Pov: Demian
Miro el techo pensando el porqué, tratando de encontrar una razón o saber qué estaba pensando cuando hice tal bajeza, cuando fui el hijo de puta más grande de la historia, porque hacerle eso a mi bonita, fue cruel, muy cruel y Cali solo tiene la versión narrativa, no quiero imaginarme lo que fue para Penny todo esto.
Ella y Sienita; solas en Francia, ¿Cómo pude? Yo... necesito entender, necesito saber ¿Qué putas pensabas, pedazo de imbécil?
No he logrado dar con alguien que sepa de mí, de lo que yo sentía o pensaba. Trato de recordar sucesos que hayan pasado y personas claves con las que yo podría abrirme, con las que podría llegar a expresarle mi sentir.
¡La molesta!
A ella debería buscarla, aunque la verdad; tengo muchas ansias de buscar a Penny, ver a mi Sieni, mi pequeña. Ella no tuvo a su papá, ¡Qué injusto! Me lo perdí por hijo de puta, pero no tiene sentido, no es posible que yo no la amara, cuatro meses ella vivió conmigo, ¿Cómo fingiría eso? ¡Por Dios, jamás fingiría! Hubiera estado destrozado al igual que ella, la hubiera cuidado, mimado y sí probablemente embarazado de nuevo porque no lo hubiera dudado ni un segundo.
Por eso estoy 100% seguro que yo sí la amo, esas fotos que guardé, yo la amo, ¡El imbécil este la ama, de eso no hay dudas! Además hace un año que está con el pan triste ese, yo hace un año que estoy con Mónica, no me parecería extraño que haya sido tan imbécil y pendejo; lo deduzco porque sigo con la misma puta ropa, la moto y haciendo cosas de pendejo pelotudo. Seguro me puse con Mónica porque ella se puso con el cara de nada ese.
¡Pero que pedazo de pelotudo! ¡Por amor de Dios! ¿No pensaste, idiota? Claramente no.
No pensó una v*rga.
Pero voy a arreglar todo, Cali me dijo que va a ayudarme, un poco de ojitos y aflojó, aunque admito que Dante influyó mucho, esos abogados sí que tienen poder de convencimiento.
Ella dijo que me avisaría ciertas cosas de Penny, según me contó; vino para casarse, ¡La v*erga se va a casar! Eso ni soñando, mi mujer no pisa el altar y no se casa con nadie que no sea yo. Eso está más que decretado, soy capaz de secuestrarla, porque ahí sí que ya no me gusta nada.
Pero vamos poco a poco, primero pensar la mejor forma de acercarme, porque ella me odia y con muchísimas razones válidas. Yo debo aflojar ese caparazón que se puso mi dulce Penny, que obvio sigue allí mi hermosa y tierna mujer, solo que intenta ser mala conmigo, si la conoceré en esa faceta de "No me importas" Sé que con esfuerzo la hago caer de nuevo porque sabe que yo soy su amor y doy todo por su felicidad.
Aquí es lo mismo.
Me levanto listo y decidido a hacer algo al respecto, ayer solo estuve como pelotudo deprimiéndome, pero hoy voy a accionar.
Me visto y cuando abro la puerta de mi habitación, Mónica abre la suya; solo en ropa interior.
¿Qué Miêrda?
Giro mi rostro para no verla y bajar rápido.
— ¿Ni siquiera me mirarás? — Bajo apresurado y la siento detrás de mí. — ¿Por qué me haces esto, Demián?
– ¡Ya te lo dije, loca de mierda! No quiero nada — Llego abajo y ella también llega hasta mí, sosteniéndome del brazo.
No voy a ser un bruto, es una mujer y aunque soy un hijo de puta, las respeto.
— ¡Por favor! Solo una vez más, para que veas que si me quieres, ¡Vamos, Demián! — Se quiere pegar a mí y cierro los ojos con fuerza.
— ¡Basta, Mónica! Por favor, déjame — Pega su cuerpo a mí y me asusto realmente porque me siento infiel.
La aparto y ella en su intento de que no me vaya, se arrodilla.
¡No me jodas!
— Demián, por favor, no hagas esto, me lastimas — De verdad que está loca, ¿Quién en su sano juicio le ruega así a un hombre?
— ¡Levántate, Mónica! Vamos, ten decencia por ti, no valgo tanto — La ayudo a levantarse.
— ¡Te odio, eres un maldito! ¿Tanto te disgusto? — suspiro y la veo así humillarse.
— El problema no eres tú, el problema es que yo estoy enamorado de alguien más, desde siempre. Lamento haber sido un hijo de puta, te usé, solo quería olvidar a alguien pero es imposible — sus ojos se empañan — Lo siento, de verdad, nada de esto debió pasar y sí, es todo mi culpa, puedes odiarme, pero no te humilles por mí, no valgo la pena — Camino a la salida.
¡Qué cantidad de miërda que hice, la puta madre!
Espero, “la molesta” haya tenido su época de invasión también aquí y sepa algo de mi estúpida vida.
Le envío un mensaje a Cali, la cual me pasa la dirección de mi molesta prima.
Según supe, todos los niños de la edad de Siena nacieron, así que Lizandro y Danilo deben tener algo así como dos años, si Siena tiene 3 años.
Todo esto está bien loco.
Pero poco a poco voy entendiendo cómo fue y qué pasó, es como si los hechos se adelantarán, porque todos se llevan la misma cantidad de años.
Llego a la casa de la molesta y suspiro porque no sé cómo le explicaré que debe contarme mi vida o lo que sepa; sí es que sabe, de Penny y yo.
Golpeo y espero un rato, nadie atiende hasta que al abrir la veo, se ve igual de molesta que siempre.
– ¡Demiancito! — sonrío porque ella siempre me dijo así.
– ¡Mamá, tetaaa! — Rueda los ojos.
— ¡DAN! FÍJATE EN LOS NIÑOS, NO SOY UNA MALDITA VACA QUE ESTARÁ ESCLAVIZADA – me río porque ella no es una cosa fácil de llevar. — ¿Alguien murió? ¿Qué haces aquí, Demiancito? — Al parecer ni con ella hablo.
Uno de los gemelos viene corriendo, agarrando a Lilian de la pierna mientras Danniel; su marido, viene con el otro niño en brazos.
– Liz, hijo, deja a mamá un momento — El niño está encaprichado y niega sin parar.
— Terrible ¡Los terribles dos, son terribles! – grita Lilian mientras toma en brazos a Lizandro, el cual comienza a estirarle la blusa para tomar el pecho. – Pasa, Demiancito, porque estos dos no me dejarán en paz. — entro a su casa la cual es un caos.
Los terribles dos de los niños, sí son terribles.
— Hola… — saludo a Danniel que tiene a Danilo en brazos.
— ¡Hola, tanto tiempo! — sonrío y saludo con la mano al Dan jr, así siempre le dijimos, que por cierto es mi ahijado.
— Los terribles dos, son una cosa seria y más con Lil; que tiene una súper paciencia — comento y él solo se ríe agotado.
— Es que los niños no la dejan en paz, intento ayudarla, pero ya ves — miro a Lil que está con Lizandro prendido de su pecho.
— Ven Demián, ni que te vaya a gusta mi estúpida teta de madre — me carcajeo y me acerco.
— Los terribles dos, te compadezco y con dos es súper difícil, ya recuerdo... — me quedo callado porque casi meto la pata al recordar los terribles dos de Anya y Adriel.
— ¿Vos, cómo sabes? – me froto la nuca.
– Leí algo en internet, nada importante – me mira dudosa.
– ¿Me dirás qué pasó? – Pienso la manera de arrancar la conversación y que ella me diga algo de valor.
— Volvió Penny – abre los ojos y eso es una señal de que algo sabe. — Tiene una hija ¿Sabías?
— ¿Una hija? Yo no sabía, ¿De dónde sacó una hija y con quién? — me mira un momento. — ¿En serio? Yo... ¡Qué carajos!
– Te tadajo — dice Lizandro, soltando su pecho.
— Shh, no digas eso, Lizi — me mira sin entender. — ¿Cómo diablos no supimos que ella tiene una hija?
— Pensé que tú lo sabrías...
— Bueno, es obvio, después de que fuiste un cobarde ella seguro ni quiso decirte ¿Es tuya? — asiento.
— Sí, es mía de eso no hay dudas, tiene tres años, ella se fue y es imposible después de lo que pasamos, se metiera con alguien tan rápido.
— No me jodas, ¡Demiancito, sos papá!
— Sí, lo soy y pienso arreglar todo lo que hice mal, por eso vine a buscarte — arquea una ceja, confusa.
— Dan, llévate a los niños que necesito hablar con Demián tranquila — Danniel viene, se lleva a los niños y Lilian me mira seria. — Pensé que habías dicho que ella jamás te perdonaría, que no querías arruinar su vida, sus sueños — así que fue eso.
— Por eso la dejé ir ¿No? — me mira aun más confusa.
— Eso dijiste, que no la atarías a ti cuando ella tenía un futuro en Francia, que la dejaste ir para su bien ¿Qué te pasa?
– Estoy con problemas de memoria, no sé qué sucedió, pero me vale v*erga lo que dije antes. Lilian, la amo, estoy tan locamente enamorado de ella que no pienso dejarla ir, menos aún si ella tiene a mi hija, yo... quiero recuperarla, pero necesito saber si la amaba, si yo...
— Obvio que si, tarado, cuando fui a tu casa a invadirte, estabas hecho Miêrda, estabas intentando convencerte de que no la amabas, pero yo sé lo que es amar y sí, yo pienso que la amabas, aunque luego la cagaste metiéndote con Mónica, me enojó que fueras tan idiota, pero era tu vida, Demian, por eso me alejé un poco y tú no querías a nadie cerca, supongo que saber que ella estaba con otro te afectó — suspiro porque sí, eso seguro me hizo miërda.
— Por eso mismo, arreglaré esto, se acabó la pendejada y...
— Hazlo, ¿Vienes a pedirme permiso?
— No, molesta, solo que... quería confirmar mi teoría y tener a una amiga de mi lado — Sonríe y golpea mi hombro.
— Pues cuentas conmigo, no olvidaré que me apoyaste cuando me cogía al amigo de papá — me carcajeo. — Sabes que pienso: ¿Lo quieres? Consíguelo a cómo de lugar, nada es un impedimento, así que solo ve por la pequeña Penny — sonrío porque ella siempre será una molesta, pero es la mejor molesta de todas.
— Haré mucho desmadre, así que ya sabes; seguro seré popular, porque planeo mandar a Francia a ese cara de nada — se carcajea.
— Me gusta, te ves mejor, no tan pelotudo, más centrado, más seguro y más optimista, me jodía verte tan negativo, pero creo que te vino bien lo que sea que te pasó — me encojo de hombros.
— Dejé a Mónica y estoy decidido, la recuperaré Lil, todos se enterarán y...
— ¡Qué la chupen! Nadie tiene derecho a meterse, menos, si ya hasta una hija le clavaste a la niña — me comienzo a reír porque Lil no tiene filtro la verdad.
— Es difícil, pero sí, recuperaré a mi mujer
— Woow, tu mujer, si que te salió lo posesivo, pero me gusta, hay que cuidar lo suyo, sino imagínate cuanta vieja loca se le pegaría a mi Dan, pero saben que les rompo la cara y las piernas, por las dudas.
Mi teléfono suena con un mensaje de Cali.
Calipso: Se va a la escuela de danzas, es mi única ayuda Demián, aprovéchala bien.
Es una excelente ayuda, Cali.
– Tengo que irme Lil, tengo una pequeña oportunidad para verla y...
— Vete, éxitos, Demiancito — me levanto y me acerco a la puerta pero antes de salir me volteo.
– Gracias, molesta — sonríe.
– Siempre un placer ser fabulosa — salgo de allí listo para irme .
El estudio de danza.
Ahora no se me escapa, bajo ninguna circunstancia.
.......................
Entro al estudio de danza y lo primero que hago es ir a la pizarra de la entrada y ver si necesitan personal, porque planeo meterme aquí de nuevo, también miro si hay vacantes en algún curso y para mi perfecta suerte, necesitan alguien que toque el piano para la presentación de danzas que harán inaugurando el año, si; toco el piano, soy profesor de música así que es algo que domino bien a esta altura de mi vida.
Es perfecto y si no me equivoco, Penny debe bailar en esa presentación.
Me acerco a la recepcionista y le digo que quiero postularme, me pide datos y esas cosas, supuestamente me harán una prueba, debo buscar a un profesor del lugar y esa excusa es perfecta para entrar al estudio de danzas.
Solo camino por los pasillos del lugar preguntándome ¿Dónde estará? Sigo espiando entre salones que me encuentro.
¡Maldición!
Espero encontrarla, porque…
— Aush – me giro y sonrío porque esto no puede estar pasando.
– Sieni, pequeña — me mira y frunce su ceño haciendo un puchero desconfiado. — ¿Qué haces solita por aquí?
– Me cape de allá, no quero estar ahí, quiero pasear, caminar, ser libre — me carcajeo porque eso es muy Sieni.
— Pero no puedes irte sola ¿Estabas con tu mamá? — me analiza detenidamente, Siena es muy antipática, siempre lo fue.
— ¿Quién eres? – me pongo en cuclillas a su altura.
— ¿Si te digo me crees? — me mira desconfiada.
— Estás guapo así que un poco sí — comienzo a reírme porque es una descarada.
— No deberías hablar así, con hombres desconocidos.
– Me agradas, te ves gueno — ruedo los ojos.
— ¿Tienes papá, Siena? — niega muy tranquila.
– Mamá dice que papá, no dice nada de papá, porque sino le hará daño a Jos — ese cara de nada.
— Mira, te contaré algo, mi nombre es Demián, no te olvides de ese nombre.
— Me gusta ese nombre mañana mamá y Jos hablaron de ese nombre — sonrío porque eso es genial, ella me ha nombrado, obvio pensó en mi.
— Es que yo conozco a tu mamá.
— ¿Eres su amigo? — asiento.
– Algo así.
– Un dia mañana ven a jugar conmigo, a los cocinedos — sonrío y acaricio su cabecita.
Qué hermosa mi niña, ya no recordaba lo preciosa y vivaz que era de pequeña.
— Cuando quieras voy a ir a verte, ahora debo encontrar a tu mamá — Ella toma mi mano con mucha confianza.
Ella debería ser más desconfiada.
— Seguro fue a baila, ella baila hermosa como una princesa, Mami es una princesa y es bonita.
— Es hermosa, como una reina – digo sonriendo.
— Ajam, mamá es una reina hermosa como una mariposa.
— ¡SIENA ANDRADE! — Carajos, eso debo arreglarlo también.
Mi niña debería ser De La Marquesina.
Una mujer muy alterada llega a nosotros.
— Señor, no puede llevarse a la niña así, vamos a llamar a seguridad....
— Él es papá — dice mi mentirosa hija abrazando mi pierna, pues si soy su papá, pero eso lo acaba de decir como una gran mentira.
— Su madre no dijo nada de eso y...
— Sí, soy el padre y Penélope no avisó nada porque no sabía que vendría — miro a Siena. — Siena, mira a papá — ella me mira y sonríe con picardía — Debes ir con ella, luego le diré a tu mamá que vaya a buscarte, pero debes ser obediente ¿De acuerdo? — hace un puchero y me acerco a ella para que no me escuche la cuidadora de la guardería; deduzco que de allí es. — No digas mentiras, pequeña.
– Si eres mi papá ¿O no? Tienes los ojos como yo y... ¿Lo eres? — la sangre tira, dicen por ahí y mi hija tonta no es, somos dos malditas gotas de agua, castaños de ojos verdes azulados, hasta la forma de reír, de fruncir el ceño, somos iguales, ¿Cómo nadie pensó que podría ser mi hija?
Pero por lo que veo no muchos saben de ella.
— Ve con la cuidadora, Siena, prometo que luego te explicaré, te iré a ver ¿Quieres? — me suelta a mala gana.
— Las pomesas son pomesas — dice frunciendo el ceño.
— Obvio, mi pequeña, las promesas nunca se rompen, te iré a ver — se la llevan y ella sigue mirándome.
¡Ay, Penny! No debiste ocultarla, de nada sirvió, una miradita y supo que somos sangre.
Creo saber dónde está Penny, ella es una persona muy clásica a veces y que tiene la costumbre de hacer algo siempre de la misma manera solo por el hecho de rutina. Como por ejemplo, usar el mismo aula de baile para practicar, esa donde una vez me quedé como idiota viéndola, donde fantaseé pegándola al espejo y saciar todas esas ganas que ella despierta en mí.
Espero que sí esté ahí, que mi bonita de aquí sea igual.
Camino encontrando esa aula apartada y pequeña que solo posee una ventana que da al pasillo y la música llega a mis oídos, algo me dice que sí, es ahí.
There is a house built out of stone
Wooden floors, walls and window sills
Tables and chairs worn by all of the dust
This is a place where I don't feel alone
This is a place where I feel at home
Me acerco a la puerta y la abro sin que ella lo note, apoyándome en ella al cerrar, la observo bailar, tan hermosa y única.
¡Mi amor, cómo te extraño!
Ella no tiene idea de lo que significa para mí, esta Penny no sabe que es todo en mi vida y que nadie, absolutamente nadie la ama tan incondicionalmente como lo hago yo.
Por eso solo la contemplo, me deleito con lo lindo que baila, solo espero con angustia porque es bastante torturante verla y no poder tenerla.
Da un giro y se detiene bruscamente cuando me ve, lanza un jadeo, sonrío cuando veo sus mejillas teñirse de un rojo carmín, parece muda y eso es seguro porque no puede decir ni un palabra sin que salga en tartamudeo y solo muero por escuchar…
– Dem... Dem... Demián — esto es la maldita gloria.
El efecto Demián, es una cosa de locos.
— Hola, bonita — ella pestañea nerviosa.
— Tú...
— Lo siento, te estuve mirando un momento, siempre me gustó verte bailar, pero de verdad que hace mucho no te veía hacerlo y... te extrañé — me mira confusa, mientras doy pasos lentos acercándome a ella.
– No puedes estar aquí, no te acerques y... ve.. vete, Dem… Demian, vete— Oh Oh, mi bonita está con la guardia baja, porque no deja de tartamudear.
— Solo quiero que hablemos de Siena — jadea y abre sus hermosas ojos azules como plato.
— No sé de qué hablas, solo... — llego frente a ella, a una distancia prudente, no pretendo acosarla, quiero conseguir todo de ella pero porque me lo dé.
— De mi pequeña niña, de Sieni, nuestra hija — se ve demasiado sorprendida – Pasaré por alto el hecho de que me la has ocultado tres años de su vida, porque yo he sido un reverendo hijo de puta, pero ahora...
— Ella no es tuya, ¿Cómo te atreves a decir eso? Tú no...
– No tengo puto derecho, lo sé, no merezco nada, pero egoístamente, yo... – miro mis manos porque es una vergüenza que luego de lo que hizo este pelotudo, yo venga a disculparme.— Yo te amo, Penny, siempre lo hice, fui cobarde, idiota y mucho más, me merecía que no me dijeras de ella, pero... solo busco remediar todo…
— No se puede remediar nada, Demián, solo... solo vete... aléjate de mí, de… de Siena... Dem... Demián, vete — niego obstinado.
— No lo haré, Bonita, no me alejaré, pelearé con quien sea con tal de demostrarte que yo soy sincero, yo te demostraré que nadie te ama como yo — Me acerco solo un paso más a ella. — Lo sabes, bonita, sabes que siempre serás mía, que el amor que nos tuvimos sigue intacto, lo sabes porque de seguro me has recordado cada día viendo a Siena, es igual a mí, no puedes negarlo— sus ojos se ven melancólicos.
— Es una mini versión tuya — susurra — Tienes razón, yo nunca olvidaré lo que pasó, todo lo que me dijiste todo .. — Apoyo mis dedos sobre sus labios.
— Bonita... — sus ojos cristalinos me observan confusos — Nada se borrará, lo sé, lo tengo claro, pero déjame al menos hacer las cosas bien de ahora en más, yo... quiero ser un padre para mi hija, aunque sé que tristemente te perdí por idiota — Sus labios se abren como si anhelaran estar pegados a los míos.
Conozco a la perfección cada gesto y expresión de ella, por eso sé que ella aún siente cosas por mí, sé que si ahora me acercara y la besara, ella me correspondería aunque luego me vuelva a golpear. Conozco a mi bonita, de memoria.
— No puedes negarme eso, no intentes seguir diciendo que no es así, no importa cómo lo descubrí, pero lo que si importa es que si ella es mi hija, sabes que no puedes negármela, tú me la ocultaste y sé que fue porque fui un desgraciado, pero yo jamás la hubiera abandonado – sus ojos se empañan.
– Dem...
– ¿Qué, bonita? – pestañea y quito mis dedos de sus labios para poder observarla.
— ¿Por qué me haces esto? — la miro con pesar, porque tenerla cerca y no dar rienda suelta a lo que siento me está matando.
— Porque acabo de despertar del sueño, porque estuve dormido todo este tiempo, aterrado como un cobarde por pensar no merecerte y así te perdí, pero no quiero perder todo y al menos quiero recuperar a mi hija — luego a ella por supuesto, pero primero debo empezar por algo.
—Soy feliz…
— ¿Segura? ¿Lo eres? ¿No me has extrañado ni un poco? ¿No me miras y deseas besarme como yo a ti? ¿Nada? – Pasa saliva y me mira con sus mejillas rojas.
¿A quién quieres engañar, bonita? A mí jamás podrás.
— Dem...
– Dime, Bonita ¿Me dejarás ver a mi pequeña? — Quiere hablar y las palabras no le salen, me acerco más a ella, preso por mis ansias de volver a besarla. — Porque Sieni ya habló conmigo y ella está convencida de que soy guapo, que tengo sus ojos y que soy su papá — abre la boca con necesidad como pidiendo que la bese y ¡Carajos! Si la beso se irá todo a la mierda.
— Dem... Demián...
— Responde ¿Me dejarás o me la negarás? — niega y me acerco solo un poco, casi a un susurro para besarla. – Di que sí y voy a besarte, bonita, dímelo – abre sus labios para hablar.
¡Ring! ¡Ring!
Nos separamos abruptamente y ella se aleja a tomar su teléfono, me mira nerviosa, como si hubiera cometido un crimen.
— Hola, Josh... – atiende el teléfono y suspiro molesto.
¡Tenía que arruinarlo, maldito pan triste!