La cafetería estaba llena el siguiente lunes por la mañana. Em y yo nos sentamos al final, en una esquina apartada. Siempre me preguntaba por qué ella se sentaba conmigo, cuando bien era bienvenida hacerlo en las mesas de los populares. La primera vez que lo hizo fue hace cuatro años, justo después de que nos conociéramos. En ese momento era mucho más perra de lo que soy ahora, y tuvo que luchar contra mí cuando le dije que no la quería cerca de mí. Em no me prestó atención, y para el final de la semana de ese mes, ya era una costumbre que se sentara conmigo. Sentía la mirada de las personas, y sabía que ellas también se preguntaban lo mismo. ¿Qué hacía la novia de uno de los chicos más populares del instituto sentada al lado de una marginal como yo? ¿Qué era lo que le encontraba atract

