelo, pienso cual será el mejor castigo que puedo darle y me parece que hacer como si no la conociera va a ser lo suficientemente adecuado. – Déjanos a solas – le pido a Rozzi, el sale de inmediato – Yo soy Franco Garlini – me presento, no pierdo oportunidad mientras tiene su vista en el suelo para mirar su figura moldeada por la ropa que escogió para venir al trabajo, no es nada inapropiado, pero se ajusta a ella como un guante y deja muy poco a la imaginación, y la mía tiene un recuerdo bien vivido de lo que es su cuerpo sin ropa, le tiendo la mano y así se ve obligada a subir la vista en mi dirección. – Gia Donovan – me sostiene la mirada, de verdad se ve muy diferente de cómo se veía hace apenas dos noches, parece incluso otra persona – es un placer conocerlo señor Garlini – suena completamente formal – ¿no te conozco? – le doy la oportunidad de que me diga quien es, un alivio total se ve en su rostro y se cual va a ser su respuesta. – No, lo siento señor, solo vine aquí una vez a la entrevista y no recuerdo haberlo visto – así que de verdad va a hacer como que no me conoce, ni siquiera puede decir que perdió la memoria porque soy consciente de que no bebió suficiente como para eso. – Por favor, toma asiento – le pido siguiendo su juego, me siento tras mi escritorio – no vas a poder hacerlo mucho mientras estes aquí – le sostengo la mirada – me refiero a tomar asiento – ella me sonríe con timidez, hace lo que le pedí – me gusta informarle a mis asistentes en persona de lo que deben hacer, pero prepárate, son bastantes cosas – le entrego una lista que prepare de forma previa, ella la alcanza de inmediato y comienza a leer – como ver allí, además de ayudarme con los asuntos del trabajo, arreglar mi agenda y acompañarme a las reuniones y demás, también necesito que te encargues de llegar a mi casa temprano y prepares mis desayunos – le señalo la hoja de papel que tiene en sus manos – allí puedes encontrar lo que suelo comer, espero que te apegues a eso – asiente – te tienes que encargar de mi ropa, también de enviar flores y regalos en días festivos – le entrego la agenda – aquí puedes encontrar todos los datos que necesitas – asiente – también puede que haya pedidos especiales – esto ultimo lo digo con tono sugerente. – ¿Cómo qué? – la preocupación se nota en su voz – No tiene que preocuparse, van a ser cosas simples, y por supuesto todo lo que estoy mencionando se va a reflejar en su cheque, ya que sé que soy un jefe extremadamente exigente, mi asistente es uno de los empleados que mas cobra en esta empresa – espero en silencio para ver si no va a decir nada más, pero no lo hace - ¿no tienes ninguna duda? – ella niega, estaba esperando que hablara para escuchar una vez mas su voz, no suena igual a cuando esta teniendo un orgasmo, pero es aceptable – entonces sígueme – me esfuerzo para que no note que estoy decepcionado. La llevo hasta su escritorio que se encuentra fuera de mi oficina y se lo señalo, ella me mira sin comprender. – Este es tu escritorio, no te puedes mover de aquí sin que yo te lo ordene, tienes que estar todo el tiempo a mi disposición – ella asiente y me voy de regreso dentro de la oficina dejándola a solas. No me quiero sentir molesto, no debería de hacerlo porque fui yo el que hizo que todo sucediera, pero cuando me desperté en la mañana y no estaba me moleste bastante, hacia mucho que no me sentía tan atraído por una mujer tanto como me sentí por ella, de hecho; hacia mucho que no había intentado llevarme a una mujer a la cama en la primera cita, así que mi intención era que nos viéramos al menos un par de veces más, pero ella no me dio la oportunidad, es bastante cruel. Llamo a mi amigo y abogado a mi oficina, viene y entra sin llamar a la puerta. – ¿es ella? – me pregunta riéndose, le hago una seña para que se acerque – Habla bajo, y si, ella es la fugitiva – se sienta frente a mi – Yo creo que no le diste placer, por eso salió huyendo – se burla – Eso no da nada de gracia Gregorio, casi me vuelvo loco cuando desperté y no estaba – se ríe – Eso es para que veas, siempre eres tu quien desaparece, ahora te lo hicieron a ti – Greg tiene razón, yo tenia esa costumbre y solo hasta ahora me doy cuenta de cómo se tuvieron que sentir las mujeres a las que hoce pasar por eso, muy a mi pesar era un tipo bastante desagradable en el pasado – Ya no hago ese tipo de cosas – asiente – Claro, pero el castigo llego de cualquier forma – se está burlado – Ni siquiera se para que intento tener una conversación seria contigo, no tienes la capacidad de hacer algo como eso – lo culpo – Lo siento, no me quiero burlar de ti, pero es que es asombroso que alguien se atreva a hacerte eso – Y no es todo, ahora pretende que no me conoce ¿puedes creerlo? – abre la boca con asombro – ¿y tu que hiciste? – me pregunta – Le seguí el juego, pero tengo toda la intención de hacerla sufrir, no voy a permitir que se vaya libre de esto después de hacerme quedar como un idiota – de eso puede estar segura, no soy una persona fácil, y por mas que me parezca una mujer atractiva, no estoy dispuesto a dejarla ganar con tanta facilidad, va a tener que suplicarme para que me detenga, o para que continue, veremos cual es el caso al final.
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