LA PERLA DE CORAL

965 Words
Luego de aquella mágica presentación, Edward  le pide al dueño de lugar permiso para hablar con Laura, el hombre acepta por una cantidad de dinero que sin dudarlo el chico paga.   La llama a la mesa de Edward, él se siente muy nervioso y su tropa ve orgullosa como su capitán quiere conquistar a la espectacular mujer.   Laura llega con un tipo de seducción dulce que atrapa aún más al soldado. Edward corre la silla para que ella se siente como buen caballero  -muchas gracias- dice Laura que no está acostumbrada a este trato de los hombres que asisten al lugar.   Edward algo torpe por el nerviosismo que jamás en su vida había sentido tira accidentalmente la botella de vino.   Laura sonríe, lo toma de la mano - Cálmate no soy un fantasma- la chica pide otra botella     - Perdón me siento avergonzado - dice Edward con su rostro enrojecido.   -Sabes me obligan a aceptar estas invitaciones de los clientes pero contigo no es obligación, quería hablar contigo me pareces alguien diferente-  dice Laura mientras suelta la mano de Edward.    -Muchas gracias por aceptar tomar algo conmigo mi nombre es Edward Brown-.   - Ya oíste mi nombre es Laura Sanders.-.   Los dos se quedan en silencio mirándose fijamente a los ojos, es como si se perdieran en la pupila del otro, es como si una conexión estuviera atrapándolos.   - y dime soldado ¿regresaras a casa ya? - Pregunta Laura rompiendo el silencio mientras bebe un trago de vino.   - reforzare mi pelotón y regresare a Alemania- responde Edward.   Laura hace un gesto de compasión - cuéntame más de ti- dice intentando hacer olvidar al hombre lo que le espera al regresar a la guerra    Edward enrojecido porque se siente torpe responde – ¿qué quieres que te cuente?-.   Laura ríe – no sé, quizás ¿te espera alguna dama en casa?-.   La cara de Edward cambia inmediatamente, Laura entiende que la respuesta es afirmativa, el soldado que la atrae tiene novia. - No tienes que decírmelo tu cara lo dijo todo- sonríe.   Edward toma un sorbo de su copa –no quiero que pienses mal, Susan es una mujer muy bella, educada y mi madre la adora pero no la amo, quizás solo quiero complacer a mis padres-.   Laura vuelve y toma la mano de Edward - muchos hombres dirían eso para intentar conquistar a una mujer como yo, para llevarme a la cama -.   - Yo no.... - Edward es interrumpido por la rubia   -pero en tu mirada noto que es verdad- sonríe - Debes pensar en lo que es mejor para ti, lo que te haga feliz, no en tus padres y Ella -   Edward enmudece en el fondo esperaba que alguien le dijera eso, que debía buscar su felicidad por encima de sus padres y sus deseos.   La botella de vino se acaba y Laura se levanta de la mesa –debo irme-.   Edward se levanta y se despide de beso en la mejilla – podemos salir mañana-.    Laura  sonríe- ¿sabes cuántos de ellos quieren salir conmigo?-.   Edward mira de reojo el bar donde todos los hombres miran de manera morbosa a Lauren  - Ellos quieren salir contigo pero tú no, espero que yo sea la excepción- dice Edward un poco más seguro.   Laura le da una suave caricia en el rostro –tú eres diferente a todos, solo contesta ¿Quieres salir con Laura Sanders o con La perla de Coral?-   Edward toma la mano de la chica que se pone nerviosa al sentir tan cerca al hombre que parece más confiado que al inicio de su conversación - Con Laura la chica detrás de los reflectores, del maquillaje y el vestido-.   Laura siente su corazón palpitar -recógeme mañana al mediodía en la entrada-.   Edward se va del lugar mejor consigo mismo - creo que me enamore -  siente una felicidad y tranquilidad, es como si en un segundo Laura le devolviera todo lo que la cruda guerra le quito.    Hank lo nota –jamás te vi tan sonriente con Susan-.   Edward sonríe a su amigo - No me había enamorado hasta ahora - suspira el chico.   Al otro día Edward se alista y recoge a Laura en el lugar indicado, lo que ve lo enamora más, ya no es la mujer fatal y seductora de la noche, es una linda chica con un hermoso vestido de flores, zapatos bajos, y poco maquillaje, se saludan de beso en la mejilla y van a comer un helado.   Coral está de fiesta, es el cumpleaños del puerto, Laura le enseña bailar a Edward alrededor de las comparsas de bailarines, se lanzan harina y disfrutan de la alegría del puerto, jamás Edward  había sido tan feliz.   Laura le cuenta que vive con su mamá, tiene 22 años y trabaja en el bar para mantener su casa, Edward la ve con admiración, con ternura, con ánimos de protegerla. La cita termina con una vista al puerto donde Edward le cuenta a Laura los traumas de la guerra, ella no responde nada, lo escucha atenta, siente su pena.   Edward siente que puede decirle cualquier cosa y su alma se alivia cuando esta con ella, cuando el termina de hablar, ella se abalanza sobre él y lo abraza.   El soldado siente tranquilidad, paz y amor en ese abrazo   - no te puedo decir que todo estará mejor pero sí que puedes contar conmigo- dice la rubia.    Al oír eso Edward toma el rostro de Laura e intenta besarla pero ella se enoja y lo empuja, -¿Qué haces?-   - Discúlpame pensé que- dice Edward apenado.   - me equivoque eres igual que todos, solo quieres llevarme a la cama-.   Laura sale corriendo y Edward intenta alcanzarla para pedirle perdón pero se pierde en la multitud   
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