William resoplando super enfadado apoya le frente en la mía y jura sobre mis labios mientras me acomoda la ropa: —Tenemos que hablar de Federico —asiento y me vuelve a besar —. Sé que no me va a gustar lo que dirás pero tenemos que hablar. —Sigo esperando aquí... Afuera el mencionado da unos golpecitos en el suelo con lo que adivino es su zapato y las manos furiosas de William aprietan mis caderas. Me pega a su cuerpo y hunde la lengua en mi boca con fiereza. No le importa nada y a mi me preocupa todo. ¿Qué estoy haciendo por Dios? Se aleja dejándome con un vértigo inevitable y abre de golpe... —Puedes quedarte en mi casa —brama fuera de sí —...puedes incluso usar mi cuenta bancaria si necesitas dinero pero no te metas en mi vida. No preguntes ni opines de nada relacionado con esta m

