MESES DESPUÉS. —No pierdes nada con intentar, tu solo diviértete.— Aconsejó Evelyne, colocando el cigarro en sus labios dándole una calada. —Mientras no me enamoré todo bien.— Soltó observando las luces de la ciudad. Beliel y Evelyne se encontraban en un gran edificio observando por el gran ventanal. El cielo nocturno, algunos copos de nieve cayendo y las calles teñidas de blanco daban una atmósfera melancólica. —No lo harás.— Murmuró Evelyne. Unos golpes en la puerta llamaron su atención. —Pase.— Contesto Beliel. Igor abrió la puerta dándole una reverencia a Evelyne. —Ya están todos en la reunión.— Aviso. —Bien, enseguida vamos.— Hablo Evelyne. Beliel sonrió de lado. —A tus diecinueve años te has vuelto una gran empresaria.— Dijo saliendo de la oficina. —Aun que con el maquill

