Capitulo 2: Primer día de clases

1485 Words
Antonella (Presente) Finalmente el gran día había llegado, mi primer día en la universidad. Estaba hecha un manojo de nervios que no pude dormir en toda la noche, así que la primera impresión que daría sería de una chica pálida y ojerosa. Me maquille un poco para disimular las ojeras, me vestí cómoda pero intentando no parecer tan rara. Mis combinaciones no siempre son atinadas, pero es con lo que me siento mejor. Antes de salir, me coloco mis audífonos con cancelación de ruido y pongo un poco de música clásica para tratar de regular mi ansiedad. Al llegar al campus, había muchos grupos de amigos por todo el lugar, y veía como todos murmuraban mientras veían a los de nuevo ingreso llegar. Baje la mirada y seguí caminando, miraba de reojo y notaba que no era la única que trataba de caminar imaginando que era invisible. Respiré hondo y alce mi cabeza, no soy nadie de quien sentirme avergonzada, también soy una persona. Al comienzo me perdí un poco, pero otro chico me oriento hacia mi facultad, estaba a punto de llegar al salón 101, mi salón. Iba sin los audífonos para poder prestar más atención, cuando una vieja y conocida voz me habló. — Cuanto tiempo sin verte "mascota", nunca pensé encontrarte aquí.— ¡Maldita sea mi suerte! De todas las personas en el mundo, ¿ Justo tenía que ser él?. Estaba helada, no pude moverme, mi corazón latía muy rápido y sentí que no podía respirar. Una oleada de recuerdos me inundaron, no pude controlarme y entonces sucedió, empecé a taparme los oídos una y otra vez mientras recitaba las preposiciones para regularme. Después de que me tranquilice hablé. — Parece que la desgracia me persigue fuera de Seattle— Contesté — También estoy sorprendido de verte después de lo que pasó.— Sonaba bastante incomodo — ¿Y qué esperabas? ¿Qué me hubiera muerto? ¡En tus sueños Allen!— Le grité molesta mientras me daba la vuelta y me dirigía a mi salón. — ¿ Se encuentra bien señorita? ¿ El señor Allen estaba molestándola? — Me preguntó el profesor algo preocupado mientras le echaba una mirada severa. — Estoy bien, gracias. Es sólo que... Es un viejo enemigo— Dije mas como un susurro mientras con la cabeza gacha, entraba al salón. Al entrar no sabía donde sentarme, entonces vi unas manos enérgicas moviéndose haciéndome señas. Era una chica morena de ojos ambar que había saludado recién entre al campus. Tomé una bocanada de aire y me relaje y camine hacia ella. — Hola, me llamo Alexa. Nos vimos en la entrada. No sabía que también estabas en esta clase.— Su voz parecía muy emocionada. — Hola Alexa. Yo soy Antonella, pero puedes llamarme Nella.— Dije tratando de sonreír. — Encantada de conocerte Nella. Es bueno no ser la única neurodivergente en esta clase.— Su voz realmente sonaba aliviada y por alguna razón también me tranquilizó a mi. No estaba sola. — Por cierto, me gusta tu look— Dijo Alexa, que mas bien tenía un atuendo holgado de hip hop en tonos fosforescentes. — Gracias, es para ahuyentar gente la mayoría de las veces— Le dije y ella río por lo bajo. — Muy bien jóvenes, creo que ya estamos completos, les doy la bienvenida a todos en nombre de la Universidad de Michigan, Campus Ann Arbor. Mi nombre es Richard Lewis y seré su profesor de ética este semestre.— La verdad, deje de prestar atención después de su presentación, es que no había visto bien al profesor cuando se acerco a mi después de toparme con Tomas Allen. El profesor es realmente atractivo y joven, a lo mucho tendrá 34 años, es alto, musculoso, tez blanca, ojos azules y rubio con barba de candado. Y creo que no era la única que estaba mirando de esa manera al profesor. Volteé a ver a Alexa y ella también estaba embobada con el, después giré en todas direcciones y vi la misma reacción en varias chicas....y uno que otro chico. Había algo en el atractivo maestro que me resultaba familiar, pero no sabia porque. — Muy bien, como veo que todos están muy atentos a lo que estoy diciendo, tienen una hora para realizar un ensayo. El tema será la aplicación de la ética en la inclusión de personas neurodivergentes— Hizo una pausa— Espero mucho de ustedes, algunos tienen una AMPLIA experiencia en ese tema.—Dijo el Profesor Richard haciendo énfasis en "amplia" mientras miraba en nuestra dirección. Realmente tenía la mente en blanco, el profesor lo sabía, sabía que todas estábamos poniéndole más atención a sus brazos musculosos y a su trasero firme que a su clase. Bufé un poco. Volteé hacia Alexa y ella si se veía concentrada en lo que estaba haciendo. Fijándome bien, ella tenía ya una cuartilla de hoja con su ensayo y yo ni siquiera tenía un renglón. ¡Maldición! Debía darme prisa. Miré el reloj de pared y habían pasado 20 minutos, no era bueno. Aún tenía al rededor de cuarenta minutos para terminar. Luego de varias hojas arrancadas en mi libreta, al final tenía lo más parecido a un ensayo decente. — No lo sé, quizá le hizo falta algo a mi ensayo. —Dije para mi misma. — Muy bien, ya pasó una hora. Es momento de terminar. Dejen sus bolígrafos, la siguiente parte de la clase es participativa, ustedes deciden. Se ofrecen voluntariamente para leer su ensayo frente a la clase o los escojo al azar.— Fueron las palabras del profesor Richard. Todos cuchicheaban, era obvio que nadie quería participar y por lo regular cuando pasa eso, por alguna extraña razón siempre me elegían a mi. Estaba comenzando a ponerme nerviosa y sin querer estaba murmurando las preposiciones. Sentí que todos me miraban, la situación se volvió muy incómoda. — Yo lo hago profesor. — Dijo Alexa en ese momento, salvandome de esa situación. Alexa empezó a leer su ensayo y el profesor la escuchaba con detenimiento, pero sus ojos azules se encontraban con los míos cada tanto y era bastante incómodo. — Bien, se nos acabó el tiempo por hoy. Pongan su nombre y su clase en su ensayo y entréguenlo. Mañana se los entregaré calificado. Como primera tarea, les pediré un ensayo con cinco citas bibliográficas acerca del principio de la ética. Esto es para mañana chicos.— Todos abucheaban o se quejaban, ya teníamos la primera actividad y aun me restaban al menos unas 3 clases mas. Espero que no tenga que hablar frente a la clase está vez. Me disponía a salir del salón en compañía de Alexa, pues compartíamos la siguiente clase, cuando el profesor agrego... — Aquellos que tengan como siguientes clases "filosofía en derecho" e "historia del derecho" favor de acompañarme al aula 304, allí se imparten esas clases. Lamento decirles que quizá no seré su profesor favorito este semestre, pero me verán prácticamente todo el día y no les queda de otra. No pude evitar reírme en silencio, su voz sonaba chistosa cuando trataba de ser irónico, me gustaba el sentido del humor del profesor Lewis, al menos por ahora. Las materias duraban dos horas cada una y realmente eran tediosas y aburridas, en mas de una ocasión sentí que la cabeza se me iba hacia enfrente. Si así sería toda la carrera, debía pensar en algo que me permitiera estar atenta y despierta o de lo contrario no aprenderé nada. Luego de 4 interminables horas al fin tendríamos un receso para el almuerzo. Nos despedimos del profesor y salimos del salón. — Antonella, perdón...Nella. ¿Notaste como te miraba el profesor?— Decía Alexa con una sonrisa pícara — ¿De qué hablas?, seguro es por lo rara que me pongo cuando estoy muy nerviosa. Cuando estoy muy nerviosa no lo puedo controlar. — Si, lo sé. Pero después de un rato todos nuestros compañeros dejaron de prestarte atención y se concentraron en la clase, en cambio el profesor Richard volteaba a verte a cada rato. —Sinceramente no me percate de ello.— Patrañas, claro que lo noté. Por eso todo el tiempo estuve nerviosa, la mirada del profesor Richard es muy penetrante, incluso tengo curiosidad de saber porque me miraba tanto. — Oye Nella, ¿Puedo hacerte una pregunta?— Su voz parecía seria — Dime — Antes de entrar a la primera clase, note que un chico de grado avanzado te llamo "mascota" y fue que comenzaste con tu nerviosismo. ¿Quién era él? Paré en seco cuando lo mencionó. Hubiera preferido que no lo supiera. — Verás...Es una larga historia. Por ahora no me siento cómoda hablando de ello, solo puedo decirte que me hizo mucho daño en el pasado y que es la última persona en la tierra a la que quería encontrarme aquí.
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