F E E L Y O U

3689 Words
Soy tan débil cuando estás alrededor, y podría decir que no me importa una mierda lo que piensen de mí, que prefiero sentirte cada noche, que por arte de magia es cuando más tiempo pasas conmigo, podría decir tantas cosas, pero prefiero hacerlas. Dejar que roces cada parte de mi alma y así poder tocarte de manera prohibida. No hacemos nada malo, si no fuera por tu novio y su complejo de princesa, seguramente esto sería más real. No tendría que conformarme con tu cuerpo, podría tener tu corazón completo y por fin vivir aquello que en alguna ocasión escribí. Puedes odiarme por destrozar una relación y yo debería odiarte más por destrozarme la vida. Actualmente No recuerdo cuando empezamos, tengo una vaga idea, pero creo que en realidad fue mucho antes. La brisa entraba por la ventana de mi habitación, me gusta dejarla abierta para tener una mejor vista del cielo nocturno. Las cortinas se movían levemente, bailaban un vals lento con el viento que se colaba. Mi cuerpo estaba cubierto por una leve capa de sudor, me abracé al cuerpo de mi amigo, pensé que dormitaba, sus manos posándose en mi pecho desnudo me dejaron claro que no era así. Sus parpados permanecían cerrados, no decía nada, no era necesario, nunca lo ha sido. ㅡ ¿Te quedas? Al parecer seguía demasiado cansado como para responder, sonreí como idiota, seria mío una noche más. Lunes 15 de septiembre del 2014 De nuevo se me hizo tarde, eso de desvelarme jugando en línea es malo, pero no voy a dejar de hacerlo, no cuando mi reino ha crecido tanto como para formar parte del top 100. Mamá de nuevo se quedó en el hospital cubriendo guardia, supongo que ha sido una semana pesada en el hospital. Mi uniforme seguía siendo un desastre con la corbata casi asfixiándome, el cinturón colgando descuidadamente de las presillas del pantalón y el suéter aun sin abotonar. Era tarde para prepararme un desayuno decente, tampoco podía ir a la escuela con la barriga vacía, me estiré para alcanzar la mermelada de fresas y de paso las tostadas. Unté un poco de mermelada porque nunca me ha gustado comer las tostadas solas, aún menos si es de pan integral. Podría dar mil argumentos sobre por qué no me gustan las cosas integrales, pero creo que basta con decir que sabe horrible. Me sorprendí cuando el timbre sonó, nadie podía verme en esas fachas, metí la tostada a mi boca y caminé hasta llegar a la puerta mientras torpemente me acomodaba el uniforme. ㅡBuenos... ¿qué rayos? ㅡel pelinegro enarcó una cejaㅡ ¿Te quedaste dormido? ㅡasentí avergonzado, es una desventaja que me conozca bienㅡ. Rayos. Es tu primer año en la escuela media y no dejas de ser un desastre andante. Vamos antes de que se haga más tarde. ㅡJa mmahám... ㅡTrágate eso antes de hablar, mocoso. Terminé de masticar, dejé a mi amigo en la puerta para ir por mi mochila, es lo único que dejo preparado para el día siguiente así no tengo que perder la cabeza en las mañanas buscando mis llaves o mi identificación escolar. ㅡ ¿Qué tal el fin de semana? ㅡel azabache tenía piernas cortas que caminaban rápido. ㅡNada interesante, mamá me presentó otro novio, ya sabes, lo de siempre ㅡciertamente estaba acostumbrado a escuchar aquello. Nuestra regla de decir siempre la verdad incluía las cosas más vergonzosas y todo lo que nos inquietara. ㅡ ¿Crees que sea el elegido? ㅡdespués de estar caminando por diez minutos, empezaba a ver a chicos de mi escuela por el camino, algunos a paso de tortuga y otros un tanto exagerados como Jimin, queriendo volar. ㅡNo. Parece que a mi madre le ha dado por tener relaciones temporales ㅡquedé en silencio para evitar decir algo feo acerca de la señora Park. Al final de cuentas se trataba de su mamá. Una calle antes de llegar a la escuela detuve el paso, Jimin me imitó, no sería reprendido de nuevo. Fajé mi camisa, di un vistazo rápido a mi apariencia. ㅡ ¿Cómo me veo? ㅡTe vez bien, ahora caminemos antes de que tengamos que cargar libros. Lo peor. Este tipo de escuelas deberían de estar prohibidas, eran prisiones para adolescentes, nunca se puede hacer o decir algo sin consultar el reglamento escolar de antemano. Un rumor en la escuela dice que un chico de intercambio no duró ni una semana aquí, y todo por mascar chicle en clases, para desgracia suya se encontraba en clases con la Dictadora, quien aún sigue viva y para variar es mi maestra, nadie volvió a saber del chico después de que lo pusieron a quitar chicles en toda la escuela. Pasamos con éxito a los odiosos profesores de la entrada, para mi suerte ninguno de ellos era mi titular, Jimin de nuevo queriendo volar por los pasillos. Me costaba un pulmón seguir su ritmo. ㅡTengo clase en el segundo piso ㅡél lo sabía, memorizó todo mi horario, sólo lo mencioné esperando a que disminuyera su velocidad. ㅡLlegaré tarde ㅡse quejóㅡ. Jungkook debes dejar de desvelarte por esos juegos que no sólo te dejaran medio idiota si no ciego. Detuve mi andarㅡ. Nunca te he pedido que pases por mí ㅡcrucé los brazos sobre el pecho. ㅡNo es momento para discutir. Camina antes de que nos metamos en problemas. ㅡVete tú, yo me quedaré aquí. Jimin miró a los lados. Lo vi demasiado preocupado como para seguir peleando. Nuestra amistad es así, yo soy el chico irresponsable y él, el que soporta mi carácter del asco. Pasó su diestra por su cabello, desordenándolo con sus dedos. Esa simple acción me volvía loco y tenía que contenerme por nuestra amistad. Honestamente siempre hubo una atracción, más tarde comprendí esos sentimientos. ㅡUn berrinche no, por favor ㅡme hubiese gustado tomarle una foto haciendo esa cara. Saqué el celular de mi bolsillo para dejarle claro que lo ignoraba, para mi mala suerte olvidé cargarlo y prácticamente se volvió un aparato inservible por el momento. A la distancia a la que se encontraba dudo que pudiera darse cuentaㅡ. Pido un trato. Despegué la vista de la pantalla en n***o para fijarla en él. ㅡOfrece. ㅡEl fin de semana seré tuyo sin objeciones ㅡla sola idea me ponía felizㅡ, sólo caminemos para llegar a clases ¿Sí? ㅡNo puedes negarte a jugar conmigo ¿De acuerdo? ㅡasintió derrotado. Pasamos todo el tiempo juntos, pero si hay algo que Jimin detesta, es que yo juegue en su presencia y más si tiene que jugar conmigo. Actualmente Lo primero que vi al despertar fue ese par de ojos cafés escaneándome, Jimin sonrió segundos después. Por eso al despertar me digo a mí mismo que si pudiera elegir, sin pensarlo dos veces aceptaría, yo sería suyo y él sería mío efímeramente. Sé perfectamente que no soy yo al que ama, no soy yo al que toma de la mano por la calle y con quien quiere pasar el resto de su vida. No me siento mal, entiendo que todo esto lo ha hecho sin querer, que su plan inicial no fue estar en esta situación, pero así son las cosas y lo hemos aceptado. Acepté que su cuerpo es mío y que su corazón le pertenece a su pareja y no codicio aquello que no puedo tener. Estuvimos un rato más en la cama, observándonos y dándonos besos fugaces. Mamá de nuevo no llegó a dormir, el desayuno lo preparó Jimin, él es mejor que yo en eso. ㅡDeja de presionarlo. ㅡSólo digo que llevamos mucho tiempo saliendo y él aun no confía en mí ㅡrespondió dejando un beso en mi frente antes de sentarse a mi lado. Me mordí el labio inferior, no era quien para juzgarloㅡ ¿Debería? Digo, lo que tú haces en mi casa no es precisamente tomar el té ¿cierto? ㅡA veces me pregunto si debería amarte u odiarte por tu increíble personalidad. Prometo que dejaré de joderlo con tener sexo. Nuestra regla siempre ha sido esa, decir lo que pensamos, no mentirnos para no dañarnos, pero yo he fallado a esa promesa un par de veces y Jimin tiene razón, me hice daño. Martes 30 de septiembre 2014 Jimin llegó tarde por mi culpa por tercera vez en la semana y como castigo tuvo que limpiar el salón de clases en la salida. Quise ayudarlo, pero la profesora no me dejó, estúpida amargada. Ésta tarde no era el único esperándolo, Taehyung su compañero de clases, me acompañaba. Nos conocimos por Jimin, mi primer día de clases fui arrastrado hasta el patio en donde se reunía Jimin con sus amigos de clase, fui bien recibido en su círculo tanto que de vez en cuando nos juntamos en casa de alguno de ellos para pasar el rato. Taehyung es con quien más conecté, es un chico alegre, somos parecidos sólo que él no tiene una obsesión por los videojuegos y nunca lo he visto actuar con malicia en contra de Nam Taehyun que siempre lo molesta a saber con qué cosas o cualquier otra persona. ㅡ ¿Qué tienes ahí Tae? ㅡel chico de sonrisa cuadrada traía una bolsa en las manos. ㅡE-esto me lo han regalado unas chicas ㅡretiró los risos que caían por su frente. ㅡ ¿Te gusta alguna de ellas? ㅡsonreí con picardía, el alegre y algo tímido Taehyung negó de inmediato. ㅡN-no, yo, me gusta alguien más ㅡcreí que cambiaría de tema, pero me equivoquéㅡ ¿A ti te gusta alguien? ㅡpodría decírselo, ya que, él sería incapaz de juzgarnos. Tae mantenía la vista en el suelo, jugaba tímidamente con las mangas de su suéter. ㅡSí ㅡmiré alrededor para cerciorarme de que nadie aparte de nosotros escuchabaㅡ. Me gusta un chico ㅡTae levantó la mirada, lucía inquieto, quise preguntarle la razón, pero al se dio cuenta e intentó disimularloㅡ, me gusta Jimin. ㅡOh. No esperaba escuchar eso. ㅡ ¿Estas sorprendido? ㅡSí, no creí que lo miraras de otra forma. ㅡNunca lo he mirado de otra forma ㅡadmitíㅡ, me ha gustado desde siempre, antes de siquiera identificar mis sentimientos. Miércoles 3 de diciembre 2014 El momento de decirle todo lo que sentía llegó. No podía seguir guardándolos para mí, prometí que le diría todo. Hoy sería nuestro último día de clases, el mío porque Jimin aún tenía que asistir un par de días más para la ceremonia de graduación, por supuesto que yo estaba invitado. No pude dormir en la noche pensando en qué podría hacer para que fuera un momento especial. Esta mañana me levanté con toda la confianza del mundo. Las horas de clase pasaban muy lentas y dejaron de ser un martirio cuando por fin tocó el timbre. La puerta no se llenó de personas como de costumbre. La mayoría de mis compañeros se quedó después de que el profesor se marchara para ponerse de acuerdo y planear sus vacaciones. Pasé de ellos, tenía cosas más importantes que hacer. Subiría al tercer piso para regresar a casa en compañía de Jimin. Contrario a lo decían, los nervios brillaban por su ausencia. Tampoco sentí que me faltaba el aire o que me temblaban las piernas. Mi seguridad para confesarle al pelinegro mis sentimientos se debía a ese deje de complicidad que nos rodea desde la primera vez que hablamos. El tercer piso únicamente era ocupado por la presencia de Taehyung quien permanecía de espaldas a mí. ㅡ ¡Tae! ㅡel mencionado se giró para quedar de frente, sonreía tan radiante como siempreㅡ ¿Listo para la universidad? ㅡJungkook, aún falta para eso. ㅡ ¿Y? Te quedaste en la universidad que querías ¿Qué podría ser mejor? ㅡTaehyung sonrió al escucharme, aunque no lo admitiera, sabía que él era el más emocionado con el asunto de la universidad. ㅡSiempre tan positivo, gracias. ㅡAdemás, Jimin te hará compañía. Qué envidia, no podré molestarlo como de costumbre. Sabes, este año fui feliz porque de nuevo pude pasar más tiempo con él ¿Por qué nací os años después? Taehyung sonrióㅡ. Eres adorable ㅡpellizcó mis mejillas un par de segundos y regresó a su posición. ㅡNah. Hablando de Jimin ¿lo has visto? ㅡSe quedará hasta tarde en la dirección. Olvidó traer uno de los documentos y lo retrasarán con el papeleo. Saqué el celular de mi bolsillo ¿Adivinen? Mi celular murió. Olvidé cargarlo. Taehyung miraba el suelo, siempre tan él. ㅡPodrías decirle a Jimin que tiene que venir a mi casa, le he preparado una sorpresa ㅡTae asintió, saqué del bolsillo la carta que me desvelé haciendoㅡ. Y de paso, entrégale esto, por favor. ㅡCuenta con ello. ㅡNos vemos, Tae. Ve guapo el día de la ceremonia, yo seré el fotógrafo. Lo último que vi antes de salir corriendo fue a Taehyung levantando la mano en forma de despedida, no sonreía, no de verdad. Actualmente A su lado incluso el silencio resultaba cómodo. Miradas cómplices de ambos no faltaron durante el desayuno. Sorbí un poco del café que Jimin había preparado para mí, creyendo que ya se había enfriado, terminé quemándome la lengua. ㅡ ¡Diablos! ㅡJimin se levantó de la silla en la que descansaba, retiró el café que tenía aun en las manos, se puso en cuclillas acunando mi rostro y mirando con preocupación mi boca. ㅡTe he dicho cientos de veces que primero debes asegúrate de que se enfrié un poco, nunca me haces caso ㅡreí por su tono frustrado. Era lindo cuando tenía esos gestos conmigo. Tal vez, todo el tiempo. ㅡOh, Jimin. Sabes que soy muy torpe para recordar cosas. ㅡDebes tener cuidado, no me gusta que te hagas daño. ㅡLo haré ㅡprometí. Dejó un pico en mi nariz y volvió a tomar asiento. Pudimos ser una linda pareja y aunque en su momento no lo entendí, sé que no fue culpa de ninguno. No es que odie a su chico por robar a Jimin de mi lado, lo odio porque él le mintió, lo sigue haciendo. En eso no somos tan diferentes, pero si yo hubiese estado en el lugar del rubio, jamás hubiese actuado con el mismo egoísmo que él. Mi café ya no estaba caliente la segunda vez que lo probé. ㅡ ¿Es hora de que te vayas? ㅡseguíamos sentados alrededor de la mesa. Más tarde lavaría los trates, son pocos y si no quiero que se haga una montaña será mejor lavarlos hoy mismo. Jimin dejó su taza en el lavaplatos, fue lo último que quedaba para recoger de la mesa. ㅡNo, quiero pasar la tarde contigo ㅡsonrió y yo correspondí al instante. Regresamos a mi habitación, me dejé caer sin cuidado sobre la cama, Jimin se sentó en el borde, su vista permanecía fija en algún punto de mi habitación, se perdió en el vació. La universidad lo tenía estresado y las frecuentes peleas que tenía con su novio lo cansaban de sobre manera, por ello cuando venía a verme pasaba más tiempo durmiendo que nada. Con la mano en el corazón puedo jurar que no me molesta, lo que tenemos puede ser físico para él, pero la verdad es que yo siempre me he entregado en cuerpo y alma, estuve en sus peores momentos y él en los míos. Me arrastré hasta Jimin, puse mis manos sobre sus hombros y masajeé estos, se sentía increíblemente tenso. ㅡElla quiere regresar. No quise evitar el tema, sé que Jimin no la ha tenido fácil, su madre encontró al hombre indicado cuando Jimin ya se había graduado, decidió que el problema no era ni ella ni sus novios, si no Jimin. Sandara no lo dejó en la calle, y fue lo único bueno que hizo por Jimin desde que lo dio a luz, ella se fugó con uno de sus novios y abandonó a su único hijo, él se quedó con la casa. ㅡTe escucho ㅡlo alenté, pues aun era su mejor amigo. Martes 30 de diciembre del 2014 Pensé que Jimin sentía lo mismo que yo. Ese día no llegó a mi casa, todos mis preparativos se fueron por el caño. Admito que me enfadé, pero lo dejé pasar, Jimin no se apareció por mi casa y eso sí que me enojó, al final preferí quedarme en casa antes que ir a su graduación porque seguía deprimido, encerrado en mi habitación mientras veía ridículas películas de amor por TV ¿por qué? Bueno, porque me cortaron el internet y no podía jugar videojuegos, además les había dado por pasar maratones de películas cursis. Tocaban la puerta de la entrada, bajé con toda la pereza del mundo para atender. Sin preguntar de quien se trataba abrí la puerta. Él estaba delante de mí, su sonrisa dejaba a la vista su perfecta dentadura. Y sin saber qué hacer o decir, guardé silencio el cual aprovechó para ser saturado por toda la información referente a él y su pareja. ㅡ ¿Y? ㅡdije sin interés alguno. ㅡJungkook eres mi mejor amigo y quiero que me digas lo que piensas. ㅡSoy tu mejor amigo ¿seguro? Porque éstas últimas semanas me la he pasado solo en casa, sin mi MEJOR AMIGO. ㅡJungkook... ㅡ ¡NADA! ¡Lárgate! Es obvio que he sido remplazado. Cerré la puerta, los reflejos de Jimin no lo vieron venir. Me dejé caer dramáticamente, mi espalda se deslizó sobre la madera hasta llegar al piso. No entiendo... ¿Cuándo? ¿Cómo? Del otro lado de la puerta escuchaba los golpes de Jimin, sus gritos pidiendo que habláramos. Mis vecinos seguramente saldrían de chismosos para ver lo que sucedía. Poco me importaba. En la mañana Jin, uno de mis compañeros y con quien me llevo bien dentro del salón de clases, me llamó por teléfono para invitarme a una fiesta en casa de un compañero de clases con el que hablaba poco. La verdad no era la primera vez que lo intentaba, él quería sacarme de mi casa desde que empezaron las vacaciones. Dudo que mamá llegue a casa. Al no querer seguir escuchando el escándalo de Jimin, subí a mi habitación, tenía que buscar algo decente que usar, hoy por fin saldría de la Jungkookcueva. Cuando estuve listo me asomé por la ventana sólo para asegurarme de que el pelinegro se había marchado y cuando comprobé que así era llamé a Jin para que pasara por mí. Actualmente Sus bolas se estrellaban contra mis nalgas, él se hundía tan deliciosamente en mí. ㅡJoder, Jungkook me vas a arrancar el pene si sigues apretándome así, bebé. Mis piernas se enredaban en su cintura, de vez en cuando presionaba su trasero para que profundizara cada estocada. Mis manos seguían rasguñando su espalda, sólo por hoy lo haría o su novio podría notarlo, en estos momentos era cuando me sentía amado, cuando seguía sintiendo esperanzas para pasar nuestra vida juntos. Sus roncos gemidos me excitaban, él mordía mi cuello y besaba cada rincón que le fuera posible en esa posición. Sus manos me tenían firmemente sujeto de la cintura tomándola con brusquedad, quedarían marcas, jalé sus cabellos hacia abajo para unir nuestros labios, con ganas de comérmelo, mi boca fue invadida por su lengua. Dejé de marcar su espalda con mis no tan escasas uñas, rodeé su cuello con los brazos, mordí su labio y él me apretó el trasero con las manos, no podía dejar de gemir, me sentía tan a gusto, excitado. ㅡ ¡Ah! Jim... ㅡfue imposible completar alguna palabra, dejó de apretujar mi trasero, su mano se posicionó sobre mi m*****o, sin detener sus movimientos pélvicos, lo apretó con delicadeza, subiendo y bajando, no podía seguir reteniéndome. Un gutural escapó de mis labios ¿sólo era algo físico? Nunca le he echado nada en cara, siempre he respetado mi lugar en nuestra relación. Me conformo con sentirlo, no importa si el sólo me tiene ese cariño de niños, yo lo amo y no creo que sea necesario decirlo, estoy seguro de que él lo sabe. Jimin no tenía que darme su amor, me conformaba sólo con sentirlo. Dejó de joderme la bocaㅡ. Kookie... espera un poco más ㅡquería apreciar en su máximo esplendor el momento en que sus gestos se distorsionaban y la vista que me daba era más que perfecta. ㅡDéjame sentirte, córrete dentro de mí ㅡsusurré con dificultad. Él no tenía que decir nada especial, no tenía que decir nada que resultase forzado. ㅡEres el indicado, Jungkook ㅡ¿Cuántas veces había escuchado lo mismo? ㅡ, me siento real cuando estoy contigo. Sin importar que esto sea efímero, sólo quiero sentirlo ahora, sentir un poco del amor ajeno. ㅡQuiero sentirte ㅡun escalofrió recorrió mi columna, me encorvé un poco hundiéndome en mi propio placer, Jimin se aferraba a mi cuerpo, su rostro se escondió en mi cuello, sentía cosquillas causadas por su desordenada melena. Jimin tenía la manía de marcar mi cuerpo, empezaba como un beso húmedo, procedía a succionar sin ser brusco y cuando la marca se tornaba de un leve rojo dejaba en paz esa parte para repetir la acción por diferentes partes de mi clavícula. ㅡPrometo que vendré a verte más seguido. Asentí, me había regalado una tarde completa. Si me pedía esperarlo una vida, por supuesto que lo haría. Jimin se marchó sin queme diera cuenta, lo último que recuerdo es la música de su celular avisando que tenía una llamada en espera. La canción, la escuché antes, era mi favorita, esa canción parecía decir más de lo que Jimin o yo admitiríamos alguna vez.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD