Austin se sentía feliz de estar de nuevo en su casa, le hacía falta su gran jardín y tocar el piano. Se arrojó sobre el sofá de la sala sonriendo satisfecho, vio a Drake de reojo y notó que estaba más tranquilo. —Bienvenidos— dijo Emmanuel, radiante como siempre. Vio al pequeño en el sofá y a Drake quitarse su saco—, ¿qué tal la boda? —Bien—se apresuró a contestar Drake—, la familia de Austin es agradable—Se encaminó hacía el jardín—. Voy a ver a las tortugas. El mayordomo supo de inmediato que estaba evitando el tema. Algo había ocurrido y no era bueno. Austin se puso en pie y fue tras él. Emmanuel los vio desaparecer por el jardín y se iba a dirigir a la cocina a prepararles un bocadillo pero los golpes de la puerta lo detuvieron. Abrió la puerta mostrando una gran sonrisa como siemp

