NUEVAS VIDAS Y VIEJOS MIEDOS.

1522 Words
                                                                                    ELENA. Ir al super mercado es una de las actividades cotidianas que más suele relajarme, siempre voy por allí perdiendóme entre etiquetas, estudiando los estantes repletos de diversos productos y oir los gritos de los niños porque no quieren comprarles sus galletas favoritas es toda un  espectáculo digno de ver.  Me encontraba en el pasillo de las esencias,cuando era peque solíoa ser mi pasillo favorito. Sé que suena extraño, pero me recuerda a mi madre, ella solía vivir horneando pasteles, mi hermana y yo corríamos por toda la casa haciendo competencias para ver quién era la más rápida, y quien ganara dicha competencia, se llevaría la cacerola de chocolate. Un auténtico juego de niños. Por eso, cuando vi a la jóven rubia que será mi nueva vecina, cuando me mencionó que tenía a un niño no pude evitar pensar en todas esas cosas que me hacían feliz de niña, los pasteles era una de muchas cosas. Cuando el carrito estaba completamente vacío, me dirigí a la caja registradora para cancelar, por alguna razón desconocida la idea de tener vecinos nuevos me ocasionaba un poco de ansiedad, tanto tiempo viviendo completamente sola en la calle Standford me brindó una soledad un poco enferma que no había reconocido hasta ahora. Subí al auto y me aseguré de que todas las bolsas estuviesen allí, no me gustaría tener que regresar. Coloqué esas canciones alegres que suelen colocar las emisoras y conduje de vuelta a casa, estar allí y ver que tendré nuevos vecinos aún es algo un poco difícil de asumir, y más para alguien como yo. No me desagrada la idea, pero la soledad que solía tener ya no estará por completo, o bueno, no puedo adelantarfme a los hechos, quizás sean ese tipo de vecinos que no dan problemas y siempre están en silencio o casi ni están en casa, pero, ella hizo mención de que tenía a su hijo y a un hermano mayor. ¿Por qué me está dando ansiedad todo ésto? Son solo personas que vivirán al lado de mí casa, no conmigo...  Debo reconocerlo, soy una chica llena de miedos, demasiado ansiosa y he construido una burbuja de acero la cual en ocasiones es difícil de salir, ni siquiera yo aún puedo reventarla. Y eso me atormenta y agobia todos los días. Sé que mi hermana mayor tiene mucha razón en las cosas que dice, me reprende porque no me doy la oportunidad de conocer a las personas y las maravillas que poseen, que me quedo detrás de la línea y no me aviento a ésta aventura llamada vida. Pero, sabe perfectamente qué palabras decir y qué ya no.  Hay muchas cosas que me cuesta soltar, estoy tan llena de cicatrices de mí pasado y no puedo evitar esconderme entre las sombras para que nadie me conozca en lo absoluto, para que nadie me haga sentir diminuta cuando mis defectos salen a la luz, para que no ven las improntas que mi alma resguarda y para que no vean como soy yo quien lame mis heridas...  Llegué a casa y al bajar del auto abrí las puertas traseras, en ocasiones ir a salir sola y hacer las comprar era un poco tedioso para mí, debido a que tengo que ordenarlo todo, bajar las cosas del auto, colocarlas en la despensa y todo ese ritual que las personas que viven solas deben soportar como adultos funsionales que son. Cuando bajé la última bolsa del auto, noté que en la casa del lado yacía una enorme camioneta de cuatro puertas en el jardín, ¿ya llegarían el resto? vaya, se nota que el dinero no es un problema allí, una ranger rover no es un auto que pueda tener cualquiera. Debería acercarme y darles la bienvenida, no sé qué debería deci ni hacer, quizás debo prepararles algo y no presentarme con las manos vacías, ¿o me vería muy ridícula? en las películas que veo cuando el aburrimiento total me consume, veo que siempre los  buenos vecinos se presentan con bandejas de queso o algún buen aperitivo, y guiandóme por mis buenos modales sin duda es algo que debería hacer.  Haré un delicioso pastel de chocolate y mañana se los llevaré, sé que el pequeño y la chica lo degustarían con placer.                                                                                         GAEL.  Me esforcé desde Nueva York para que la casa quedase como luce hoy, quería que mi pequeño sobrino tuviese todas las comodidades aquí, pero también algo mucho más importante, la tranquilidad. Mi habitación era neutra como la pedí, y cuando llegué a la sala noté esos cuadros familiares que hacían que mi corazón se removiera, mamá lucía brillante como el sol de verano en todas ellas, si estuviese aquí no hubiera tanto silencio, estuviese cantando a todo pulmón alguna canción de Kansas y horneando algún pastel. Sus pasteles... No he comido uno que se asemeje o que me den ganas de terminarlo por completo, desde que mi madre se fue ya nada es lo que fue, y es algo que nos cuesta aceptar. Y más con ésta quebradiza relación que tenemos con nuestro padre, él es quien nos queda y con el aun podemos tener grandiosas vivencias, sin embargo, ya no recuerdo lo que es hacer con él hamburguesas en el patio trasero de la casa, mientras nadamos en la piscina y podríamos tomar cervezas, sus miedos y el luto lo llevaron a  actuar como un auténtico hijo de puta.  - ¿Te agrada? A mí me encanta, la verdad de luciste eligiendo el diseño.  Escuché la risa cantarina de Ashton, venía corriendo por los pasillos y ese sonido llenó mi alma de amor, él tenía el poder de hacer un día gris tomase mucho color. - ¡Hola pequeño!.-Lo saludé tomandólo en mis brazos.- ¿Estás divirtiendóte? Él comenzó a reir como si entendiera todo lo que yo estaba diciendóle, comenzó a jugar con mis cadenas y a moverlas de un lado a otro, creo que esa es la razón por la cual a mi padre le desagrada un poco Ashton, es un niño demasiado extrovertido e hiper activo, su carisma no pasa desapercibida jamás, y quisiera que mantuviera esa inocencia siempre, y sé que así será. Pero lamentablemente hay muchas cosas que se escapan de mis manos, y no puedo mantenerlo denro de un castillo de azucar toda su vida, alguna vez va a toparse cara a cara con el desprecio y el lado oscuro de las personas que lo harán temblar de miedo, y mierda, espero estar allí para ser su hombro. - Ha estado muy risueño desde que llegó, no para de correr de un lado a otro.-Dijo Angela mientras se sacudía su larga cabellera roja.- Creo que le gusta mucho éste lugar. - ¿Te aseguraste de que no hay vecinos psicópatas o fanáticos del equipo?.-Pregunté arqueando las cejas.- No me gustaría tener que lidiar con fans ahora, estoy agotado,nuestro padre de seguro debe estar con las manos en la cabeza preguntandóse dónde coño estaremos pasando las vacaciones. - Por mí que haga lo que quiera. Ella camin hasta la sala de estar y yo no dudé en seguirla, se sentó en el amplio sillón y yo imité su acción, sé que a continuación vendrían una de esas largas charlas en donde se desborda todo. - No quiero volver a Nueva York, pero tampoco quiero estar toda una vida aquí.-Dijo mientras jugaba con sus manos, sabía que ella tenía un nudo en su garganta.- Éste lugar me trae esos recuerdos en donde yo era feliz y no sabía que lo era, me recuerda a todo lo que tuve y no supe apreciarlo en su momento. - No digas eso Angela, nadie sabía cómo terminarían las cosas, eramos niños.Ahora estamos aquí juntos y eso es lo que importa. - Y no tienes idea de cuanto amo que estés conmigo y con Ashton hermano, pero no podemos pasar toda una vida huyendo de nuestro padre. Ya yo simplemente quiero olvidar que algo me une a él, si no es capaz de amar o aunque sea respetar a mi hijo, yo a él no le debo nada.  - Y comprendo completamente tu punto, Ashton es tu prioridad y nadie  va hacerte pensar lo contrario. Ella asintió y limpió una lágrima rebelde que se deslizó por su mejilla, quería consolarla, pero ningún abrazo o muestra de cariño llenará ese vacío que mi padre ha dejado en ella. - Quisiera regresar el tiempo y salvar mi madre. Sé que no puedo torturarme con el pasado y desear cosas que ya no puedo tener.-Suspiro y se abrazó a sí misma subiendo las piernas al sofá.- Pero si me hubieses preguntado hace años que sería así de infeliz, no lo creería, no soy la mujer sonriente que le prometí ser a mamá. - ¿Y las promesas que hiciste en el pasado por qué no las cumples? j***r Angela, no ha sido fácil para nadie aquí, mi padre es un auténtico hijo de perra, eso lo sé muy bien, pero odiandólo y lamentandónos no haremos nada. Ya estamos aquí y no hay vuelta atrás, nuestra vida en Forks inicia ahora. 
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