Capítulo 1.

1814 Words
Nueve años después...   —¡Dejála en paz Josh, te voy a golpear yo idiota! - le dije a mi mejor amigo para que soltara la pequeña pelirroja a quien le tenía sujeto el cabello. Lena era una criatura dulce y preciosa, era rara pero muy bonita, tenía diecisiete años y ya parecía una modelo.   Decía que yo era su hermano mayor porque siempre la cuidaba del asqueroso de Hank y de los demás, no es que la quiera como mi hermana pero es que odio un hombre abusivo con las chicas.   — ¿Qué? Dime que no te gustaría ver más de cerca sus pecas... - me dijo, es un abusador.   — Si quiero ver sus pecas, le pido que se acerque, no le halo el cabello idiota.- le dije mientras terminaba mi tarea.   — ¡Uy pero que aguafiestas eres hermano! Yo solo me divierto - puse los ojos en blanco, este idiota no entiende.   — ¡Suel-ta-la! - le dí un manotazo en la espalda para que la soltara, ella se puso a llorar y se arrodilló con las manos en la cabeza. Me acuclillé a su lado y acaricié su cabecita, me miró llorosa con un puchero en su pequeña boquita y le sonreí.   — Vete.. me aseguraré de que no vuelva a tocarte. - acaricie su barbilla y se levantó del piso, se fué corriendo.   —¡Eres un burro Josh! Las chicas no se maltratan, la próxima vez te rompo la cara. - mi amigo me miró con cara de asombro pero solo asintió.   — ¡No te enojes! Solo era un juego.   — La estabas lastimando, estaba llorando. - le dije mientras terminaba la tarea larguísima que la profesora de ciencias colocó...   — ¡Naaaaah! Ella siempre llora - lo miré mal y se encogió levantando las manos en señal de rendición — ¡Ok ok ok! No lo vuelvo a hacer pero relájate sino a este ritmo envejecerás a los veinte. - volví a poner los ojos en blanco porque es un idiota.   ¡Jesús! Por fin terminé la tarea que era un fastidio, esa profesora parece que se ensañó con nosotros y nos colocó el trabajo de todo un año ¡Diablos!   Mi nombre es Gabriel Anton O'Connor, mi madre se llama Aurora O'Connor y es la Madre Superiora del orfanato en el que vivimos mis amigos y yo, Josh Mackenna es mi mejor amigo pero es un animal es alto, moreno de ojos claros, creo que verdes esta traumado creo que es un ¿Cómo se llama? ¡Ah si! Misógino aunque solo tenemos diecisiete años sabemos más cosas de las necesarias. ¿Entienden verdad? Bueno esta es mi vida.   Nunca me he quejado de mi vida a pesar de que el pedazo de porquería de Hank siempre me ha maltratado, mi madre no es culpable ella; bueno, el la obliga.   Como ya dije odio los abusadores ya que el imbécil siempre ha querido degradar a las personas que aquí residimos y nos golpea sin ninguna explicación ni pudor.  En una ocasión y el día de mi mayor paliza fué cuando quiso tocar a Lena, teníamos quince años y nos preparábamos para ir a las carreras cuando la escuché gritar.   Mi madre nunca me permitió practicar artes marciales ni defensa personal porque siempre decía que Dios es el único que tiene derecho de juzgar y ejecutar la justicia, no estoy en contra de las leyes Divinas al contrario; creo en Dios pero, Hank la iba a lastimar.   En ese instante sentí mucha rabia porque Lena no se podría defender y sus gritos retumbaban en la casa, Madre tocaba la puerta suplicando que la dejara en paz y ese desgraciado solo la golpeaba o por lo menos ella no dejaba de llorar, aparté a mi madre con cuidado de la puerta con ira contenida por supuesto, destrocé el picaporte de un puntapié y al abrir allí estaba ese desgraciado lastimándola; no recuerdo mucho, pero si se que lo arranqué de encima de ella y le di los primeros dos golpes, mal ejecutados por supuesto y con las piernas temblorosas porque le teníamos terror.   Luego él comenzó a golpearme hasta dejarme sin sentido, en realidad no recuerdo nada más desde el momento que me tumbó al piso y me gritó con la boca sangrando: "voy a matarte bastardo de mierda". Los gritos de mi madre y la llamada de auxilio de Lena.   Recobré el sentido y me encontraba en mi cama, me dolía todo y sentía la cara hinchada. Escuché unas voces que no estoy seguro de si susurraban o era yo quien casi no escuchaba. No podía abrir los ojos de modo que creo, me dormí nuevamente.   Cuando desperté no estaba en mi cama bueno, quizás nunca lo estuve y así lo creí por lo desorientado que me encontraba. Mi madre estaba sentada del otro lado de la habitación con Josh ¿Y Lena? No me percaté de que hablé en voz alta y me escucharon.   — ¡Mi amor, mi bebé! - gritó mi madre con lágrimas en los ojos.   — ¡Madre! ¿Que pasó? No recuerdo nada - le dije mirando a Josh quien alzó las cejas.   — Hank te golpeó como siempre mi tesoro ¡Perdóname por no poder protegerte! Yo debería poder hacerlo - lloraba desconsolada por algo que ni siquiera ella tiene culpa.   La casa es una herencia de la familia de Hank que no tengo idea de como pasó pero, su madre resultó ser pariente de Aurora y ambos son beneficiarios, el desgraciado no trabaja ya que al ser dueño también de la propiedad pasa a ser subsidiado por el Estado como si eso beneficiara en algo a la Casa Hogar.   Los niños que allí residimos, tenemos un beneficio independiente hasta cumplir dieciséis años que nos cubre: comida y escuela, lo demás que es vestido, calzado y enceres personales se adquiere directamente de las donaciones recibidas por la gente adinerada en las galas.   Todos trabajamos en algo más yo estudio y trabajo en las tardes, Josh también lo hace y Lena aunque no trabaja en la calle, si lo hace arreglando pequeñas para fiestas ya que se le dan muy bien los peinados y maquillajes sencillos.   — ¡Madre! No llores mami por favor, tu no tienes culpa de nada, no quiero que repitas eso jamás - le dije serio y ella asintió.   —¿Cómo te sientes mi amor? - preguntó.   —¡Me duele la espalda! Pero no me mata el dolor - respondi con una sonrisa. Aunque en realidad me moría del dolor.   — El médico dijo que cuando despertaras te daría el alta para volver a casa - asentí.   —¡Claro nos vamos madre! ¿Dónde está Lena? ¿Cómo está? - le pregunté ansioso.   — Esta bien amor, no le hizo nada. Nuestra niña no se dejó, lucho en su contra - dice mi madre con lágrimas que me imagino son de frustración.   — Si lo veo de nuevo lo mato madre, no me voy a eximir - me senté en la cama y mi cuerpo se resintió.   Madre me abrazó y mire a Josh por encima de su hombro, también está golpeado de seguro fué porque intentó defenderme. Hank pedazo de mierda Sullivan va a pagarme cada golpe, humillación y sufrimiento que nos  ha hecho pasar. ¡Lo juro!   ************   Al llegar a casa Lena me estaba esperando, tenía en la boca un cardenal y en el ojo izquierdo también, n***o. Nunca me ha gustado ser vengativo pero en cuanto vea al desgraciado de Hank lo voy a reventar por golpearla.   Me abraza llorando y sollozando palabras ininteligibles, la tomo de las mejillas y la obligo a mirarme a los ojos.   — ¿Te encuentras bien?  - le pregunté. Ella asintió con la cabeza.   — ¡Estoy bien! Gracias por protegerme - sus preciosos ojos se llenaron de lágrimas y yo quería más que nada en el mundo golpear a Hank Sullivan.   — ¿Quieres salir? - negó con la cabeza y sonrió.   — Tengo trabajo que hacer y además tarea para mañana en la escuela - es hermosa.   La besé en la frente y me despedí de todos, tengo mucho dolor en el cuerpo pero voy a abrir suscripción en el gimnasio de Elías Hunter porque me voy a preparar para hacerle frente a ese desgraciado.   Fuimos Josh y yo a hacer la suscripción, nos quedamos a ver qué tal funcionaba y me gustó. No le mencioné a  mi madre que entrenaria; ella no quiere como dije antes, piensa que con mi tamaño voy a volverme agresivo, bueno; ella sabrá: mido un metro ochenta y siete y creo que sus temores no son infundados ya que piensa que voy a matar a Hank y no pierde razón, pero aunque no me agrada mentirle, se lo esconderé hasta que cumpla los dieciocho.   En la actualidad...   — ¡Gabriel! ¡Gabriel! - escucho mi nombre, es la voz de Josh.   — ¿Pasa algo amigo? -  No lo miro, estoy ocupado haciendo mis deberes.   — ¿Mira quien está aquí? - giro la cabeza y observo a Mina Eloise junto a Josh mirándome con una sonrisa de lo más insinuante. Rodé los ojos.   — Hola Mina - saludé sin mucho interés. Estoy ocupado.   — ¡Hola Gabriel! Yo... pasaba por aquí para preguntarte si, es decir; ya que cumplimos el mismo día. ¿Podríamos celebrarlo juntos? ¿No? ¿El sábado quizás? - me miró raro.   — ¡No lo sé Mina! No pensaba celebrar nada, el dinero no me alcanza para hacer fiestas, cumplo el miércoles y ese día tengo clases y el sábado trabajo ¡Lo siento! - le dije sinceramente, ella me agrada a veces, pero quiere que sea su novio o algo así y no me gusta para ello. Además Lena la odia porque dice que es una zorra.   — ¡Pero no importa! Estarás conmigo y cuando piquemos el pastel, lo haremos juntos. ¿No te agrada la idea? - negué con la cabeza, no quiero ir ni a su fiesta.   — ¡Lo siento! No me parece buena idea - me miro a los ojos y los de ella se entristecieron.   No me gusta hacer sentir incómodo a nadie pero, ella nunca me ha terminado de caer bien, es presumida, altiva y no le agrada nadie más que ella misma. No se que pretende conmigo pero no voy a ceder.   En este momento no quiero problemas porque estoy a nada de graduarme y quiero  ir a la universidad. Además, cumpliré dieciocho y no deseo perder tiempo con chicas locas que quieran ser mi novia.  Quiero se un profesional para trabajar duro y sacar a mi madre y amigos de esta pocilga.   Deseo ser alguien grande en la vida...   ¡No lo sé, tal vez lo logre! 
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