Un Lucero de Amor

Capítulo 1

Elena:

Tenía solo 14 años desde que supe la verdad acerca de mi familia, lo sé, puede ser extraño, pero debo admitir que siempre sentí que era diferente ¡Podía hacer cosas que otros no hacían!

Mis padres me dijeron que desde mis 17 años iba a tener que asistir a una escuela de magia. 

¿Hola? ¡Una escuela de magia! ¿A cuantos chicos de mi edad sus padres les sueltan una bomba así?

La escuela llevaba por nombre  "HeartsTreaths"

Dicen que desde siempre gente como yo ha asistido a ella, y al igual que mis padres que estudiaron ahí, yo también debía hacerlo.

Esta escuela queda dentro de otra dimensión, un reino llamado "Axellon", para llegar ahí hay que pasar algunas barreras. 

No era nada fácil dejar a todos mis amigos, es decir, como a ellos lo llaman: "el mundo humano" era mi hogar, mejor conocido para mí como "La Tierra". Pero vería a mis padres de vuelta en mis vacaciones.

La escuela era como un internado, pero mis padres me dijeron que era totalmente seguro, así que... ¿ya están en el presente?

Pues aquí estaba yo a punto de tocar las grandes puertas del instituto.

Bueno, supongo que ahora todo estaba en la mente.

Solo recordaba las palabras de mis padres que se repetían sin parar en mi cabeza-Tranquila, tú lo harás muy bien.

Toque la puerta mientras sentía que el corazón se me salía del pecho, espere unos dos minutos hasta que alguien me abrió.

-¡Tú debes ser la chica nueva!- dijo una señora al abrir- Esta será tu lista de actividades y horarios de clases, ahí está todo lo que necesitas saber, ahora voy de salida, acóplate e instálate-hizo un ademan de irse pero luego volteo hacia mi- ah y si tienes alguna duda ven a buscarme- dijo la señora antes de pasar delante mío dejándome completamente sola con una enorme lista y una bolsa lleno de materiales de clases, o algo así....

-P-pero...

Ni siquiera pude detenerla...

¡¿Cómo se suponía que iba a llegar a algún lado?!

¿ven a buscarme? ¿y ven a buscarme "a donde"?

Rayos...

Pensé que mis padres habían dicho que se me asignaría a alguien para que me enseñase el colegio, y que había mucha gente, y que muchos de ellos eran muy amables.

A medida que avanzaba pues sí, si había mucha gente. Aunque no podría decir lo mismo de que si eran amables.

-Disculpen... ¿u-ustedes creen que podrían...- decía yo mientras sostenía el mapa dado tratando de llamar la atención de la gente que pasaba - Tal vez conocen...- pero la gente seguía pasando de largo, nadie se detenía siquiera a mirarme.

Si claro, que amables eran todos.... Si se les notaban que les sobraba alma.

Bueno, mis padres acertaron al menos en una cosa.

Después de pasar horas buscando mi habitación; cabe recalcar que SOLA. Pues la encontré.

En la habitación no había nadie, pero había cuatro camas, y dos libres... de seguro una de esas debía ser la mía.

Llegue y puse mis cosas en la libre y después revise el horario y me quede petrificada cuando lo vi.

-¡Oh por Dios!- Fue lo único que se me ocurrió decir, aunque sabía que estaba sola y nadie me escuchaba.

¿Pero qué rayos? ¡Tenía una clase justo ahora! No iba a faltar a mi primera clase el primer día.

Rápidamente tome un cuaderno y unas plumas y las arroje dentro de mi mochila, corrí lo más que pude entre pasillos y pasillos buscando el aula.

Creo que debía estar cerca...

Iba corriendo cuando inevitablemente choqué con alguien y por consiguiente me caí

-Que golpe...- decía yo mientras me sobaba el brazo

-¿Te encuentras bien? Déjame ayudarte- escuché una voz, yo solo asentí a su pregunta.

Al mirar hacia arriba vi que era un chico, de unos... no lo sé ¿20 años? Era alto, blanco, ojos y cabello gris.

¿Ese enserio no podían ser su color natural o sí? Pero bueno... ¿Qué sabía yo? ¿Acaso ese no era un lugar con poderes mágicos o algo así? Aun no acababa de entender bien eso de la magia.

-Levántate- me dijo el chico mientras me extendió la mano, yo di mi mano y acto seguido me levanto-deberías tener más cuidado- dijo.

Después de todo él tenía razón, era mi culpa por estar corriendo de esa manera

-Lo siento- dije disculpándome con el chico

-Bueno... nos vemos- me dijo haciendo un gesto de despedida con la mano

-¡O-oye espera...!-lo llame evitando que se fuera- ¿Sabes dónde está el salón m-04?

-Está justo en esa esquina de ahí- dijo señalándome el pasillo en donde estábamos

-Oh...

-Eres nueva ¿verdad?

-¿Cómo lo sabes? – pregunte rápidamente. -¿Leíste mi mente o algo así?

No me culpen por preguntarle eso, pero... ¿este no era un lugar mágico? Leer mentes. Magia. Simple lógica ¿no?

-Eh... n-no.- note que respondió algo incomodo–En realidad, es porque cargas un mapa, así que debo suponer eso.

Ah sí. Bueno esa era mi otra opción.

-Sí, estuve algo pérdida- admití

-Bueno, si necesitas algo deberías pedirle ayuda a tu compañero asignado- me dijo.

Pero... ¿Escuche bien?

¡Si nadie se había tomado la molestia de enseñarme el instituto! La última vez que vi a esa señora que me dio los materiales simplemente huyo y nadie de las personas que les pregunte quiso ayudarme.

-Oye... ¿No llegas tarde a una clase?- me dijo de pronto sacándome de mis pensamientos

-¡Oh rayos es cierto! Nos vemos- dije yo corriendo dejándolo atrás y entrando finalmente en el salón.

Para suerte mía el profesor aún no había llegado, solo había una banca libre así que simplemente me dejé caer, literalmente y al hacerlo solté un suspiro de alivio.

Qué bueno era por fin llegar.

Me puse a mirar alrededor y me di cuenta que nuestros pupitres eran de dos, pero bueno todos tenían compañeros ya, así que supongo que era la única sola, además de seguro todos ya se conocían, no paso mucho tiempo cuando llego el profesor.

-Buenos días clase - dijo mientras que todo el mundo se ponía de pie

-Gracias, tomen asiento- y todos se sentaron, al menos no era tan diferente como me imaginaba que seria, al menos la forma de saludar al profesor era igual.

Pasaron quince minutos de clases cuando llego un estudiante al salón.

A lo que el estudiante entro todos empezaron a murmurar, pero no escuchaba muy bien lo que decían.

El chico era tamaño promedio, como yo, bueno lo admito quizás tan solo un poquitín más alto que yo, tenía el cabello café oscuro, algo de su cabello caía sobre su rostro y sus ojos de igual manera café oscuro.

-Llegas tarde, Danny....-exclamo el profesor con cierto aire de cansancio-como siempre- añadió.

El chico no hizo ni un gesto, su mirada era algo neutral, tal vez algo fría, sus ojos se veían tan profundos, casi imposible de adivinar en lo que estaría pensando.

-Toma asiento- dijo el profesor, esa frase retumbo en mi cabeza

"toma asiento"; el único asiento libre era el que estaba a lado mío

En ese momento el dirigió su mirada al único asiento libre y entonces me miro. ¿Cómo explicar su mirada? simplemente me sentí extraña...

-No quedan asientos libres - dijo el chico

-Claro que lo hay-afirmo- Está a lado de.... de...- dijo el profesor, era obvio que él no sabía mi nombre ya que era nueva.

-Elena- dije yo

-Ya veo, eres nueva- dijo el profesor. 

-Me voy - dijo el chico retirándose del salón

-¡Detente ahí! Ahora vas y te sientes ahí-dijo señalando el pupitre- ¡A lado de tu compañera, o enviare otro informe!- ordeno el profesor- Apuesto que ya no quieres más problemas por hoy con Damon y Caly ¿verdad, Daniel?

El chico solo hizo un gesto de enojo y fue directamente hacia mí y finalmente se sentó a lado mío

-Ahora que lo pienso, tampoco te he asignado compañero para que te enseñe el colegio y las cosas nuevas, así que desde hoy Danny será tu compañero- dijo el profesor.

Él debía estar bromeando... ¿Este chico que estaba sentado a mi lado iba a ser mi compañero? Oh genial, este día no podría ser peor. Iba a pasar el resto del año sentada a lado de este chico y también era el encargado de cuidarme.

¿Enserio universo? Vamos compadécete de mí... no pido mucho; tan solo un poquito...

La clase comenzó, el apenas se movía o decía algo, su mirada ni siquiera atendía la clase estaban fijas en un cuaderno.

Como romper el hielo...

-Oye...- dije yo sin pensarlo, mi boca se movía sola.

-¿Qué quieres?- dijo mientras me miraba

-Espero llevarnos bien- dije mientras le daba una ligera sonrisa

¡Enserio Elena! ¡Enserio! ¿Espero llevarnos bien? Soy tan estúpida. Quiero patearme. ¿No se me pudo ocurrir algo mejor?

-Espero que sepas trabajar. No tendré malas notas por culpa tuya

-¿Qué va con ese mal humor? yo solo quería ser amable

-Tonto lucero

-Tonto Lucer... ¿Qué?- dije confundida

-ya deja de hablarme

-Eres fastidioso

-Podría decir lo mismo

-No te soporto

-El sentimiento es mutuo- dijo el finalmente, yo deje de responder, que persona tan antipática, debía admitir que el físicamente era... atractivo, pero que va, eso no le daba derecho a comportarse así, de verdad que estrés.

Apenas sonó el timbre salí de mi salón rápidamente queriendo olvidar lo que paso ahí.

Finalmente llegue a mi habitación, y me tire en mi cama, tan molesta estaba que no me había percatado de que una chica ya estaba ahí

-Niña... ¿Qué te pasa?- escuche la voz de una chica, me levante sobresaltada

-¿Quién eres?

-Me llamo Chantal,-ella sonríe- y tu debes ser la nueva compañera de cuarto.

-Si... Elena, un placer- dije algo ida. Más que nada creo que había logrado responder por monotonía.

-Espero que seamos muy buenas amigas- volvió a sonreír

Vaya... qué bueno era encontrar a gente tan amigable y buena, se veía tan tierna, y su sonrisa era cálida.

Estaba tan a gusto hablando con ella cuando a la habitación entro un chico...

No el de nuevo...

-¿Qué haces aquí?- pregunte yo

-Yo quería preguntarte eso. ¿Qué haces tú aquí?

-Yo vivo aquí.

-¿Tú vives aquí?

-Si

-Pues entonces no toques mis cosas- dijo entrando, él no hablaba en un tono sarcástico como lo hacían algunos chicos idiotas que conocía, el tono de él era suave, profundo y neutral, como si estuviera hablando completamente serio en sus palabras, en el no había ni una gota de ironía.

-Espera... ¿tú también vives aquí? Pero.... – lo mire- eres un chico

-Que observadora- contesto sarcástico esta vez. Y me sorprendí que sus palabras pudieran cargar otra cosa que no fuera seriedad.

-No, es decir... ¿Compartir habitación así no está prohibido o algo por el estilo?- pregunte

-¿Cómo conoces a Danny, Elena?- pregunto Chantal algo desconcertada

-Es mi compañero de clase- respondí.

-Ya veo, él es tu guardián encargado de ti por este año- dijo Chantal sonriéndome

-Supongo...- dijo yo resignada, después de todo tenía que empezar a llevarme bien con el si quería que las cosas funcionaran

-Tengo que irme, tengo clases- dijo Chantal mientras salía de la habitación, yo ya había terminado mis clases por hoy, así que no tenía nada que hacer.

Al cabo de un rato después de que se fue Chantal caí en cuenta de que en la habitación aún estaba Danny.

Él estaba en su cama recostado con un libro leyendo, había algo en el que era intrigante

-Oye... quería disculparme si hice algo que te molesto, pero de verdad esto es importante para mí, y me gustaría que nos lleváramos bien y empezáramos de nuevo, si te parece

-Tú no sabes quién soy- dijo el levantándose- deberías alejarte de mí – dijo mientras se retiraba de la habitación. 

¿Pero que rayos le pasa?

-¡Oye... !- eso agoto mi paciencia- ¿Qué esta mal contigo?- en ese momento lo seguí fuera de la habitación hasta las escaleras, claramente yo le estaba reclamándole su comportamiento tan extraño. -¡¿Se puede saber cuál es tu problema?!-lo enfrente de inmediato

-Solo aléjate

-¡No!- respondí tajante- ¿Por qué te comportas así?-el caminaba mas rápido- ¿Y ahora porque me evades? -solo seguía sus pasos -¿Porque no me respondes?

-Porque tu aura es algo que me molesta

-Mi aura...

¿A qué se refiere?

-Son tus poderes

-¿De qué hablas?

-Tus poderes son relacionados en parte con la luna

-¿Porque lo dices...?- dije mientras lo veía girar por el siguiente pasillo

En ese momento viré, pero el ya no estaba, cuando me volví para atrás él estaba ahí, me empujo arrimándome contra una pared, él estaba muy cerca.... Puso sus dos brazos contra la pared evitandome el paso, cerrando todo camino para moverme.

-¡Porque no paras de iluminarme con la luz que despide tu energía!

-La luz que despide mi energía...- repetí como una idiota sin entender a que se refería

-¡Si! ¡Ahora aléjate de mí lucero andante! - me dijo antes de alejarse por completo.

En ese momento deje de seguirlo y el desapareció tras dar vuelta a otro pasillo.

¿A qué se refería? mis poderes....

Mis poderes consistían en cosas básicas la verdad, podía hacer algunos cuantos hechizos, es decir, era algo que todos podíamos hacer, pero no sabía que tenían relación con la luna... es decir, ¿la tenían?

Mis padres me dijeron que cada uno de nosotros poseemos un poder que nos hace muy especial y únicos, sin embargo yo aún no descubría cual era mi poder, y después de todo si él tenía razón y mi energía despedía luz. ¿Cuál era el problema? Nunca ninguna persona antes se había sentido incomoda conmigo....

-¿En qué tanto piensas? - escuche una voz, al alzar la mirada vi al chico que me ayudo por primera vez

-Hola...- fue lo único que se me ocurrió decir.

-Te ves pálida ¿En qué tanto piensas? ¿te paso algo?

-¿Cuál es tu nombre?- dije recordando que la última vez no se lo pregunte

- Antonio. ¿El tuyo?

-Elena

-¿Te paso algo?- retomo su pregunta inicial

-Problemas con un compañero, se llama Danny, posiblemente no lo conozcas- ni siquiera sabía porque se lo había contado, pero al hablar con él me hacía sentirme más abierta era como si de alguna forma sintiera que lo conocía de toda la vida.

¿Extraño, no?

-¿¡Es una broma!? Todo el mundo aquí lo conoce, su familia es extremadamente rica y sus padres son de temer, es un chico que generalmente anda solo y no habla con nadie, un chico frio, pero tiene excelente calificaciones, las mejores del instituto de hecho, es muy poderoso, aunque suele siempre meterse en problemas

-...

Vaya, ya dame su bibliografía.

-¿Como sabes todo eso? ¿Acaso vives debajo de su cama? 

El se echa a reír - los rumores corren aquí. Unos comprobados. Otros no tanto.

-¿Entonces?

-Entonces es una advertencia. Nadie puede acercársele mucho, algunas personas que lo hacen terminan muy mal paradas- dijo Antonio.

No le gusta que se le acerquen mucho, pero en ese entonces recordé cuando me arrincono contra esa pared. ¿Acaso en ese momento pude haber estado a punto de quedar muy mal parada?

-El menciono algo de mis poderes- le dije, esperando que me de un motivo lógico para justificar sus acciones.

-De seguro a él le molesta un poco tu presencia

-¿Mi presencia...?

-Tu aura despide mucha luz- dijo como si fuera algo normal que escuchas en una conversación.

-Eso fue lo que él me dijo. ¿Cómo sabes eso...?

-Puedo sentir la presencia de las personas, al igual que Danny, sin embargo, los poderes de Danny son poderes algo...-lo pensó- oscuros- contesto finalmente -y por consiguiente tener una compañera que posee poderes con tanta luz, debilita un poco los de él, pero en parte de seguro te encuentra interesante y desagradable

-Oh... genial- dije con tono de ironía.- era justo lo que necesitaba

- No habíamos tenido a alguien con tanta luz en su energía, es sorprendente, eres la primera persona que conozco así.-sus ojos estaban cargados de energía y asombro. 

-¿No hay nadie más..?-pregunte incomoda. 

-Bueno... yo poseo bastante luz, pero... la verdad es que tu posees el doble del mío, o quizás más.

-Mis poderes.... -estaba hecha un lio - Ni siquiera averiguo cuales son exactamente, es decir, puedo hacer habilidades básicas, ya sabes, mover objetos con la mente y también campos de fuerza, hasta ahora solo se hacer eso - exclame con depresión

-Oye, aprenderás-me aseguro- después de todo para eso está la escuela

-Que listo - dije con tono divertido

- Pero.... -el se levanto -Él no es tan mal chico, él puede llegar a ser bueno, compasivo y generoso, tal vez bastara con conocerlo un poco más.- y no entendía el porque lo decía -Ahora me tengo que ir, te veré luego, cuídate- dijo Antonio mientras se levantaba y se iba.

Me pregunto porque él hablaba como si lo conociera mucho...¿Acaso se conocían? ¿Eran amigos? Tal vez Antonio tenía razón después de todo... ¿Quién era yo para juzgarlo?

Al cabo de un rato fui a la cafetería a comer algo, fue algo muy divertido; cuando estaba en la barra un chico se adelantó y agarro el ultimo postre que quedaba y con un tono galante se volteo y me lo dio, fue algo muy gracioso de ver, por fin una persona amable, me dijo que se llamaba Mathew y me ofreció su ayuda si necesitaba algo.

Después de eso me fui atrás del edificio y me acosté viendo el sol hasta que me quedé dormida.

Al cabo de unas horas regrese a mi habitación eran las 11:50 pm.

¿Cómo me pude quedar dormida?

¡Rayos, que tarde era!

Enserio que perdí la noción del tiempo...

Camine por los pasillos hasta que llegue a mi cuarto, entre en silencio a mi habitación, Chantal ya estaba dormida en su cama, mientras que Danny también. 

Ya estaba llegando a mi cama a punto de cantar mi victoria como súper ninja cuando...

-¿Dónde estabas?- pregunto Danny aun acostado con su mirada hacia la pared, su voz era neutral

-Por ahí- dije vacilante, pero con toda la tranquilidad del mundo para no crear un alboroto que despierte a Chantal

-Por ahí no es una respuesta

-Para mí si- replique.

En ese momento Danny se volteo a mi dirección y me miro directo a los ojos o al menos lo poco que podía apreciar por la falta de luz

-¿Por qué te importa tanto después de todo?- pregunte.

-A mí no me importa- dijo mientras volvió a girarse y a acostarse

-Oye...- dije volviendo a llamar su atención

-¿Qué?- respondió el con falta de interés en la conversación.

-Gracias por preocuparte

-Yo no me preocupo. No me interesa lo que hagas

-Si preguntaste eso quiere decir que por lo menos te preocupa un poco

-¡Tonto lucero! Ya acuéstate y duérmete

-¿A qué viene ese insulto?- dije algo molesta.

-Tonta, esta no es una escuela normal, todos aquí poseen poderes unos más fuertes que otros, no puedes andar por ahí como si nada, alguien podría sacar provecho de eso, añadiendo que tú eres nueva

-¿Supones que alguien podría hacerme daño...?

-No me interesa lo que te pase, pero me asignaron como tu guardián y si algo te pasa la culpa caerá sobre mí

-Vale, lo siento

Después de eso el silencio se hizo absoluto en clara evidencia que nuestra plática había finalizado. Así que solamente me acosté. 

Danny no volvió a hablarme de nuevo.