VECINOS.

1241 Words
                                                                             ELENA "Salir de mi pequeña burbuja de brillo es una tarea difícil   El mundo está muy jodido Y ya no quiero ver mís días teñidos de tonos grises"-Darjeelin Rada     Hoy me levanté bastante temprano, quería tomar el día por la punta, tomar un buen desayuno y llenarme de buenas energías. Ya que últimamente he estado vibrando un poco bajo, quizás por esa razón he estado un poco distraída, nada parece animarme. Descubrí que si no fuese por mí trabajo, mis días fuesen así de grises siempre, tomar las vaciones no fue la mejor decisión, y eso es algo que me hace sentir mucho más miserable de lo que ya me siento. No puedo estar ocultándome toda una vida, la mente en algún momento se cansará y me pedirá que me relajé, y no sólo eso, que desde que comencé a ir al psicólogo me he empezado a cuestionar muchas cosas que tenía normalizadas dentro de mi burbuja. Desde hace una semana me propuse a hacer ejercicios, e ir a lugares llenos en donde pueda interactuar con personas, sé que suena descabellado que le tenga miedo a las personas cuando soy profesora en una escuela primaria y tengo interacción con niños y colegas la mayor parte del tiempo, pero ese tipo de interacción no es al que le temo, sino al de abrirme personalmente con las personas y conozcan facetas no profesionales de mí. Estoy cansada de sentirme sola, no puedo evitar esa sensación de vacío que en ocasiones me hace sentir tan pequeña, desde que tengo dieciséis  tomé la decisión de pasar siempre desapercibida, no es algo de lo que me sienta orgullosa pero eso me mantuvo a salvo de mis miedos por mucho tiempo. Pero, ahora que tengo veintitrés la vida y yo estamos pidiendo mucho más, ya no quiero seguir como si cada día fuese una rutina y tener que ir a dormir sola me está desencantado. Miré el reloj de pared y el pequeño puntero señalaba que ya eran las diez y cuarenta y cinco de la mañana, ¿me veré muy ansiosa si ya comienzo a preparar un exquisito banquete para presentarme en  casa de los vecinos? Creo que no estaría mal, después de todo quería romper el hielo y establecer comunicación con ellos, para que supieran que podían contar conmigo cualquier cosa. Tomé los ingredientes y opté por hacer una lasaña, ya se aproximaba la hora del almuerzo, eso les caería como anillo al dedo.                                                                                   GAEL. Corría por los bosques de un lado a otro, hacer ejercicios y tomar el entrenamiento cada mañana se volvió una rutina de la que aún no me puedo desprender, y para ser honesto durante mi estadía aquí no puedo permitírmelo, desde pequeño esto es todo lo que conozco, hice de estos momentos mi fuente de escape, todo los días con los ojos estudiosos de mi padre sobre cada movimiento que hago desarrollaba mi ansiedad a un estado alarmante donde yo solo me hacía cargo de mí desastre. Me detuve y coloqué mis manos sobre mis rodillas para poder controlar mi respiración, el aire se hacía denso cada vez que pensaba en mí padre, se supone que vine para despegar mi mente, pero crecí y él es todo lo que tuve, quisiera llamarlo y decirle dónde estamos, que la vieja casa de Forks podría ser nuestro refugio del ajetreado mundo al que pertenecemos, pero las cosas no son como las mejores películas americanas con finales cero creíbles. Él se enojaría e incluso sería capaz de quitarnos y vender ésta casa. No lo sé, quizás debería aprender a vivir con ésta angustia y eliminar ese sesgo mental que todas las mañanas me tortura, no tengo por qué sentirme culpable, elegí mi paz en todos los aspectos y la estabilidad emocional de Angela, la cual sin duda sufre y batalla cada día por mi padre.  A ella sin duda le debo parte de mi vida, es como Apolo, tiene un gran peso en sus hombros, y es bastante desgarrador lidiar con la idea de que tu  padre odia a tu más preciado tesoro, tu hijo. Miré el reloj de mi muñeca y es increíble como el tiempo pasa tan rápido y hace de las suyas, ya eran las doce y tenía que llegar a casa, de seguro Angela estaría ocupada con Ashton y yo tendría que encargarme del almuerzo.                                                                                      *** Al llegar escuché voces en el pasillo, torné lo ojos en blanco, de seguro era una de esas viejas remilgadas y metiches que tratan de impresionar con su banquete de bienvenida y se sabe todas los cotilleos de la cuadra, no estoy mentalmente listo para intercambiar palabras con gente así, lancé las llaves al mesón y sonaron demasiado fuertes para mí gusto, Angela no dudó en llamarme para presentarme y me maldije en voz baja por ser tan descuidado. -¡Gael! Ven acá, deberías conocer a la nueva vecina. No quise ser grosero, eso definitivamente no está en mis modales, y como siempre dicen por allí, los vecinos son la segunda familia. En caso de que un día no esté y algo pase, ellos pueden solventar a Angela y a Ashton. Me dirigí a la sala y me impresionó no ver una anciana, de hecho, estaba allí justo en frente de mí una chica sumamente joven, de cabellos castaños, tez blanca, ojos color miel y estatura bastante baja, se veía relajada y bastante tranquila, aunque sus mejillas estaban bastante sonrosadas. ¿Tendría calor? Lo dudo, éste lugar es como una maldita nevera. -Un gusto, mi nombre es Gael, soy tu nuevo vecino. Sonreí y estiré mi mano, no quería juzgarla, pero, ¿qué tal si era una fan alocada? Probablemente estoy siendo bastante paranoico, pero no está demás colocar las cosas al beneficio de la duda. Y  menos nosotros, que estamos rodeados de personas que quieren una parte de lo que tenemos. -Mi nombre es Elena. Tomó mi mano y me sonrió tímidamente, sus hoyuelos le daban un toque casi infantil a su rostro, la chica derrochaba bastante ternura, tiene pinta de ser muy joven, hasta parece ser una adolescente. No le preguntaré su edad porque sería muy grosero de mi parte. -Ella es una cocinera excelente Gael, nos trajo lasaña, vive en la casa de al lado.-Comenzó a hablar Angela efusivamente mientras sostenía a mi pequeño sobrino en sus brazos- Mañana trabajaremos juntas en el jardín y también tomaremos clases de yoga, ¿no es fantástico? Asentí con la cabeza y no pude evitar soltar una baja risilla, Angela encontró a su nuevo juguete de diversión y ésta chica llamada Elena no creo que pueda con la intensidad de mi hermana en sus momentos más alocados. -Me parece genial, ¿Qué pasará con Ashton?-Pregunté extendiendo mis brazos para tomarlo, éste no dudo ni cinco segundos en saltar hacía mí.- -Soy profesora en la escuela primaria de aquí, tengo un buen manejo con los niños. Estudié educación y me especialicé en la ramificación de niños especiales, sin duda Ashton y yo nos llevaremos muy bien. Ella comenzó a aplaudir y Ashton comenzó a removerse en mis brazos en señal de querer ir con ella, eso m impresiono, ya que él no suele querer compartir con nadie. -¿Quieres probar la lasaña?¨nuestra nueva vecina es mi bendición Dijo Angela riendo y no pude evitar quedarme viendo meticulosamente a Elena, ¿está fingiendo para agradarnos o realmente es así de buena?                   
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