Pov. PⒽⓄⒺⓃⒾⓍϟ.
Respiro profundo y no puedo evitar sonreír, aunque debería estar enojada. Nunca antes esta Cosa me había tocado, “pero se sintió muy bien”.
Nunca había detallado lo guapo que es, o será porque me hizo correr, la maldita Cosa esa, pero supo dónde tocar y, en cuestión de segundos, ya me estaba haciendo correr.
Cierro los ojos y recuerdo su m*****o. Guau, en realidad es la primera vez que veo uno. Era grande (sacudo la cabeza). Si Será porque es un ser mágico, sobrenatural o lo que sea, pero de algo sí estoy segura: un humano no lo tendría así. ¿O sí? Me cuestiono a mí misma, pues lo más cerca que he estado de un hombre fue aquella vez en las duchas masculinas, haciendo bromas con Nidia.
Fue para vengarme de Jefferson, mi crush, Martin y Haroon; les echamos decolorante y tinte morado en su champú. Fue genial, y ver a Jeff sin camiseta y solo con una toalla fue otra cosa. Casi tuve un orgasmo visual.
Cuando llegué a casa, me toqué increíblemente. Pues sí, chicas, no he tenido sexo con ningún hombre o mujer, pero cuando cumplí mis 16, mis hormonas se alborotaron y terminé aprendiendo a masturbarme y saciarme a mí misma.
Cada vez que pienso en Jeff, termino caliente y excitada. Bueno, no voy a negar que esa cosa no me haya visto desnuda o tocándome; como dije antes, este ser me ha hecho la vida imposible y ha convertido mi linda habitación en su sala de descanso. Maldito, pienso.
Despierto y, esta vez, pude dormir tranquila, sin pesadillas. Y cómo no, si la pesadilla me la dio en persona, o bueno, ni tanto, porque me hizo sentir bien.
Me baño, me aseo, bajo, preparo mi desayuno y salgo al instituto. Como siempre, me encuentro con Nidia, y aunque me pregunte cómo estoy, siempre estoy bien y radiante.
Las clases están un poco fastidiosas, pues estamos en exámenes. Las horas en el instituto avanzaban lentas. Entre el ruido de los lápices y el zumbido de la clase, siento que mi mente se aleja, y mis pensamientos inevitablemente volvían a la "Cosa". Se llama Adriel, o bueno, eso entendí.
Me pregunto: ¿volverá a aparecer? ¿Si volvería a hacerme sentir de esa manera? Sacudí la cabeza, intentando concentrarme en el examen. No es el momento.
Es el almuerzo y Nidia sigue contando lo mal que le salió su examen, pero yo apenas la escucho. Mi mirada se pierde en una figura: Jeff, al otro lado de la cafetería. Se ve tan... tan... tan perfecto.
Su cabello despeinado, su sonrisa fácil. Siento cómo una oleada de calor me recorre, siempre que lo veo me pasa esto.
Al final, me dirijo al casillero, quiero salir pronto. Pero, justo cuando cierro la puerta del casillero, ahí estaba: la Cosa.
—¿Qué mierda quieres, Cosa? Déjame en paz.—le reclamo.
Miro para todos lados, siempre lo ignoro. No quiero que sigan diciendo que soy la loca del instituto.
—Adriel. Soy Adriel, príncipe y ángel de la muerte, chillona malagradecida.—me dice. Por primera vez puedo escuchar su voz y me parece sexy... Nunca lo había escuchado tan nítido y claro. Siempre lloraba o lo ignoraba. En realidad, este quiere algo...
Su presencia siempre la siento con su aura molesta y pesada, pero hoy no, hoy es angelical...
—Lárgate, estoy ocupada. —le escupo, y cierro con fuerza mi casillero.
Emprendo mi camino a casa, hoy caminaré. Pero como era de esperarse, los chicos tienen práctica de fútbol. Viene mi amiga Laud y me dice:
—¿Phoe, no te quedas? Hay chicos sexis. —ella levanta los ojos y las cejas de forma coqueta y sonríe. Pero mi sonrisa se borra cuando la Cosa vuelve y aparece. Se para frente a mi amiga y le pasa su mano por enfrente.
—Vaya, tu amiga también es pervertida, pensé que solo lo eras tú.
—Pervertida tu abuela —le grito. Pero Laud arruga su cara.
—No dije nada, Phoe, ¿por qué te molestas?. —me pregunta ella, y escucho cómo el imbécil este de la Cosa suelta una carcajada.
—No... lo siento, Laud, no era para ti, fue algo que recordé... —digo, haciéndome la tonta, mientras el estúpido de la Cosa ríe a carcajadas.
—Bien, como quieras, Phoe, pero así no conquistarás nunca a Jeff. —me dice, y sale corriendo y abraza a Jackson.
—Deja de reírte, imbécil —le digo mientras retomo mi camino, pero esta Cosa sigue caminando a mi lado.
—¿Te gusta ese chico, eh? El tal Jeff que dijo tu amiga, chillona. —me pregunta, pero aún se burla.
—No es tu asunto, largo, déjame en paz —le digo, y solo escucho un leve susurro.
—Bien, como quieras... —volteo, pero ya esa Cosa se ha ido.
Llego a casa, como, mi almuerzo y reviso la casa. Como es de esperarse, mamá y papá trabajan, son ingenieros, mis dos hermanos mayores ya están en la universidad, y yo estoy sola.
Me tiro en mi cama, quiero tomar una siesta, pero mi descanso se ve interrumpido por esa Cosa, que, para mi parecer, ya no es tan fea como antes.
—"En vano he luchado. No lo haré más. No puedo reprimir mis sentimientos. Permítame decirle cuánto la admiro y la amo" —lee la Cosa de mi libro. Termina y ríe.
—¿Qué es esta mierda, jajaja? Orgullo y Prejuicio, no sabía que eras tan romántica —hago un gesto de disgusto cuando nuestra con sus manos.
—Ni tú tan metiche, es mi libro para literatura, debo presentar un ensayo. Si vas a leerlo, debes por lo menos hacer tú el ensayo —le digo, y lo fulmino con la mirada.
Este deja el libro y camina hasta mi lado. Siempre que lo siento cerca me repela y fastidia, sin embargo, esta vez, algo diferente pasa. Se acerca, y mi cuerpo reacciona de una manera inesperada.
Es como si, bajo todo este desprecio, mi piel vibrara con una extraña sensación de cosquilleo.
Carajo, estoy enojada, SI. Pero no puedo negar que algo dentro de mí se mueve cuando Adriel se acerca.
—¿Cómo te va con tu amiguito ese que te gusta? —volteo a verlo. Está hablando nuevamente de Jeff. Es raro que esta Cosa me pregunte por él, ¿ahí no?
—Puta madre... ¿Cosa? ¿No me digas que te lo llevarás? —pregunto exaltada. Este ríe a carcajadas con mi forma de exaltarme por esto.
—Sí, sí me lo llevaré —contesta, y yo niego... Mis ojitos están a punto de llorar.
—Pero aún no. A todos les llega su momento. —dice este imbécil, y mi susto se convierte en rabia.
—Eres un imbécil, Adriel, me asustaste —le reclamo furiosa—. ¿Qué mierda es lo que quieres? Tú nunca me hablas y ahora haces como si fueras mi mejor amigo.—le repelo.
Este se acuesta a mi lado en la cama, está totalmente materializado y es muy guapo.
Cabello n***o, algo largo y despeinado, ojos azules, labios carnosos, definidos y rosados; un rostro cuadrado, atractivo, y sus cejas son gruesas y negras.
—¡Quiero proponerte un trato!. —
•••☠𝓪𝓷𝓰𝓮𝓵*𝓸𝓯*𝓭𝓮𝓪𝓽𝓴☠•••