Desde el otro lado, Jennifer esbozó una sonrisa al escuchar que el hombre pensó en ella, así sea un poco. Y sirviéndose un poco de agua le respondió: ―Oh, me alegra mucho escuchar eso, Stavros. Hoy estuve deseando escribirte en todo el día, pero me contuve, pensando que estarías demasiado ocupado. ¿Tuviste un día ajetreado me imagino? ―lo interrogó mientras se llevaba el vaso de agua a su boca. En ese momento, Stavros reflexionó sobre todas las cosas que había hecho durante el día y respondió de forma breve, pero con un aire de misterio que le encantaba a Jennifer. ―No hice mucho. Pero… si me ocupé, además…―antes de que pudiera terminar su frase, Jennifer lo interrumpió bruscamente, olvidándose momentáneamente de su actitud profesional. ―Oh, entonces la próxima vez que estés desocupado

