Killian volteó ciento ochenta grados para encarar a Robin. Las palabras de sus asistente lo habían tomado por sorpresa. No sabía cómo reaccionar ante el hecho de que Alora por fin había aceptado hacerse la cirugía pues por un lado tenía la sensación de alivio de que al menos su corazón ya no tendría una bomba de tiempo, por otro lado sentía temor de que algo le pudiera pasar en plena operación. Era algo a lo que tenía que enfrentarse y se había prometido así mismo que si todo salía bien en la cirugía de Alora, le estaría confesando su amor por ella. Lo más importante de todo era su salud. El príncipe suspiró. Se aclaró la garganta para no dejar notar la preocupación que sentía por su asistente. — Bien, me alegro por ella que al fin haya decidido aceptar la ayuda ¿a qué hora tiene progr

