**TOMAS** Carlota parpadeó, desconcertada por mi reacción. Por un momento pareció vulnerable… y luego se recompuso. —¡Tomas! Solamente bromeaba —dijo, forzando una risita, como si eso lo justificara todo. —Pues esas bromas, no me gustan. No te metas con ella. Nunca más. No gritaba, pero cada palabra salía tensa, dura, y llena de advertencia. Carlota bajó la mirada, ofendida, quizá sorprendida de ver que mi lealtad tenía otro nombre. O simplemente dándose cuenta, al fin, de que nunca fue ella. —Voy por mi abrigo —dije sin esperarla, levantándome. Mi cabeza ya no estaba en la fiesta. No podía seguir aquí, fingiendo. No cuando ella seguía bailando a metros de mí con otro. No cuando la única persona que realmente me importaba… me dolía hasta en el silencio. Vi a Gabriel acercarse entr

