Chantal, no podía creer la suerte que estaba de su parte, encontrarse a la primera con el hijo del magnate, al principio temía que un sádico de esos le hiciera daño, pero al privado que entro era de él, se tiró en la cama satisfecha, el tiempo va corriendo, solamente espera que pronto esté en casa de su padre, ese es su única esperanza. Levanta su mano y admira el brazalete que él le puso en su muñeca. Él aún no sabe que ella es su vecina, le tomo el número de celular para contactarla, sin embargo, han pasado tres días y él no la ha llamado, no sabe si aventurarse otra vez yendo a ese lugar, ahora con el brazalete podrá entrar sin ninguna dificultad, Compro varios atuendos para ir a ese lugar no obstante, no tan reveladores como el que le vendió aquella chica, ropa de cuero que se adhie

