Capitulo 12

1309 Words
—¡Los he extrañado mucho! —dice Marie mientras deja su maleta en la puerta y abraza a Gabby para saludarla. Me quedo esperando detrás de ellas mientras se abrazan, saltando de la emoción. Se me hace un nudo en el estómago y estoy segura de que Marie puede ver la culpa en mi rostro. Para que quede claro, no me arrepiento en absoluto de lo que hice. Anoche fue un paraíso. Pude disfrutar de la virginidad de mi hijastra. Pude penetrarla con mi polla, sentirla como ningún hombre la ha sentido jamás... Si me mataran en el acto, habría muerto como un hombre muy feliz. Pero ahora que Marie ha vuelto, las cosas se complicarán. O sea, me follé a su hija. Me casé con Marie y me follé a su hija mientras ella estaba fuera salvando vidas. Si bien no me arrepiento de haberme acostado con Gabby, me aterra cómo podría ser que Marie se entere. —Espero que no hayan empezado a abrir los regalos sin mí —dice Marie mientras corre hacia la sala de estar con Gabby pisándole los talones. Gabby se detiene a mi lado y me dedica una sonrisa pícara. Debe saber lo que siento y creo que le gusta. Le encanta saber que me ha puesto en esta situación, que aunque mi esposa esté en casa el día de Navidad, solo puedo pensar en lo mucho que deseo sentir su estrecho coño alrededor de mi polla otra vez. —¿Vienes, papi? —susurra, sabiendo que le pedí que no me llamara papi delante de nadie. —Ten cuidado —le advierto, haciéndole un gesto con la cabeza para que camine delante de mí. —Lo que tú digas, papá —susurra y luego corre hacia su madre. Solo oírla llamarme papi me pone la polla dura. Por muy jodido que esté, saber que Marie está aquí y podría oírme lo hace aún más sexy. Cuando me reúno con ellas en la sala, están sentadas junto al árbol haciendo inventario de los regalos. Cada una tiene dos y Marie los reparte. Empezamos con los regalos que nos dio Marie. Gabby recibió una mochila de diseño llena de ropa bonita que le había llamado la atención en la tienda. Marie me regaló un Apple Watch con correas intercambiables. A continuación, los regalos de Gabby para Marie y para mí. Marie abre el suyo primero y ve un juego de cuchillos de chef nuevos y caros. Es perfecto para ella porque le encanta cocinar y lleva años queriendo un buen juego de cuchillos. Gabby me compró un kit de inicio para preparar mis propias cervezas caseras. Me observa mientras la abro y, cuando le doy las gracias, me guiña un ojo. Incluso con lo que pasó entre nosotros, no entiendo por qué. Por último, abren sus regalos. Marie sonríe y se acerca para besarla al ver la pulsera que le compré. —¡Es realmente hermosa! —dice con una amplia sonriz. Gabby abre el suyo y chilla de emoción cuando ve otra pulsera. —Pensé que sería lindo que las dos tuvieran pulseras de madre e hija —explico cuando Gabby le muestra las joyas de diamantes a su madre. —¡Es preciosa! —dice Gabby mientras aprieta su cuerpo contra el mío para abrazarme. La abrazo de vuelta y saboreo el breve momento de contacto, sabiendo que quizás no pueda abrazarla por un rato. Las tres nos quedamos charlando un rato en la sala. Gabby se sienta en el sofá entre Marie y yo mientras una de las viejas películas navideñas de animación con plastilina suena tranquilamente de fondo. —¿Algún plan para Año Nuevo? —le pregunta Marie a Gabby. Marie y yo hemos creado nuestra propia tradición de ver "Expediente X" todos los años con una cantidad exorbitante de pizza y cerveza mientras contamos los días hasta la medianoche. Pero este es el primer año de universidad de Gabby, así que podría tener algo divertido planeado con sus amigos de la universidad. —No, la verdad —dice Gabby encogiéndose de hombros—. Esperaba poder pasar un rato aquí con ustedes. Marie empieza a hablar de Expediente X mientras Gabby tiembla y coge la manta que cuelga del respaldo del sofá. —¿Tienes frío, cariño? —pregunta Marie. —Solo hace un poco de frío —dice Gabby, volviéndose hacia mí con los ojos muy abiertos. Asiento con la cabeza, sin saber exactamente qué quiere. Cuando asiento, sonríe y me cubre las piernas con la manta. —Toma, si tú también tienes frío, podemos compartir. No tengo tiempo de responder antes de que se acerque más y se suba la manta hasta los hombros. Desde donde estoy sentada, puedo verla por completo, mientras que Marie está completamente protegida. La manta se me enrolla alrededor de las piernas debido a la pronunciada inclinación hacia los hombros de Gabby. —¿Así está mejor? —pregunta Gabby, girándose ligeramente hacia mí mientras se levanta la camiseta debajo de la manta. Antes solo llevaba una camiseta de tirantes y un pantalón de pijama holgado. Ahora, su camiseta está justo encima de sus pechos desnudos, a la vista de todos. —Mucho mejor —digo, lamiéndome los labios mientras la miro. La conversación se calma mientras todas nos centramos en la película. Bueno, Marie se centra en la película. Yo me concentro en su hija jugando con sus grandes y respingones pechos bajo la manta mientras mi polla se infla rápidamente. Saber que Marie está ahí me estresa, pero me emociona más de lo que jamás imaginé. Me muevo con cuidado mientras extiendo una mano para tocar los pechos de Gabby. La veo sonreír y morderse el labio suavemente mientras mis dedos se enroscan alrededor de su pezón, acariciándolo y enviando pequeñas oleadas de placer por su cuerpo. Observo cómo sus abdominales se tensan y flexionan mientras intenta controlarse. Ella extiende la mano y coloca la palma de su mano en mi regazo, moviéndola hacia adelante y hacia atrás mientras masajea el bulto creciente. —¿Qué era aquella película que veíamos en Nochebuena, mamá? —pregunta Gabby, aprovechando el ruido para bajarme la cremallera sin que se notara. Desabrocho el botón con un movimiento rápido y mi polla queda libre. —Estabas obsesionada con el especial de Navidad de Barbie —dice Marie riendo. Se gira para mirar a Gabby, y Gabby se queda paralizada mientras su mano rodea mi m*****o erecto. —Me sé la letra de la película de memoria hasta el día de hoy. Marie vuelve a la tele y Gabby mueve lentamente su mano arriba y abajo de mi m*****o, jugueteando con la punta mientras usa mi líquido preseminal para lubricarme la polla. Respiré con fuerza y me recliné, disfrutando del momento mientras mis ojos se movían entre mi joven y atractiva hijastra y su madre, sentada a su lado, sin darse cuenta. Gabby me aprieta más fuerte y jadeo, mordiéndome el interior de las mejillas para no gemir. —¿Qué es eso? —pregunta Marie. Ella y Gabby me miran, esperando una explicación del ruido. Ojalá Marie pudiera ver la sonrisa maliciosa en el rostro de su hija, sabiendo que ella es la causante. —Me acabo de dar cuenta de que olvidé enviar por correo electrónico un informe de gastos la semana pasada —miento. —Bueno, estoy segura de que puede esperar hasta mañana —dice Marie mientras vuelve a centrarse en la película. Gabby me masturba un poco más y llevo la mano a sus piernas y las deslizo dentro de su pijama. Siento unas bragas sedosas y, cuando bajo los dedos hasta el centro, están empapadas. Daría cualquier cosa por probarlos ahora mismo, por ponerme de rodillas frente a ella y lamer cada gota de su jugo.
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