El camino al hospital se hizo en silencio, pero, aunque quisiera, Melisa no habría podido abrir la boca en ningún momento, ya que la pobre se agarraba por donde podía, para no dejar que su alma abandonar su cuerpo. Alex vio la cara de miedo que puso y aceleró el auto con entusiasmo, solo para asustarla a propósito. Entonces nunca más se atrevería a hacer autostop. Cuando llegó al hospital, intentó arreglarse el pelo lo mejor que pudo. Ya que Alex había elegido ir con el coche sin cubierta para llevarla allí. —Gracias, prometo estar en tu casa, muy temprano. —Dijo dándole las gracias y saliendo corriendo. Aunque hizo todo eso para provocarla, demostrando que no quería venir, ella llegó al hospital en menos de 15 minutos, lo que, si hubiera estado esperando un taxi, le habría tomado más

