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1279 Words
Capitulo 5 Nunca pensé que llegar a mi casa seria tan complicado. Me peleo con mis piernas para que suban las escaleras, entro y me dejo caer en el sofá, Berenice esta mirándome desde la puerta de su habitación. – Sabia que ibas a estar cansada, pero te veo destruida por completo – la miro y suspiro. – El universo debe de estar conspirando en mi contra, de no ser porque necesito mantenerme y dejar de ser una carga; entregaría mi carta de renuncia en este momento. – Explica, porque trato de imaginarme que te puede haber sucedido para que cambies tanto de opinión y no se me ocurre nada. – Mi jefe es, nada mas y nada menos que el hombre con el que pase la noche. Esto me esta volviendo loca – no espere la reacción que tuvo mi amiga, se me queda viendo y se ríe como loca. A mi no me da nada de gracia esta situación – deja de reírte, no es chistoso. – Claro que es chistoso. El hombre al que no pensaste ver es alguien a quien vas a ver a diario a partir de hoy – Esto es el por que prefiero mi vida tranquila, siempre que hago este tipo de cosas tengo que pagar las consecuencias. – ¿y que hiciste? – me pregunta mas seria e interesada en mi entretenida vida – Fingí que no lo conozco, por supuesto. Estoy segura de que ni siquiera se imagina que soy yo, sin maquillaje me veo muy diferente – ¿estas segura de que no se acuerda de ti? Eso no me lo creo, un hombre difícilmente olvida a la mujer con la que paso la noche, mucho menos cuando fue apenas dos días antes – rasco m cara con nerviosismo, comienzo a pensar en todo lo que paso en el transcurso del día. – No estoy cien por ciento segura, pero casi. – la seguridad desaparece de mi por completo. Todo lo que me hizo en el día no puede ser solo porque es un tirano – voy a bañarme, necesito aclarar mis ideas. Me levanto sin esperar que diga nada mas, hago todo como si fuera un zombi y me preparo para dormir. Justo cuando cierro los ojos entra un mensaje en mi teléfono, lo tomo y mi respiración se corta. ESPERO QUE SE CAPAZ DE LLEGAR A TIEMPO A MI CASA Y QUE SUS OBLIGACIONES NO SEAN FACILES DE OLVIDAR, ODIO CUANDO LAS PERSONAS OLVIDAN COSAS IMPORTANTES. Ahora si que no tengo ni idea de si me reconoció o no. Dos noches sin dormir son demasiado para mi, camino a casa de mi cruel y sexi jefe, llevo en la mano el baguette que me pidió llevar esta aun caliente y me apresuro para que se mantenga así por un tiempo mas, corro. Llamo al timbre y me abre el conductor del señor Garlini. – Señorita Donovan, el señor esta en el gimnasio. Me dijo que cuando llegara la dejara pasar y le entregara esto – me da un juego de llaves – son las llaves de la casa, a partir de mañana no tiene que llamar a la puerta. Debe de llegar temprano y preparar sus desayunos – Termina de decir esto y sale de la casa, me quedo un momento de pie en el umbral de la puerta, respiro fuerte y entro . sigo el camino hasta la cocina, dejo las cosas que deje para el desayuno sobre la encimera y me pongo a dar vueltas de un lugar a otro buscando platos y utensilios para poner la mesa para mi exigente jefe, siento que alguien me observa, me doy la vuelta y allí esta el. Recostado contra la nevera, mirándome. – Buenos días, señor Garlini – lo saludo y hago inclinaciones de cabeza de forma nerviosa, el se ríe de medio lado. – Buenos días señorita Donovan, veo que esta un poco retrasada con mi desayuno – se que esta hablando, pero mis ojos están perdidos en su semidesnudo cuerpo, en sus abdominales; los cuales se como se sienten bajo el contacto de mis manos, eso no me ayuda a concentrarme - ¿señorita Donovan? ¿le sucede algo? Esta bastante roja, no creo que haya tanto calor como para que se vea así – eso será en otro lugar, porque dentro de mi cuerpo todo esta hirviendo. – No – me toco la cara con ambas manos para intentar refrescarla – no sucede nada. Lo siento por retrasarme con su desayuno, es que no encontraba lo que necesitaba, pero si se sienta y me da un par de minutos estará todo listo – me sonríe una vez mas y se sienta. Lo veo tomar su teléfono le marca a alguien, me esta dando la espalda. – ¿tienes listo lo que te pedí? – pregunta a la persona con la que habla – sabes que nada de eso me importa, necesito hacer un poco de ejercicio si quiero dormir en la noche, y sabes que mi ejercicio preferido es sobre tu cuerpo – me quedo quieta – te quiero desnuda en mi cama esta noche, de lo contrario vas a ser castigada ¿quedo claro? – la respuesta debe de ser lo que esperaba porque se rio antes de cortar la llamada – Aquí tiene su desayuno – pongo el plato frente a el, regreso a la encimera a recoger lo que deje detrás. – Va a escuchar conversaciones como esta a diario – me dice, es una información que no esperaba y no quería escuchar. Se que tipo de hombre es, pero me hace mal saber que me deje llevar por un impulso, me acosté con un play boy y me metí en esta situación – pero sabe que tiene que mantenerlo en secreto ¿verdad? – Eso no es de mi incumbencia señor – mi tono salió mas áspero de lo que pretendía, se me queda viendo. – ¿la incomoda? – No tiene por que incomodarme, esa es su vida personal, yo solo soy su asistente –asiente, me sonríe con su dentadura perfecta y sus descarados ojos azules y como una idiota pienso en lo feliz que seria si fuera yo la que va a estar con el esta noche en su cama. – Si piensas así entonces estamos bien. Es una lastima que te haya conocido en esta situación – se pone de pie con su taza en la mano, camina en mi dirección , se acerca mucho a mi y se me queda viendo – si te hubiera conocido de otra forma también podrías estar en mi cama – trago en seco, ahora mismo no hay otro lugar en el que quiera estar mas que en su cama. – ¿eh? – pregunto como una tonta – creo que va a poner sus manos sobre mi, quiero que lo haga, quiero sentir que me toca, pero en cambio solo pone la taza dentro del lava platos, cuando da un paso atrás puedo respirar de nuevo – no se con que tipo de mujer esta usted normalmente señor Garlini, pero no me acuesto con cualquiera – si, una respuesta muy inteligente después de perder la cabeza por el hace apenas un par de días. – No soy cualquiera señorita Dónovan, y de no ser por las leyes laborales de este país le demostraría lo interesante que es estar en mi cama, pero no quiero ser acusado de acoso laboral – se encoje de hombros y se dirige al interior de la casa, me sostengo de la encimera y suspiro con fuerza, me va a matar seguir trabajando para el.
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