El muy hijo de puta estaba fumando, algo que nunca en mi vida creí posible. Adam era el capitán del equipo de fútbol, y tenía terminantemente prohibido fumar o consumir drogas. Creo que ni siquiera tenía permitido beber alcohol, pero el entrenador debía dejárselo pasar, porque lo veía bebiendo todos los putos sábados en lo que llevaba conociéndolo. Pero nunca, jamás lo vi con un cigarrillo en las manos, era algo nuevo. El que yo lo pillara fumando a escondidas era algo de lo que podía beneficiarme, él era la clase de hombre que tenías que golpear, porque si no él te golpeaba a ti; Y con mucha más fuerza. Una sonrisa maliciosa iluminó mi rostro, debía lucir como una perra. —Vaya, supongo que el señor Parker también tiene sucios secretos —dije, y lo observé mientras él tiraba su cigarril

