Capitulo 2

1575 Words
Alexander  Salgo de mi casa directo a mi empresa, soy de los que llega temprano para así mantener el orden en los trabajadores y no se tomen atribuciones de llegar tarde, ya que el jefe así de esa manera tengo el control en ellos. Hoy hay entrevista para la secretaria de presidencia si para mí y soy quien las vas a realizar ya me estoy imaginado todas las arribistas que llegaran, porque sé que no van para el puesto a lo que van es para que les dé un buen revolcón nada más. Y no soy de negarme a uno porque solo las utilizo para eso es lo único para qué sirven nada más. Mientras voy maquinando mi plan malévolo en mi mente para recibir a las dichosas secretarias, suena mi teléfono, es un número desconocido.   Lo tomo  —Diga — contesto  — Hola Alex — Al escuchar esa voz el odio crece en mi ´´¿¡Que hace esa mujer llamándome después de lo que me hizo es el cinismo personificado!´´  — ¿Qué haces llamándome Julieta?   — Solamente quiero que hablemos Alex, estoy tan arrepentida de todo lo que hice por favor hablemos, sé que aún me amas —  lo dice como triste, me rio antes que termine de hablar se queda callada, mientras mi risa no para  — Mira Julieta o mejor te llamo zorra si ese nombre te queda mejor no crees, que esta sea la ultima vez en tu vida que me llamas y además no digas lo que estabas diciendo, porque sabes que lo que no hice antes cuando te encontré con otro en la cama lo puedo hacer ahora y te voy a dar una pequeña idea de lo que te puedo hacer es algo que me ha pasado muchas veces por mi mente que te parece que por las veces que me viste la cara de imbécil, consigo varios de mis hombres para que te cojan es una buena idea no crees— le digo con malicia  — Porque expresas eso Alex, tú no me harías eso — dice sorprendida   — a no si no me crees solo nos toca hacer la prueba y verás de lo que soy capaz de hacer con las personas y mas con las traicioneras, mentirosas. Me voy a divertir mucho  — ¡Tú no eres así! — me dice  —Pobre ilusa no me conoces Julieta así que no tientes tu suerte por que la que has tenido este tiempo se puede acabar solo con una orden — le contesto  —Cuelgo la llamada   Desgraciada mujer, continuo conduciendo llego a la empresa. Paso de largo sin expresarle nada a nadie ya es normal, voy hacia mi ascensor privado para llegar a mi oficina. Cuando llego encuentro todo el pasillo lleno de mujeres que por como me observan traen otra meta en su mente, pero así como llego ni las determino y paso de largo sin expresar nada.     — Buenos días, señor Fleming— dice Manuela  — No contesto—  —Aquí están las señoritas para la entrevista— me dice, entusiasmada como siempre  — Le doy una mirada fría— ella se queda paralizada sin mencionar nada, me gusta que se comporten de esa manera que con exclusivamente una mirada sienten temor, ni me imagino como se deberían sentir cuando les grito.      —Entro a mi oficina y doy un portazo   Voy hacia el minibar que tengo y me sirvo un trago de whisky, para ver si se me baja toda la rabia que tengo, después de un momento llamo a Manuela que haga pasar ´´ a las señoritas como las llama ella´´   —Manuela — Dígame Señor — Que  pasen rápido que quiero salir de esto que tengo cosas mejores que hacer   —Si señor— dice   De este modo van pasando todas y se les nota en la mirada y todo lo que traen encima lo que quieren, hubo una que salió llorando nada más porque le grite no paraba insinuárseme , así van pasando y ninguna queda. No puedo negar que no están nada mal para una buena cogida, pero en este momento no estoy de casería.   Cuando creía que ya había terminado, tocan la puerta —Digo que pase, sin embargo no lo hace  — ¡Será que no piensa pasar!— expreso con fuerza   Estoy de espalda y escucho como entra y se detiene al entrar, me doy la vuelta y me encuentro con dos hermosos ojos observándome, no sé si con temor o algo más no llego concluirlo Tiene la carita como la de un ángel es la cosita más linda que he admirado, y es la primera vez que observo que alguien tiene diferente color de ojos es algo muy raro.    Me recupero de mi trance de estúpido— porque pienso esas cosas, me recalco que todas son iguales   Buenos días, señor Fleming— me dice, hasta la maldita voz la tiene hermosa, diablos me maldigo por dentro aún estoy en mis pensamientos pateándome ahora la observo rápidamente , ella sin darse cuenta se ruboriza y se ve tierna  — Maldición, para salir de mi trance, le expreso de una manera desposta  — Será que se va a quedar parada ahi mirándome— hago que me pase sus documentos y doy comienzo con la entrevista, cada pregunta que le hago la contesta con honestidad porque no titubea en responder  Y se le nota que no viene a lo que vienen las demás, ella si viene para el trabajo. Hasta que le hago una pregunta y al parecer se ofendió   ¿Cree que de secretaria lo va a adquirir?— en la manera en que me contesta me llena de coraje, que a pesar de que la miro con mi fría mirada no se inmuta para nada   ´´Por algo se empieza señor Fleming´´— uf, de la rabia que siento porque nadie me contesta así de esa manera  — Que se cree usted para contestarme así señorita del castillo — lo digo recargando su apellido   —Como le he contestado señor Fleming— lo expresa de la misma manera en que yo exprese su apellido y me lleno más de rabia, esta mujer me saca de mis casillas muy fácilmente, de una sale mi ego a flote — Creo que aún no se ha dado cuenta de que está hablando con alguien más grande que usted— me rio y  —Que se cree usted porque tiene dinero los demás están por debajo de usted está bien equivocado señor Fleming eso solo se lo cree usted en su mundo— en la manera en que lo declara son arrogancia y activismo en mis años de CEO nadie me había contestado de esa manera lo que yo digo se cumple y listo, pero esta mujer no le importa, veo que se levanta para salir de la oficina, va hacia la puerta la sujeto del brazo, a mí nadie me deja con la palabra en la boca la tomo del brazo con fuerza, no obstante aun así no observo algún rastro de dolor en su cara, trata de soltarse de mi agarre, y le manifiesto sosteniendo su mirada con furia — Quien le doy la orden de levantarse  — Nadie me da orden de levantarme y menos usted — aun teniéndola como la tengo, cuando el león tiene su presa al borde de la muerte, no deja de ser altanera conmigo, la sujeto aún más fuerte, es cuando me menciona — Me está haciendo daño  Tiene miedo Emma— le digo en tono malicioso   — No le tengo miedo Alexander— la manera en que expresa mi nombre, se escucha tan agradable, a pesar de que es con rabia, primera vez que alguien me llama por mi nombre que no sea mi madre los demás es señor Fleming y me quedo en un ´´como´´  — Que me suelte si no— me dice  — Sino que va a hacer Emma— no sé en qué momento comencé a tutearla. De un momento sin darme cuenta— me da una bofetada y sale de la oficina me quedo ahí parado, analizando que fue lo que acaba de pasar me formulo a mi mismo, se atrevió a pegarme a mí al poderoso Alexander Fleming a mi. Así como vuelvo en sí salgo de la oficina a buscar esa chiquilla impertinente, para darle su merecido  — Manuelaaa—le grito  — Si señor — Emma del Castillo ¿¡DONDE ESTA!?   —Señor la señorita del Castillo ya va bajando— me mira a la cara, claro debo de tenerla roja  —Llama para que la detengan, no tengo tanta paciencia y  me dirijo al ascensor hacia la recepción para buscarla yo mismo La voy a atraer para darle su merecido, llegó y no la veo por ningún lado, se acercan mis hombres, me dicen que ya no estaba en el edificio ¡MALDICIÓN SON TAN INCOMPETENTES! — Salgo hacia mi oficina cuando llego Manuela me está esperando  — Señor Fleming— Quiero toda la información de la Señorita del Castillo lo mas pronto posible en mi escritorio expreso antes que me contesté algo, me voy a mi oficina y tiro la puerta. Comienzo a tirar cuanta cosa este en mi camino, no sé por qué tengo tanta rabia, ESA CHIQUILLA IMPERTINENTE— grito…           .           
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