Capitulo 2.

1085 Words
Al llegar bajo del auto, observando el lugar que sería su escuela desde ahora. la ventanilla se bajó mostrando el rostro de su madre. —Vendre por ti a la hora de la salida.— Dijo su madre con una sonrisa. —Has muchos amigos.— Ánimo. —Nos vemos más tarde.— Se despidió. Camino al lugar donde niños de diferentes edades se encontraban jugando y ríendo. Camino por los pasillos y por los salones vacíos hasta que unos ruidos llamaron si atención. se acercó un poco logrando ver a seis niños en uno de los salones. —Me dan asco pobretones.— Dijo uno de los niños. cuatro de ellos estaban rodeando a dos que se encontraban en el suelo. miro con atención la escena. uno de los que estaba en el suelo protegía con su cuerpo al otro chico. —¿Por qué mejor no se largan?— Dijo otro lanzándoles una patada, seguida por otras por parte de los demás niños. Un ruino resonó en el lugar indicando que las clases estaban por iniciar así que sin más se fue. ya que no era como si le importara lo que les estaba pasando. MINUTOS DESPUÉS. Todos estaban ya en sus asiento al igual que ella. —Buenas tardes chicos, una nueva alumna se ha unido a nosotros.— Anuncio la profesora. —¿Podrías levantarse por favor?— Pidió. Hizo lo que se le pidió. —¿Podría presentarse?— Preguntó si profesora. —No.— Respondió. recordando en todo momento las reglas de su madre. —Oh, eres tímida.— contesto. —Puede sentarse si gusta.— Sonrió apenada. se volvió a sentar con la mirada de todos puesta en ella. —Su nueva compañera se llama Evelyne por favor sean amable con ella.— La presentó con una sonrisa. —Ahora todos saquen sus libros de historia que va a empezar la clase.— Ordeno. Al transcurrir la clase unos susurros hicieron que alzará la vista. —Ey pobretones.— El niño de hace rato lanzaba bolitas de papel. —Les estoy hablando mugrosos.— Lanzó otros papelitos vigilando que la profesora no se diera cuenta de lo que hacía. Evelyne observó con detalle a los otros dos los cuales intentaban ignorar a su acosador. Sus camisas amarillentas con algunas cocidas mal echas en algunos lados al igual que sus pantalones opacos y sus zapatos malgastados, socios y sus rostros con algunos golpes. Evelyne volteo de nuevo a su libro sin darles más importancia. SEMANAS DESPUÉS. Evelyne está en la cafetería siendo rodeada por los niños y niñas que querían ser sus amigos. por alguna razón se había vuelto popular lo cual era demasiado sofocante. —Evelyne, ¿Ya te había dicho lo bonita que eres?— Le pregunto una de las niñas. —Si, varias veces.— Respondió con una sonrisa claramente fingida. todos aquellos niños le resultaban aburridos y fastidiosos. Se levantó. —Ire al baño, por favor espérenme aquí y no me sigan.— Pidió con voz encantadora. para todos, Evelyne era una niña demasiado hermosa por su piel blanca y suave además de ser delicada y amable. Camino por los pasillos pasando de largo el baño. Fue hasta detrás de la escuela para recargarse en uno de los árboles. —¿Estas bien?— Escuchó detrás de ella. —Estoy mareado.— Otra voz se hizo presente. se asomó un poco para darse cuenta que los gemelos estaban sentados en el pasto. Al parecer había descubierto el lugar donde se escondían para no ser golpeados. —Cuando terminén las clases ire a buscarte algo de comida, solo aguanta un poco.— Le acarició la cabeza. mirar aquella escena le resultaba deplorable. Ahora entendía por qué su padre nunca la había dejado salir. —Que molesto.— Hablo en voz baja, alejanse de ese lugar. A la hora de educación física todos querían ser su compañero para las actividades. —Creo que prefiero hacer los ejercicios sola.— Les dijo con fingida amabilidad.—Asi no pelearán entre ustedes por si sólo escogo a uno.— Sonrió. Todos aceptanron admirando más a la niña por tener buen corazón. Harta del calor fue a sentarse a las bancas. Tomo un sorbo de agua mirando de reojo a los gemelos quienes no habían podido tomar la clase por no llevar la ropa ni los tenis deportivos. —¿Quieres que vayamos a los bebederos por agua para que se te quite un poco el hambre.— Hablo en voz baja el hermano. pero los oídos de Evelyne eran demasiados buenos por lo cual escuchó. El otro hermano asintió. Ella podía ver que los dos eran demasiado diferentes. Uno era más débil que el otro. Sin más se encaminó a la cafetería importándole poco si la clase aún no había terminado. HORAS DESPUÉS. —¿Segura que no quieres que te esperemos.?— Pregunto una de sus compañeras. Negó. —Aun me faltans por guardar algunas cosas pero gracias nos vemos mañana.— Se despidió. el salón de clases se hayaba casi vacío. en el solo estaban los dos gemelos y ella. —Ire a ver si la cocinera de la cafetería tiene comida que nos regale, espérame aquí.— Dijo uno de ellos. El niño observó de reojo a Evelyne para después salir del salón. Espero unos segundos para sacar dos emparedados y dos manzanas. Acomoda su mochila en su hombro acercándose al chico, dejando la comida en el pupitre sin decir nada. se dio la vuelta para salir del salón. —Espera.— El gemelo la detuvo. —¿Que es esto?— Preguntó. —¿No es obvio?— Respondió con seriedad. —No puedo aceptarlo.— Quiso levantarse pero un mareo lo detuvo. —¿Por qué lo haces?— Preguntó sin entender bien la situación. —Por que quiero y puedo.— Respondió de forma cortante. —Solo no le digas a nadie sobre esto ni siquiera a tu hermano.— Salió del salón. Al caminar por los pasillos se topó con el otro hermano con las manos vacías al parecer la señora de la cafetería no había sido tan considera con ellos. sin más lo paso de largo como si no existiera. busco el auto que su madre había comprado para no llamar la atención de los demás padres. al encontrarlo se subió. —¿Cómo estuvo tu día ?— Pregunto su madre. —Aburrido.— Respondió abrochándose el cinturón de seguridad.
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