Capítulo 29 Divagaciones Era un poco curioso salir del trabajo acompañado con el atardecer citadino de la ciudad capital de Bogotá, en el auto y por la avenida me acompañaba los destellos naranjas del sol que en lo más lejano del oriente se escondía, pero esto solo era en contados minutos, pues aunque no tenía en cuenta el momento preciso cuando esto sucedía, el sol abandonaba su lugar la noche llegaba a la ciudad, era algo que pasaba desapercibido, la noche llegaba y nadie en realidad le daba importancia, tan solo era una señal que el mismo día había llegado a su final, aunque para otros era el inicio de una noche de libertad o trabajo… en caso de los que laboraban en los turnos nocturnos. Tal como era ya una costumbre, la oscuridad de la noche era la única testigo de que yo llegara sa

