Drake estaba ahí saliendo de la casa con Emmanuel a su lado, antes de pasar por el portón dio un vistazo hacia la ventana donde se ubicaba la habitación que compartía con Austin, a pesar de la distancia pudo distinguir esa silueta delgada detrás del cristal, podía sentir su mirada fija en él.
Se sentía un maldito, después de aquella discusión no habían vuelto a hablarse, ni siquiera dormían juntos y evitaban todo contacto. Se iría a occidente sin despedirse de él, sin probar esos dulces labios que su cuerpo tanto reclamaban poseer, sin rozar una vez más esa suave y delicada piel. Se marcharía sólo con el recuerdo de sus besos y sus sonrisas. Era un idiota y un orgulloso por actuar así, por no ir tras él y hacerlo prisionero entre sus brazos.
Subió al carruaje acompañado de Emmanuel, en
