Melisa no supo lo que era cerrar los ojos, ni siquiera por un minuto. En todo momento estuvo esperando noticias de Júlia. Por otro lado, tenía miedo de que Tiago, que ahora sabía de su matrimonio, le hiciera algún chantaje. Por eso pensó que nunca debería saber quién era Alexander García, ni qué condiciones económicas tenía. Tiago, a pesar de tener sólo 26 años, fue lo suficientemente inteligente como para conseguir algo de dinero fácil. Por supuesto, cuando lo conoció, Melisa no tenía idea de las actitudes de su novio. Con el tiempo, se dio cuenta de que a él le gustaba apropiarse de lo que no era suyo, y si tenía alguna oportunidad de ganar dinero, sin tener que trabajar, la aprovechaba, sin pensarlo dos veces. Las horas pasaron rápidamente y no llegaban noticias de su hija. Eran las

