Con un leve empujón, la morena atravesó la puerta del apartamento de Cameron, lo que provocó que el rubio cerrara los ojos, lleno de ira, pues no esperaba su llegada a esas horas de la noche de aquel domingo. La mujer recorrió lentamente la mirada por aquel lujoso apartamento, buscando si había alguna otra persona presente, mientras le respondía a Cameron con un tono sarcástico: ―¿De verdad estás sorprendido?―hizo una mirada furtiva por todo el lugar, disimuladamente, y con una pizca de sarcasmo añadió―¿No esperabas verme, eh? ¿Estás con esa tal Jennifer, el amor de tu vida?―comenzó a gritar diciendo― ¡Hola, Jennifer, vine a ver al padre de mi hijo! Cameron suspiró molesto y cerró la puerta con fuerza, expresando su enojo. ―Cállate, y no, no estoy con ella. ¿Cómo lograste entrar? Voy a

