Al día siguiente volví al club, mire a todos lados buscando a Fabien, pero el no estaba por ningún lado! Necesitaba mi teléfono!
- Acompáñame!-
Le rogué a Salomé.
- A dónde?-
Me preguntó ella agarrando una charola.
- Te acuerdas del asesino de abuelos? Pues necesito ir a su casa –
Ella nego inmediatamente con la cabeza.
- Estás loca! Yo aún quiero conocer a mis nietos –
Yo me cruce de brazos.
- Pero si ni hijos tienes! No seas mala! Se supone que eres mi amiga! Yo te acompañe ese día a tu cita doble! Me lo debes! Ese tipo tenía mal aliento y me lo aguante toda la noche!-
Ella puso mala cara.
- Está bien! Pero ahora ayúdame!-
Yo sonreí y empecé a atender las mesas con ella.
*
Salomé parqueo su coche en la esquina y miró a todos lados.
- Estás segura? Ese teléfono no vale tu v
