Allie:
Llegué a tiempo a la entrevista. Mi traje oscuro lucía bien en mí, consistía en una falda larga más abajo de la rodilla, una chaqueta a juego, una blusa blanca de botones y unos tacones negros.
Arreglé mi cabello castaño en ondas y por primera vez desde hacía un tiempo, me esmeré en mi maquillaje.
Estar en este ambiente laboral me hacía sentirme más segura, estable y me agradaba, quería este puesto, ansiaba distraerme del caos de mi vida.
Las otras aspirantes al cargo entraron conmigo a la prueba psicológica, las pude detallar y eran hermosas, vestían trajes elegantes. Me observé a mi misma, "tal vez debi esforzarme más.", pensé.
"Bueno lo que sea, solo vine a trabajar, no a lucir mi cuerpo, ni mi ropa" me dije a mí misma.
—¿Viste a ese bombón?, esperó sea yo la elegida, quiero ser su asistente personal y en todo sentido —dijo una mujer rubia y las otras rieron con ella.
—Es tan sexy —dijo otra—. Atractivo y me gusta su su parte misteriosa. Rodé los ojos, sí yo fuera la dueña de esta empresa las sacaría a patadas.
Otra dijo —dicen que es bueno en la cama y que ha tenido sexo con muchas, también que ha salido con celebridades, pero solo por una noche porque él las desecha después.
Suspiré sintiendone irritada, al parecer iba a ser igual que Alejandro en mi anterior trabajo. Este señor Harrison era todo un mujeriego. Estuve a punto de irme pero alguien me llamó.
—Allie Hamilton, eres la siguiente. —Me levanté de mi silla y me acomodé la falda.
No me podía acobardar ahora, todo estaba listo, mi hoja de vida ya había sido enviada e incluso esta mañana me llamaron para que asistiera.
La secretaría que estaba afuera de la sala me dijo —Adelante.
Asentí en agradecimiento y toqué dos veces, luego entré y de espaldas así como estaba cerrando la puerta, respiré profundo y decidí enfrentarlos.
"Tú puedes Allie" me dije mentalmente. Me di la vuelta con la mejor sonrisa optimista que tenía pero enseguida se borró.
Un par de ojos azules me observaron con diversión y una boca completamente besable me sonrío seductoramente. Conocía esos labios de memoria habían estado en lugares innombrables y estaban tatuados en mi piel.
Noah Harrison, se levantó de su silla y se cerró la chaqueta del traje —vaya pero qué tenemos aquí —dijo el hombre con quien tuve sexo por una noche—. Jeremy cancela todas las citas, ya tengo a mi secretaria.
El hombre a su lado que suponía era Jeremy tosió una risa. —Noah cálmate y siéntate. Deberíamos entrevistarla primero.
—Estoy de acuerdo —dijo la psicóloga que se había presentado antes en el test con todas nosotras.
Ella me observó. —Como ya sabes, soy Verónica la psicóloga encargada del Departamento de Talento Humano, a mi lado está el Señor Jeremy Director Ejecutivo de la empresa. —Observé por primera vez a Jeremy, él era fornido de cabello castaño claro y ojos verdes, me recordó mucho al novio de Barbie.
Por su sonrisa arrogante era obvio que adoraba ser el centro de atención, su atuendo era muy elegante.
Le sonreí tímidamente y Jeremy me guiñó un ojo. Suspiré cansada otro mujeriego al igual que... Noah según escuché. ¡Dios en qué me metí!
Verónica la psicóloga, continuó —Y por último tenemos a Noah Harrison nuestro CEO y dueño de la compañía. —Me quedé con la boca abierta, ¿el CEO?, con razón vivía tan cómodamente.
Noah me observó y me dio una sonrisa seductora, cielos en verdad a la luz del día veía que estaba tan bueno como ayer cosa que no imaginé, sentí mis mejillas calentarse por mis pensamientos.
Noah:
Verla de nuevo me hizo sentir tranquilo, ya no tenía que contratar al detective privado, ahora tenía en mis manos su currículum, sabía dónde vivía y todo de ella.
Allie tenía 25 años, algo que me sorprendió después de lo que compartimos ayer. Tenía una carrera en Administración de Empresas y otros cursos financieros, se veía bien calificada. De lo que no me enterara de ella, ya después de esta entrevista lo averiguaría a como de lugar.
¡Carajo!, debía detenerme con esta pose obsesiva, pero no podía evitarlo, estaba irremediablemente loco por Allie, era hermosa y debo decir que ese traje le favorecía mucho, lucía muy sexy. Solo con verla mi hombría se excito, quería tomarla aquí mismo.
Pero por su expresión seria, supongo que la me la pondría difícil, le sonreí cuando ella me observó pero Allie apartó rápidamente la mirada sonrojándose. "¡Amo los retos!" me dije.
—Señorita Hamilton, veo qué tiene un título administrativo pero aplicó a un cargo de secretaria, ¿por qué razón? —Preguntó Verónica.
Allie respondió con seguridad —debo decir que quiero aprender más, tener la suficiente experiencia para ambicionar a cargos más grandes.
Ella era muy inteligente y segura de sí, quería saber en este mismo instante que pasaba por su cabeza, no me había vuelto a mirar y me sentía un poco dolido. ¿Acaso la intimidaba?, ¿fingía ya no conocerme?, si era así, tendría que recordárselo.
Aclaré mi garganta —Señorita Hamilton, ¿le gusta mi aspecto, me encuentra atractivo? —Le pregunté. Ella se sonrojó un poco por mi pregunta pero ante todo me observó seria.
Jeremy se rió y Verónica resopló por mi pregunta, sabían que estaba coqueteando con ella. Continúe —¿Mi aspecto le distraerá en su trabajo como mi secretaria personal? —le pregunté haciendo énfasis en "personal".
Allie se removió incómoda por mi pregunta y mi sonrisa se ensanchó más. Ella notó que gozaba con su sufrimiento y me dio una mirada oscura y eso... me gustó, quería toda su atención en mí.
A Allie no le quedó de otra que responder —es bastante atractivo —respondió y eso me gustó—. Pero si trabajara para usted, sería en lo último que me fijaría.
Mi sonrisa se fue de mi rostro, eso era un error porque una vez estuviéramos solos tendría sexo con ella.
"¡Pero y sí no quería!", me preguntó la razón. "No, ella no se alejará, debo hacer algo", me dije.
Allie continúo. —En lo único que me fijaría sería en mis funciones como secretaria —dijo seriamente.
Jeremy a mi lado no pude evitar soltar una carcajada, veía lo osadía y la tenacidad de Allie al igual que lo veía Verónica, la vi sonreírle, ellas dos se llevarían bien.
—Eso es todo Allie, espera afuera —dijo Verónica.
Allie asintió y se despidió meneando su hermoso trasero, no podía esperar para tenerlo en mis manos.
—¿Se puede saber qué fue eso? —preguntó Jeremy—. ¿No que, no querías distracciones?, ella es hermosa pero no como las otras —dijo con curiosidad.
Me levanté una vez más de mi asiento —primero que te importa —le respondí a Jeremy, quién solo sonrió y a Verónica le dije—. Contrátala, es competente, capaz y es mucho más hermosa que las otras mujeres ahí afuera.
Los dos me observaron sorprendidos. Verónica dijo —pues es perfecta y apuesto a que no caerá en tus juegos —respondió ella, pero estaba equivocada. Vanessa continuó—. Te doy un consejo Noah, no te metas con ella o vas a arruinarla.
Negué, ella no sabía nada, no quería hacerla sufrir en cambio quería hacerle sentir el mayor placer del mundo.
—Verónica, has que vaya a mi oficina —dije y con esto salí de la sala. Pensé ver a Allie en el pasillo pero no estaba por ningún lado.