Prólogo.
372 Words
20 de octubre...
Una canasta, dejada a la puerta de un orfanato con una nota que decía: "Por favor cuide a mi pequeño. Su nombre es Gabriel ".
La chica vestida de novicia abrió la puerta y lo encontró: hermoso, parecía un angelito blanco y limpiecito como si fuera de una familia adinerada, y unas hebras de cabello dorado casi blanco que resaltaban más sus preciosos ojos azules como el cielo. Su nombre era Gabriel; y la chica no entiende por qué no lo quisieron. — Tranquilo precioso, aquí te cuidaremos bien.
8 años después...
—¡Gabriel! Dios mío! ¿Será posible que se volvió a esconder? ¿ Dónde estará mi niño precioso? - decía la Madre Superiora. Y yo seguía escondido comiendo los dulces que robé de la despensa. De pronto siento una mano que me tira de mi con fuerza y me arrastra por el piso. Hank. Me duele el brazo y lloro como chica, Madre Superiora grita que me suelte y lo hizo: me levantó del suelo más de un metro y me dejó caer haciendo que me golpeara la pierna derecha y la cabeza, luego me dió dos patadas, me acurruqué en posición fetal para proteger mi cara y el estómago ya que la última vez me hizo devolver toda la comida que tenía en el.
— ¡Déjalo ya Hank! Vete de aquí. ¡Fuera! – Madre Superiora lloraba.
—¡Síguelo malcriando! Para que cuando crezca sea un parásito, a ese niño nadie lo va a adoptar - Le dijo a Madre Superiora.
—¡No importa! Déjalo en paz eres muy malo con él. Siempre estará aquí con nosotros y será un hombre de bien. - le gritó mientras me ayudaba a levantar y me abrazaba protegiéndome de él.
—¡Te sacará los ojos! Primero los dulces, luego será tu dinero y quien sabe que más...
— ¡Yo no soy ladrón! Tu si lo eres.. - levantó la mano y la estampó contra mi cara rompiéndome la boca y la nariz....
Esa era mi vida: Madre Superiora me amaba y yo a ella, pero la crueldad de la realidad golpeaba fuerte y tenía la cara de Hank Sullivan, quien era mi verdugo...
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