Jennifer, llena de curiosidad y asombro, se inclinó hacia Stavros, esperando escuchar otro secreto que él estuviera dispuesto a confesar. La emoción vibraba en el aire, creando una atmósfera de conexión íntima entre ellos. ―Dime, ¿cuál es?―preguntó con una mezcla de expectación y curiosidad. Stavros, inconcientemente , se abría más y más a Jennifer, dejando escapar otro secreto con la voz ligeramente tensa: ―Bueno... es algo que nadie sabe. Cuando estoy solo... como con la mano. Es algo a lo que me acostumbré durante muchos años. Los recuerdos del pasado que Stavros le había compartido se agolparon en la mente de Jennifer, mientras lo miraba con una expresión pensativa y melancolica. ―Oh, supongo que eso fue en ese lugar feo del que me hablaste, ¿verdad amorcito?―se preguntó en voz al

