Capítulo dos

1884 Words
[GIOVANNA] ◣◥◣◥◤◢◤◢◣◥◣◥◤◢◤◢ Me quedé mirando un momento un punto fijo del elevador pensando en todo lo ocurrido este día, hoy no había clases por la fuerte semana de celo, nadie podía estar en peligro de que algunos estuviera en pleno acto enfrente de otros por su instinto. Yo había ido a la institución, estaba con el abrigo de Abdel y nadie noto nada, pero las cancelaron por saber que casi estaban en pleno acto dos alumnos en el gimnasio, fue una locura. No había visto a Abdel, solo sabía que dejó una caja en el recibidor, ¿será por su celo? Niego creo nunca lo he visto en su época de celo, bueno parece que a él no le afecta aquello siempre se nota normal, abro la caja sin pensar más en eso y hago a un lado el papel. Observó con una sonrisa el vestido rojo que está en la caja y lo saco impresionada de que él recordara este vestido, me miro en el espejo y mis ojos brillan con fuerza. Este era el vestido que tanto miraba en un mostrador de una tienda, que siempre fue mi favorita por su ropa tan linda, a mi gusto. Esta al lado de la heladería favorita de Abdel, y cuando él me llevaba yo no podía dejar de mirar a ese hermoso vestido, siempre soñaba por poder usarlo, pero no tenía dinero como para darme aquel lujo. Chillo emocionada. Es tan hermoso. Realmente debo de saber en cómo agradecerle por este detalle, creo será a la persona que más extrañaré por su trato especial hacia mí. Me giro mirando la caja y saco otra caja más pequeña, reconozco la marca de zapatos es demasiado exclusiva, permanezco un momento congelada en mi lugar mirando la caja, la cual abro con una sonrisa al ver que son los zapatos que una vez vi de niña. Siempre los mire, y ahora puedo saltar de alegría, aunque debo de saber cuanto es el costo porque no me gusta que Abdel siempre gaste dinero. Son de poco tacón y eso siempre me ha gustado, mi miedo a las alturas siempre me hace marearme. Suspiro por un momento antes de comenzar a cambiarme, cuando estoy lista me cambio rápido viendo que ya me he pasado de tiempo, miro por la ventana y sonrió nerviosa al ver que Abdel mira hacia acá mientras está recargado en el mismo carro de ayer. Agradezco que siempre consideré mi seguridad, las pastillas del celo siempre me ponen vulnerable y débil. Decido hacerme un medio chongo siendo lo único que sé hacer en mi cabello, aparte de un chongo alto y coletas, sonrió al ver la pequeña colección de listones y algunos moños para el cabello, agarro un listón rojo pasándolo sobre la liga que une mi cabello y lo ató haciendo un moño al final. Me miró por última vez al espejo y acomodo un poco el vestido repasando este con mis manos, miro mi cabello rojo apenas rizado y asiento. Escucho el sonido de mi celular y corro fuera de mi pequeño cuarto, agarro mi bolso que dejé en la mesita y el tazón de galletas que hice. Contesto la llamada abriendo la puerta, sonrió un poco más calmada cuando escucho su voz y me estremezco. — ¿Bajarás? Sonrió al escuchar su voz porque me voy. — Ujum. — Muerdo mi labio y cuelgo escuchando su sonrisa. Respiro entrecortado por mi celo y niego levemente. Sacó un bote pequeño de pastillas y tomó varias. Suspiro cuando mi sistema see calma y entro al ascensor. ¿Esperó una hora?, siempre lo hace porque siempre me tardo. Nunca se queja de nada y a veces pienso que explotara por todo lo que le puedo hacer pasar. Camino dando pequeños saltos por el pasillo, presionó el botón del elevador y entro intentando guardar mis nervios, miro la hora observando que es tarde. Tarareo una canción de un comercial de dulces que alguna vez vi o escuche el sonido y se quedó en mi mente sin pensarlo, siempre hago eso cuando estoy nerviosa. Y en este momento donde conoceré más a su familia junto con mi celo me tiene realmente mal. Abdel solo es él y me hace querer estar a su lado sin esfuerzo, su amabilidad y su cortesía, tanto como su inteligencia y astucia es algo que siempre me cautiva, sus consejos son tan cordiales que no le importa dar una mano para ayudar a otros. Él es así o eso me ha mostrado a mí, a veces es demasiado egocéntrico, caballeroso y algo orgulloso. Recuerdo que tengo que mantener distancia; había que dejar una considerable distancia —una grande—, lo veo desde la puerta transparente y suspiró, tenía que aguantar la cena e irme rápidamente al terminar. No debe de ocurrir nada otra vez o eso sería malo. — Te ves muy tierna, hermosa. — Me sonrojo, se acerca e intenta besarme, pero pongo mi mejilla antes de que logre su objetivo. Creo que en serio todo esto se está saliendo de control, más si también está en celo. Esto podría ser peligroso, creo puedo negarme a ir a aquella cena. Será peligroso estar a su lado si estamos ambos juntos, siempre siento aquella sensación de atracción extraña de él. — Tú no te quedas atrás, ese moño. — Rio. — Te hace ver más tierno que a mí. Le doy mi tazón de galletas y él las agarra con posesividad. Niego extendiendo mis manos, me da el tazón y abre la puerta, me ayuda a subir a la camioneta, algo que se me hace más inusual hoy. ¿Será por su celo? — Te daré una galleta solo por haberme regalado esta ropa.— Hago un puchero negando, algo que él ve con tristeza.— Pero las hice para Luna y tus hermanas. Gruñe, agarra mis mejillas con sus manos pellizcando un poco estas, por lo que gruño de igual forma. — Acepto la galleta con gusto, pero no me gusta la idea de que mis hermanas prueben esta exquisitez. — Le da una mordida y como siempre hace gestos exagerados mientras cierra sus ojos. — Como siempre son las mejores galletas. Mis favoritas. Sonrío tímidamente. — Gra...cias. — Balbuceo sonrojada y escucho su risa. — Sabes mi madre te ama, no necesitas hacer esto, son para mí, tu presencia es mejor que cualquier otra cosa. — Bajo mi rostro, él siempre logra que yo me ponga así de nerviosa, aparte de lograr hacerme sentir segura con sus palabras. — Pero siempre dices que tus hermanas les gustaría probar de los postres que comes siempre en sus caras y no compartes. — Alza una ceja. Cierra la puerta y rodea la camioneta entrando por la puerta del piloto. — Siempre serán para mí. Ahora, tapa tus oídos, no quiero que el fuerte ruido del motor haga que te duelan los oídos. — Tapo mis oídos y veo como comienza a manejar. Me quedo mirando hacia un punto fijo quitando mis manos de mis oídos y giro mi rostro mirando a Abdel, no sé que haría sin él en este momento. — ¿Abdel... crees que podría encontrar a mi pareja?, sería increíble ¿cierto?, solo no quiero que me humillen. — No lo hará, te lo prometo. — Dice sin despegar su mirada del camino, en un semáforo gira su rostro y me sonríe. — ¿Y si lo encuentro en la granja a donde quiero ir?, podría estar ahí, ¿verdad? — gruñe y lo miro mal. Me callo, y termino durmiéndome en el camino porque no dormí bien para hacer las galletas. ☽☾ Dream... Sus manos pasaban por mi trasero, no entendía cuándo esto había comenzado a suceder, pero ese fuego interior había sido tan imparable, siendo algo que nunca antes experimente y siendo algo que se sentía bien al sentir sus manos en mi cintura. Comenzamos con leves toques y luego besó mi cuello a lo que termine jadeante. ¿Podría ser porque los lobos Alphas son unos sementales?, o ¿por qué razón estoy así? Mi respiración se había vuelto pesada cuando se puso encima de mí, creo que la película quedó a un lado en cuanto comenzó una parte de la cual yo no sabía, era una escena subida de tono y me sorprendió mucho. Aunque más me sorprendió cuando la mano de Abdel comenzó a posarse en mi muslo y subir por este. — Abdel, no podemos seguir. — Murmure, pero ni yo misma creía en eso, ni lo quería alejar de mí. Algo me pedía que él siguiera y fuera el único que me tocara en toda mi vida. Pero estamos en su casa y siento pena de que alguien escuche algo o de que abran la puerta y nos vean en medio de esto. Sería algo mal visto y posiblemente se hablaría mal de mí. Estaba nerviosa e incómoda porque alguien podía entrar en cualquier momento, sus hermanas estaban jugando en la sala y no estamos tan lejos de ese lugar, su padre se encontraba en la cocina o eso ¿creo? — Sí, podemos no aguantaré Giovanna. No puedo controlarme por mucho, menos contigo. —Suspiro cuando agarra mi rostro con sus manos. — Tu aroma es muy dulce, demasiado que no me deja controlarme. — Ab...del. — Balbuceo. — Es mi celo, zarzamoras. No pensé que fuera hoy. — Gruñe. Y trate de alejarme de él siendo detenida en el momento. — No, te alejes...— Niego antes de todo. Se aleja de mí y justo alguien toca la puerta, me tapo con la sábana, escondiéndome avergonzada y Abdel ríe antes de permitir que la persona que tocó la puerta pase. — Hijo, ¿y tu amiga? Oh, oh. — Ya se va, está en el baño. — Escucho unos pasos y asiente. — Diré a Don Mateo para que la lleve. — Suspiro aterrada cerrando mis ojos. Siento como alguien me toca y abro mis ojos, mis mejillas se encuentran acaloradas y las cubro con mi mano con rapidez. Observó a Abdel con nervios mientras bajo mi rostro llena de pena por lo ocurrido. Estamos bastante cerca que temo que sienta mi aroma lechoso por el celo, él está en las mismas y será difícil no mantenerlo lejos. — ¿Qué soñaste? — Nada... — Me agarra de la cintura, y suspiro excitada, me junta a su cuerpo, mientras yo alucino por los efectos de mi celo. Suelto un par de feromonas sin darme cuenta, miro a Abdel de golpe, él cierra sus ojos y aspira el aroma en el aire. Es como si estuviera tratando de saborear a su presa, siendo esta vez yo. Sabía que esto podría ser una mala idea, aunque no me da miedo, ya que hicimos cosas peores antes, simplemente no quiero ilusionarme. — Maldición, Giovanna tu aroma. — Detenidamente, observo sus ojos mientras caigo hipnotizada por él, junto nuestros labios, siendo atrevida cuando es algo que no acostumbro a ser. — ¿Trajiste tus medicamentos para esconder tu celo? Por un momento se aleja de mí y asiento antes de volver a besarlo con suavidad.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD