Capítulo 2.

1657 Words
Soy repartidor de pizza, trabajo con el Sr. Mitchell el italiano dueño de la pizzeria Maccarroni's, es muy agradable y las propinas son todas mías, voy a dejar una en un departamento y terminé por hoy, es miercoles y estoy de cumpleaños ¡já, creo que me tomaré una cerveza! tengo todo el derecho por ser mayor de edad. Gracias a este empleo he podido ayudar a mi madre y estudiar en la mañana. En la escuela no soy tan popular aunque tampoco tan mal estudiante sin embargo, a veces no llego a alcanzar todos los objetivos. Este trabajo me ha ayudado a mantenerme y lo agradezco pero, quiero ser Ingeniero Civil y para eso necesito ser excelente.   Esta es la tercera pizza que solicita esta chica en la semana, siempre me da una buena propina y puedo también disfrutar de la vista porque tiene un cuerpo bellísimo y siempre está un poco... digamos cómoda.  Se llama Clara Simmons es alta, delgada, rubia, sexy con un cuerpo bastante curvilíneo y una cara hermosa. Parece una chica buena pero es la dueña de un club de striptease muy famoso que se llama : "El Ángel Caído".   Mi madre me aconseja alejarme de ella pero me llama mucho la atención aunque es una mujer mayor, debe tener unos treinta y cinco años y está de infarto, pero Aurora piensa que me perdere en ese mundo  ¡Ja! No sabe lo que he hecho a veces.   Abre la puerta muy sonriente:   — ¡Buenas noches!- ¡Dios mío! los ojos se me van detrás de su... Eso que tiene puesto es transparente y se le ve todo. ¡Oh Dios mío mi cuerpo... calma, calma!   ¡Ok! no funciona concentrarme.    Nunca he renido sexo con una chica y me siento últimamente demasiado hormonal, parece que lo que debi descubrir hace mas o menos cuatro años está llegando en este instante como una avalancha y no es que me de miedo pero es abrumador. Aunque quiero, no puedo dejar de mirarla como si fuera algo comestible ¡Dios! Me siento un bicho raro.   — ¿Te gusta lo que ves cariño? - solo asentí muchas veces con la cabeza, se me hacía agua la boca y mi sexo estaba muy duro, se me notaba por el pantalón.   — S-son di-diez dólares Srta. - traté de mirarla a la cara ¡lo juro! pero no podía, su sexo estaba expuesto y mi vista decidió tener vida propia.   — ¿Te quieres sentar mientras traigo el dinero?   — ¡Si, claro gracias! - me senté en la esquina del sofá, miré su trasero redondo y se veía duro, ella llegó al instante. Se sentó del otro lado y abrió las piernas, era la vista más bella que había tenido nunca.   — ¿Te gustaría tocar? - puso la mano en su sexo y la movió en círculos, yo la miraba hipnotizado y comencé a salivar. ¿Por qué se me hace la boca agua? — ¡Si quiero! - respondí.   — ¿Nunca has tenido sexo pequeñin? - negué con la cabeza, ella abrió más las piernas y me dijo:   — Bueno es hora de aprender y yo te quiero enseñar, acerca tu cara aquí -  señaló su sexo abierto, precioso.   Me acerqué y olí deleitandome con ese delicioso aroma, ella me dijo que la lamiera, lo hice según sabía por las pelis porno que de vez en cuando veíamos para masturbarnos, pasé mi lengua por su abertura y luego subí hasta ese botoncito rico que tienen las chicas y que se llama c******s, lamí con gusto.   — ¡Chupalo! - lo tomé entre mis labios y le pegué la lengua  dió un grito cuando lo chupé como un caramelo. Mi boca no dejaba de soltar saliva y más cuando sentí el sabor ácido y dulce del líquido transparente que salía de su rosadita raja.   Me agarró la cabeza y se restregó, sentí que temblaba y gemía, esos sonidos me calentaban más y tuve que sacarme el m*****o porque me estaba doliendo por lo apretado del pantalon y lo grande que estaba; nunca lo había tenido así. Ella lo notó.   — ¡Wow que grande es! - lo tomó en su mano me masturbó, tuve que arrodillarme porque crei que me caería ya que las piernas me fallaron. Mi cuerpo temblaba porque quería correrme y lo retuve apretando los dientes y empuñando el cojín del sofá.   — ¡No lo detengas, córrete! - su voz fué tan firme y demandante que parecía haber activado un botón, al instante me corrí con mucha violencia, tuve que gritar para no desmayarme pues se había metido mi pene en la boca y lo estaba... ¡Oh Dios como lo disfruté! Después que me ordeño caí prácticamente sin fuerzas al piso boca abajo.    La chica aún estaba en el mismo sitio abierta de piernas esperando algo de lo que no tenía idea.   —  ¿Que hago ahora? - la miré con los ojos entrecerrados y ella lo hizo con... ¿Ternura?   — Ven pequeño, desvístete y ven conmigo. - me quité la ropa, me arrastré sobre ella y eso bastó para calentarme de nuevo, volvió a tomarlo en sus manos, cerré los ojos por la sensación, lo envolvió en un condón.   — ¡Eres enorme y aún no terminas de crecer, vas a ser un monstruo! ¿Qué edad tienes? - preguntó mientras me masturbaba.   — Dieciocho, lo siento. Nunca lo había visto así de grande. - le confesé con algo de vergüenza. Soy más alto y fornido de lo normal, no es que me queje pero siempre soy el último de la fila en la escuela y bueno, con eso viene lo demás. Las chicas me miran y creen que soy mayor además, de bien parecido que soy.   — Enorgullecete peque, serás el rey de las chicas... ¿Quieres aprender a usar tu v***a descomunal? - la miré y sonrei muy amplio, afirmando con la cabeza muchas veces. ¡Que diablos! Si el maldito de Hank iba a golpearme siempre. ¿Que más da ser el rey de las chicas? Y me hundí en ella...   **********   Desperté en una cama gigante y con dolor en todo el cuerpo como dije; no habia tenido sexo con una chica, tecnicamente era virgen pero ¿Saben que? Ya no lo soy porque Clara se encargó de proporcionarme el mejor sexo de mi vida y creo que volveré por más. De eso no hay duda. Nunca he sido de los que se adelanta a su edad, como dice mi madre:" cada cosa viene a su tiempo, y si no hay prisa es más satisfactorio."   Nunca supe que significaban esas palabras, quizas lo descubra más adelante porque si todo llega a su tiempo; yo, esto que me está llegando en este momento lo voy a disfrutar en grande. Siento una mano descender por mi espalda y me arqueo a causa del corrientazo que llegó a mi entrepierna directo y sin previo aviso.   —¿Todo bien cachorrito? - se acercó y deslizó sus labios por donde paso la mano y  gemí.   — ¡Yooo, eeeh! ¡Si claro, estoy perfectamente! - deslizó la misma mano acariciando mi espalda baja y la introdujo entre mis nalgas. Quedé inmóvil y tragué saliva muy fuerte.   — ¡Relájate mi cachorrito! Es muy pronto para pervertirte, te quiero disfrutar antes de enseñarte todo lo que deseo que sepas.   Giré la cabeza para mirarla y sonreí, lo de enseñarme lo que desee me encantaria y por los momentoa aún es temprano y quiero que me dusfrute. Me giré para quedar justo frente a su rostro, acerqué  mi boca y roce sus labios: sabe delicioso aunque estuvo algo de tiempo con mi amiguito en la boca y sabe a mi, no me parece desagradable.   Aún me siento un poco cohibido pero al ver que ella se ve... ¡Excitada! Me motiva a seguir, mordi su labio inferior tal como ella lo hizo con el mío, mi m*****o parece de hierro, estoy casi al borde de un paro respiratorio sin embargo la persuado con mi cuerpo de que recueste la espalda en la cama mientras paso las yemas de los dedos en una caricia casi imperceptible por sus deliciosas piernas que me estan enloqueciendo ¡Oh mi Dios! Siento que voy a eyacular y ni siquiera he entrado en ella, tiembla ante mi caricia y yo lo hago tambien cuando rozo su cuerpo con el mío .   No resisto, siento que moriré si no la penetro, la beso profundo y sin dejar de tocarla me ubico entre sus piernas, no quiero lastimarla y para evitarlo coloco las manos a los lados de su cara. Ella separa las piernas y levanta la cadera pero, solo la rozo un poco para que sienta rico o eso creo, yo ya quiero introducirme pero esperaré que lo haga ella. ¡Y sucede!   — Los preliminares son deliciosos cachorro pero estoy necesitada en este momento porque no tengo novio asi que entra de una vez - me habló al oido y temblé más si es posible. Levantó la pelvis nuevamente, y me fui introduciendo poco a poco mientras  gemía y se retorcia atrayéndome más  hacia ella con sus kilométricas piernas enrolladas en mi cadera.   Nunca pensé que mi primera vez fuese con una chica mayor, Clara es hermosa y dulce aunque posesiva y demandante pero sobre todo ardiente.   Gritó mi nombre al alcanzar el orgasmo yo estoy embobado al ver esa reacción, su piel se torno rosada y su boca entreabierta me catapultó a mi orgasmo. Fue genial y lo hice yo solito.   Me despedí de ella y solo dijo:   —¡Nos vemos pronto mi cachorro precioso... - eso es un hecho, al menos de mi parte.   Quedo rendida y exhausta, yo sali del apartamento y me fuí a casa,  ya era bastante tarde y no quería una riña con mi madre.
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