Max se acomodo el cabello hacia atrás rechinando los dientes, su rostro seguía enrojecido.
—¿Cómo se atreve a hablarme así esa cosa?
Henry lo observó de arriba a abajo y suspiró.
—Escucha, Max. Por el momento deberías quedarte quieto, tu padre tiene buena relación con ese tipo.
—Henry tiene razón.
Max apretó los puños mirándolo con los ojos verdes brillando de furia.
—¡Eso no me importa! Debe pagar por insultarme, sea quien sea.
Henry levantó las manos en son de paz.
—Solo digo que deberías calmarte y pensar bien las cosas. No te digo que no hagas nada, sino que actúes con precaución, porque tu padre.
—¡Deja de hablar de mí padre! No es lo mismo Henry. No me interesa en qué clase de lío lo meta.
—Está bien, haz lo que quieras, solo digo que pienses bien.
Henry puso los
