―¿Qué haces aquí, Stavros? ―preguntó Jennifer, mientras se secaba las lágrimas con cierto pesar, su voz entrecortada revelando la tristeza que inundaba su ser.
«¡Oh, y otra vez vino y estoy horrible y de paso me está viendo llorar!»
Luego, la pelirroja con cara de ángel, observó cómo Stavros se acercaba lentamente hacia ella, con su mirada penetrante sumergiéndola en un mar de emociones encontradas.
Al frío Stavros, no le agradó ver a Jennifer llorar, por lo tanto, mirándola fijamente, se decía en pensamientos:
«¡Ah, ¿qué es esto? ¿porque me pone un poco verla llorar? no debería ser mi problema! No puedes, tener sentimientos tontos por ella».
Entonces, él tratando de ocultar todos estos sentimientos que comenzaban a moverse en su interior con una seriedad que ocultaba todo lo que pod
