Capítulo 8

1244 Words
— Muy bien señora Grant, puje con fuerza y entre descansos respire así uf uff, ah — explica una de las enfermeras Hannah sigue filmando como si de un documental en Serengeti se tratase, yo solo intento seguir las instrucciones tan bien como me permite el dolor que siento, pero más que el dolor es que ya estoy preocupada, por eso debo esforzarme... [...] No sé cuento tiempo a pasado, pero veo a Hannah y a una de las enfermeras con un bultito azul en sus brazos cada una. — Felicidades señora Grant, lo ha logrado, son dos hermosos niños — dicen y escucho el llanto desesperado de las criaturas. Sonrío con cansancio y sin poder contenerme más me permito descansar, es suficiente después de todo, YO, ya NO puedo más. La luz y el movimiento de sombras hacen que me despierte, el olor suave de limpiador de lavanda inunda mis sentidos y hace que finalmente abra mis ojos. Hannah, se encuentra sentada a mi lado revisando su teléfono, Jack está frente a lo que parece ser una cuna dond mis dos bebés están algo inquietos, aclaro mi garganta llamando la atención de Hannah. — Jackie, Buenos días — dice Hannah con una sonrisa dejando su teléfono a un lado. — Buenos días Hannah, gracias por estar aquí, pero ¿no te dará problemas si faltas a trabajar? — pregunto y ella rueda los ojos — Parece que te olvidas de quién es mi padre, aunque nadie en mi trabajo aun lo sepa puedo usarlo como excusa — dice encogiendose de hombros. Niego y entonces giro mi rostro hacia donde está Jack. — Eh Jack, buenos días — digo y él deja de observar a los inquietos gemelos — Oh Jackie estas despierta, buenos días — dice con una gran sonrisa en su rostro. — ¿Cómo están mi peques? — pregunto y él me mira negando — Algo hambrientos señora mamá — dice — Ooh, ya veo — digo sentándome, mis manos están intervenidas y suero cuelga de el instrumento al lado de la camilla — ¿Podrían traermelos? — digo mirando a Jack y a Hannah, ambos asienten y Hannah se levanta de la silla en la que estaba y va con Jack, quien le entrega a uno de los pequeños. Los dos entonces caminan con mis niños y me los entregan, ambos tienen los ojos claros, tienen cabello oscuro y, y son hermosos, miro a Hannah y Jack y ambos se dan la vuelta, dándome algo de privacidad y salen de la habitación. Me retiro la parte superior de mi prenda y les ofrezco a cada uno de mis hijos un seno, cierto han crecido en el transcurso de mi embarazo, pensé que NUNCA iba a tener senos prominentes, pero era un talla 34 y ahora parezco una 40, Los pequeños, se pegan con prontitud en busca de alimento y mientras los veo alimentarse a voluntad, pienso en los nombre Kyan y Kayne, ambos tienen lunares en el rostro, Kyan lo tiene justo debajo de su ojo derecho mientras que Kayne tiene su lunes justo sobre la parte superior derecha de su labio. Sonrío con Felicidad hasta que ambos están satisfechos y procedo a sacarles sus gases, cierto, ahora es cuando empieza la parte crítica, son dos, así que tengo que atender a uno y entretener al otro, ¡vaya que complicado! [...] — Jackie, ¿estas lista para tu entrevista? — pregunta Jack, desde abajo — Si, estoy lista, gracias por haber llevado a los chicos a la guardería, no se cuanto tiempo me habría tomado hacerlo TODO sola — digo — No hay problema, baja ya, tu taxi estará aquí pronto — dice, acomodo mi traje de falda y tomo mi portafolio. Salgo de mi departamento rápidamente luego de una corta inspección de maquillaje y atuendo, bajo las escaleras y llego al restaurante de Jack. — Jack, ya estoy — digo y él sonríe — Te ves hermosa, te sienta bien ese traje — dice, para ser honesta en los últimos dos años y medio casi tres Jack ha Sido un gran apoyo para los chicos y para mí, aún sigo viéndolo como a un amigo, pero él aún sigue confundido entre Hannah y yo, hace poco el padre de Hannah decidió prometerla con el hijo de un importante dueño de un grupo empresarial rival del suyo, y por último, mi trabajo en la escuela aunque es genial, el dinero es muy poco, así que he estado en busca de un trabajo mejor remunerado para poder brindarles una mejor estabilidad a los chicos. — Hmm, gracias Jack, te lo agradezco mucho, lo más importante es verme presentable — digo y justo entonces la bocina del taxi, avisa que está aquí. — Bien, me voy — digo saliendo del restaurante sin darle tiempo a decir nada más Subo al taxi y saludo al conductor — Por favor la calle XXX, el edificio XXX de Manhattan — digo — Bien señorita, serán 15,50 — dice el señor — Ok, ningún problema, muchas gracias — digo y partimos hacía el destino previsto. Estoy algo nerviosa, por supuesto que esa una gran oportunidad, pero tendré que pensar en adquirir un medio de transporte pues ir de allá para acá en taxi es extremadamente costoso, ah sí, voy a trabajar para el grupo rival de la familia de Hannah, a lo mejor y aquí encuentro a su prometido. — Hemos llegado señorita — dice el hombre y yo pago, bajo del auto y salgo a la concurrida avenida de Manhattan, los autos y las multitudes son cosa de todos los días en el importante centro económico y comercial de Nueva York, me giro para quedar frente a la imponente puerta del gigantesco edificio de 50 plantas, las palabras doradas de la entrada me recuerdan el lugar “GRUPO KNOX” Trabajamos por el bien de una economía. Sacudo el polvo imaginario de mi traje y entro al edificio, al entrar por la puerta giratoria, tengo esa extraña sensación de que la puerta dará vueltas y me regresará de nuevo a la calle, pero todo se desarrolla normalmente y cuando menos lo espero estoy dentro del edificio. Me acerco a la zona de recepción y allí me indican la sala de entrevistas, al llegar allí, veo que ya hay una larga fila de hombres y mujeres antes que yo, bueno tengo una oportunidad entre tantas personas, pero al menos tengo la oportunidad. [...] El tiempo pasa y pronto es mi turno para pasar a la entrevista, entro a la sala indicada siendo la última candidata por ser entrevistada. Uno de los entrevistadores mira la hora y — Buenas tardes señorita Grant, buen hablemos de usted, ¿por qué es usted la adecuada para desempeñar la labor de nutricionista en nuestra compañía? — pregunta. Sonrío — Hablando desde mi pinto de vista cualitativo, seguramente carezco de muchas cosas, pero tengo las habilidades y las certificaciones que me acreditan para desempeñar el cargo, después de todo nosotros buscamos no solo alimentarnos, sino nutrirnos realmente, así que eso sin duda alguna es mi objetivo, la alimentación debe ser balanceada pero al mismo tiempo brindar un sentimiento y de esta manera realmente nos alimentará — digo y los examinadores se miran entre sí y asienten. — Muy bien señorita Grant, este atenta a nuestra llamada, ¡que tenga un buen día! — dice y yo asiento mientras me retiro.
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