3el trato

3645 Words
Los apresurados de todos tras las puertas del castillo hacían eco en su interior, para su buenas o mala suerte, el rey Golet había recibido una carta que anunciaba el final de su plazo de 300 lunas para pagar su deuda al emperador de Köd. Este miraba atentamente desde el umbral de la puerta el interior del salir repleto de todo lo que había exigido Tüske para no hacer una guerra contra ellos… o al menos Golet sentía que si no lo cumplía acabarían por ser sus tierras unta tumba comunitaria bajo una inmensa capa de hielo. Suspiro frustrado, el calor lo estaba desesperando. -¿Acaso le gustará el calor del sur como para escoger esa época para su llegada?- Respira hondo con una fuerte punzada a un costado de su cabeza debido al intenso calor del verano de ese año. No era el mejor momento para nadie. La única que permanece en calma era Lefko, la lechuza que llegó hace casi un año, siempre tenía una temperatura baja en su cuerpo. Era de esperarse, pero seguía sorprendiendo. Golet se alejo caminando hasta sala del trono, dónde si madre le esperaba ahogada en el vestido que ella misma decidió portar esa mañana. Había un par de sirvientes desesperados abanicando a la antigua reina, pero parecía que se desmayaría en ese instante. Trataba de mantener la compostura pero, ¿Quién diría?, La realeza también suda. -Daria todo y más porque cayese una fuerte lluvia justo ahora.- -dudo mucho que eso solucione mucho está situación, hace unos minutos a una de las criadas del anexo oeste se le cayó un recipiente con pasta de trigo para hornear… ahora tenemos pan plano con algo de tierra. Hubo que segar toda la cosecha de trigo porque se estaba incendiando, para nuestra suerte estamos a lo largo de toda la costa de Emretis. No puedo ni imaginar lo mal que debe estar Sollestri o Helvete, deben estar en la más pura desgracia y ya las tierras desérticas de Eredet ya deben ser inhabitables.- Si así era en Osterta una tierra que abarcaba casi toda la costa muy cercana a dónde se encontraba las fronteras nevadas y dentro del círculo Sarkvidéki la parte donde únicamente había frío y un clima templado, no podía imaginar los reinos más alejados del círculo de Köd. -Jamás me agrado el rey Enrico Konyzó, pero morir de un golpe de calor no es digno para nadie y menos para un rey.- Golet miró a su madre. -moriré de una manera indigna si no me deshago de esta capa de piel pronto. Así que si muero, cuida a Bynra y a mi pequeña Rieta. — suspira pesadamente, su madre lo mira con el ceño fruncido. — Bynra se puede cuidar sola, Rieta es la frágil, es todo un sol.- Golet gira el rostro hacia su madre que sonreía felizmente de pensar en su primera nieta. -Madre, te agradecería eternamente que no compares a que hija con ese demonio sobre las nubes, porque en este momento el solo es lo ultimo que quiero ver.- Las puertas del salir se abren de golpe. -¡Su alteza!, ¡Han llegado!- Informo casi agonizando del calor el guardia que, aún usaba su armadura. Golet los compadecía mucho, si él estaba mal con su vestimenta actual, que no sería de esos guardias en la zona exterior con armaduras y en pleno sol. Tanto Golet como su madre se levantan para recibir a la familia imperial. Salieron del palacio sintiendo un extraño cambio de ambiente, Golet miró al suelo como una oscura sombra cubría todo bastante rápido, levantó su mirada al cielo, no creía lo que veía, poco a poco todo el cielo se encontraba cubierto de oscuras nubes Las puertas del muro externo se abren dejando ver qué, hasta tu entrada estaban cubiertas de una fina capa de escarcha, Golet apenas podía creer el aire tan frío que había fuera, Miro de nuevo al cielo al escuchar fuertes estruendos viniendo de alguna parte del cielo. -Creo que lloverá hoy…- Susurro al sentir como todo el frío se acrecentaba. La escarcha del suelo pasó a ser una fina capa de cristales que pronto serían un firme suelo de hielo. Levantó la mirada varios metros de distancia estaba ese caballero de armadura blanca, sobre un corcel de pelaje n***o. Tras de él cuatro jóvenes. Ladeo un poco la cabeza y vio un carruaje que parecía ser hecho únicamente en plata. -¿Uh?- Sentía que sus botas estaban adheridas al suelo. Le gusto trabajo despegarse del frío huelo que abría atrapado las suelas de su calzado. Detallo a los jinetes de los otros cuatro corceles mientras el frío aumentaba de manera gradual y tortuosamente lenta. A la derecha del emperador había uno con vestimenta militar, no portaba una armadura pero si un uniforme impecable en color n***o, estrecho los ojos fijándose en la capa de piel mullida sobre sus hombres, tenia guantes negros. Subió la mirada y detallo la Corona de color dorado, Era el príncipe, a su parecer el mayor, el primero a la derecha, tras este había uno con un traje similar pero este si portaba una espada consigo, también poseía sobre su cabeza una corona, menos ostentosa pero igual llamaba la atención. Del lado izquierdo estaba otro con exactamente la misma vestimenta y apariencia y de último había uno que por su traje, debía ser un hechicero de alto nivel, pero, destacaba su cabello corto a diferencia del resto, y también llevaba una corona. Ahora la petición de los trajes y distintas vestimentas, en diferentes medidas y estilos, tenía mucho más sentido. Se fijó alrededor y como la fosa hecha bajo los puentes, que estaba repleta de agua que provenía del mar y se alejaba por los rio, ahora estaba congelada hasta donde daba la vista. Cuando ya no soportan el frío y podía ver su aliento en un vapor blanco frente a él saliendo de sus labios era por qué el emperador ya había pisado su tierra, el hielo se había vuelto como la piedra, los vientos del norte soplaban con fuerza. Tüske ya frente a Golet, se retira el casco de la armadura. Los ojos de Golet demuestran su asombro ante la dorada piel del emperador, su blanco cabello y ojos como posos de caramelo caliente, para época desde que se contaban historias con su nombre, realmente podía pasar por alguien de 50 años con relativa facilidad. Podían fácilmente ser más de 300 años. Desde su nacimiento como el guerrero implacable. -Les recomiendo que entren al castillo, la lluvia no tardara.- Golet parpadea Algo confuso y luego mira al cielo. Sin mucho que decir ya que sus labios estaban entumeciendos por el frío, asiente. - Disculpe mi atrevimiento su alteza, pero, ¿Este clima los acompaño a ustedes?- Preguntó Golet mientras caminaban juntos a la par de Tüske. -Si, La emperatriz no soporta los climas cálidos y nuestra princesa no está acostumbrada, y tampoco estoy dispuesto a dejarlas tanto tiempo en el palacio, sin mi presencia.- Su voz era tranquila y mantenía ese tono imperativo. -Comprendo.- Guardó silencio mientras en su interior había una creciente ansiedad al sentirse atrapado. Tenía a su costado al guerrero que deshizo la mayor parte de su ejército con un solo hechizo, suponiendo que fuera uno. Respiró hondo. Miro a su madre de reojo y está parecía estar en la misma situación. Este escucho algo a sus espaldas, unos suaves susurros. Las puertas del palacio se cerraron. Los estruendos de los relámpagos y truenos fuera señalaron el inicio de la lluvia. -Por favor sígannos.- Dijo la reina, sonrió amable, El frío parece haberse quedado afuera. La reina de queda mirando a Tüske unos segundos en silencio, creía haber visto que estaba con una armadura blanca, Pero, ahora tenía un traje similar al del príncipe que caminaba atrás del a su derecha. Solo que en color blanco, al igual que la capa de piel sobre sus hombros y la detallada corona dorada con hermosas joyas que estaba sobre su cabello blanco perla. Siguieron a Golet y su madre hasta un salir donde estaban todas las exigencias del emperador. Golet entro junto al emperador quien observa en silencio todo lo que allí estaba ordenado. -como usted lo pidió, espero que sean de su agrado. — sonrió ampliamente. Tüske se adentro al salón detallando todo lo que sus ojos podían ver, eran realmente magníficas las obras de arte que resultaron ser los trajes para sus hijos, las joyas para Királynő no tenían comparación. Escucho que alguien aclaraba su garganta. Miro a su costado y era Golet. — Antes escuché que mencionó haber traído a la princesa consigo — Tüske asintió con una mirada dura. Golet mantuvo su brillante sonrisa, estaba feliz de haber escuch¬¬¬ado a su madre en sus delirios en medio del silencio de la noche. Para algo tenia que servir ser despertado deliberadamente en el mejor momento de la madrugada cuando le hizo saber de sus curiosos sueños, además de esa forma tan singular de hacer referencia a estos en el “mejor momento”. — Entonces esto podría ser de su agrado. - Uno de los sirvientes del lugar se acerco con un par de cajas decoradas de manera femenina y delicada en el lazo que las cerraba. -¿ya usted lo sabia?- Dudo al instante que abrió la pequeña caja que contenía un precioso broche de color rosado suave con tres perlas, dos mas pequeños con cristales de un tono lila de invierno y uno que era una delicada rosa con un cetro de rubí que relucía a la luz. -Podría decirse que es cosa de alguien que ya tiene una hija. Es una especie de instinto ó algo parecido por así decirlo. — Golet no iba a negar que también había pedido otros por si el recién nacido era varón. Pero nadie tenía porque conocer esos detalles, el silencio fue roto por los susurros de la voz que mejor conocía Golet, tanto Tüske como el, miraron a un costado y al no ver quienes producían esos murmullos se acercaron hasta el umbral de la puerta, encontrando a la antigua reina y a la emperatriz mimando a la niña en sus brazos. — es hermosa, supongo que todos los hijos de la familia imperial han sido tan grandes. — resulto ser que la emperatriz Királynő, era infinitamente mas agradable que Tüske, era mucho mas accesible que sus propios hijos. — La verdad es que no, solo ella nació con esta contextura.- En un principio la madre de Golet pensó que la Királynő estaba muy deprimida, le causo profunda preocupación, sumándole a esto la actitud de Tüske y la presencia de sus cuatro hijos mayores, le hizo pensar en lo peor, pero resulto ser que simplemente su mirada era así. -¿Cuántos años tiene la pequeña princesa? —Angyal intentaba ante todo jalar el cabello de la extraña mujer que seguía cerca de ella, pero no lograba alcanzarlo. — casi un año, unos 10 meses. — Golet al escuchar esto se quedo pensando y luego rio ligeramente. — oh vaya, que coincidencia, nació poco después que mi pequeña Rieta. — Tüske puso su mirada sobre Golet y espero unos segundos para estar seguro de si solo estaba fingiendo o era de tan mala memoria así. — Si, nació una noche a finales de otoño, lo recuerdo bien, la madrugada anterior estuve tratando de mantener el valle al pie de la montaña lo mejor posible para que fuera agradable para Királynő y mi pequeño ángel. — suspiro con frustración. Golet por su parte ante ese comentario trato de pensar en que quería decirle. — les hubiera invitado a usted y al rey de Sollestri pero, no hizo falta en lo absoluto.- Golet guardo silencio y trato de no rendirse ante el desespero que le causaba saber que pudieron hacer mas que solo molestar al emperador, si se hubiesen quedado un poco mas o hubieran ido a la zona mas cercana a al norte quizás fuera razón para acusarlos de querer iniciar una guerra contra algo con lo que, ni siquiera haciendo una alianza con Enrico, lo hubiera podido detener. -¿esta seguro de que no siente curiosidad por los demás obsequios para la princesa?, tal vez a la emperatriz le complazca saber que sus joyas están listas…- Hace todo lo posible por evitar el tema. -Pues si, quisiera saber que otras cosas tenia preparadas, ya que, por lo que veo, si tenia ese “instinto” para saber que la emperatriz esperaba una niña.- Solo sonrió y le tendió la otra caja, esta era más grande. Tüske se encontró con unos bonitos vestidos. -Si no es muy pronto, quisiera saber si podemos hablar de algunas cosas referentes... — le interrumpió. — hablas mucho y muy pomposo, ¿Qué quieres? — Golet guardo silencio y suspiro. —bien, ya que Köd no es un lugar precisamente conocido, me gustaría saber si se podría llegar a un acuerdo entre ambas naciones. Osterta es principalmente un reino de comercio y producción de casi todo tipo de materia, sobre todo las joyas, telas, tinturas y productor marinos. — Tüske seguía viendo los vestidos guardándose su sonrisa par si mismo, pues, si podía imaginar a su pequeña en ellos. —entonces, ¿no tiene ni idea de lo que hay en Köd? — Golet negó con la cabeza. Respiro hondo— bien, entonces supongo que si podemos hablar de ellos y así quizás pueda entender que es lo que tenemos en el norte, si me resulta algo interesante su propuesta, sabiendo que su flota de mercaderes en la más grande del continente es muy provechoso para ambos.- Golet seguía sin entender porque sabía todo eso, si Köd es básicamente un mundo inhóspito de que nada Sale, ni nada entra. O eso es lo que tiene entendido. -entonces concordamos en algo. Si gusta podemos hablar en otro lugar más cómodamente. —dijo Golet entusiasmado internamente. Tüske chaqueo los dedos y los cuatro príncipes entraron. — Volveré en unos minutos.- Ellos asintieron y se quedaron mirando las cosas dentro, Golet salió junto con Tüske y miro de reojo como la emperatriz parecía feliz de ver los regalos para su hija. -¿Por qué le interesa hacer un trato?, me refiero a que, nadie lo intentaría, es nieve y mas nieve finalmente. — seguía por los pasillos hasta llegar a la amplia puerta de la biblioteca del castillo, el único lugar donde podía estar Golet en completa calma. —bueno, es mas instinto de comerciante que interés, si bien, no se precisamente que hay en ese lugar nevado, me interesa mucho ya que mi instinto no me falla, y hay cosas de interés allí. A pesar de ser nieve por doquier, esa hermosa lechuza esta más sana que cualquiera que haya visto en mis tierras. — cerro la puerta ya estando dentro, los libros llegaban hasta el techo y los amplios ventanales dejaban ver la lluvia fuera. —admito que, me valgo de mi instinto y muchas historias que me han contando durante gran parte de mi vida, además, puede que sea solo una leyenda o un mito, pero, muchos cuentan que tiene gran conocimiento en la meditación, el arte de la caza y un extremadamente amplio registro de diferentes clases de magia que ya muchos han olvidado y que ustedes practican. Mi padre solía contarme que una vez su padre fue testigo de la magia que reina en ese imperio, guerreros fuertes, hechiceros de alto nivel y que en algún lugar de su territorio están las armas legadas por el astro mayor—Tüske permanece mirándolo con un brillo de diversión en su mirada por la actitud que tenia, similar a la de un niño, Golet sin perder tiempo o importarle mucho quedar en ridículo, rebusco todo lo que por milenios se había investigado del imperio de Köd, historias, leyendas, mitos, cuentos, escritos, todo lo que su familia, por alguna razón que él desconoce, tenia de ese dichoso misterio. — todo aquello es tal vez un cuento de niños, pero, las cavernas debajo del reino albergan escritos en sus paredes conservados por el inmenso frio que las cubre de una capa de hielo transparente, tal vez sea cierto, que el agua mas pura y la que proviene de sus cascadas de hielo, tendría sentido, puede que esos cuentos de los legendarios titanes de hielo durante la guerra fuera algo real, es una probabilidad, pero, bueno, no puedo asegurar que la entrada a la Armería estelar— abrió un tubo que contenía una inmensa pintura de dicho lugar . — o al reino de los templos sobre el mar sean reales— abrió el libro que estaba junto frente a Tüske, en una pagina con la descripción del lugar y unos dibujos de distintas cosas— o que esos intensos cuentos de la forja de estrellas, el reino sobre los mares, tal vez durante milenios nos hemos ilusionado con cuentos fantásticos, — suspiro y siguió caminando un poco por el lugar. — estando engañados todo este tiempo; Yo no soy un experto pero, ¿no son las leyendas en los rollos de Isca referentes al Imperio de cristal algo muy arraigado a el impero de Köd?, — dejo caer un libro absurdamente grande tanto en tamaño como en grosor, con un alfabeto que desconocía y una lengua que posiblemente ya nadie recuerde. — he empezado a creer que es así, mi padre me decía mucho que donde menos crees que hay algo interesante, es donde hay algo inmensamente valioso, y, si esas leyendas son reales aunque sea una milésima parte de sus historias, entonces han hecho un trabajo impecable durante siglos. — Tüske le miraba con un palpable interés. — digamos, que puede ser así, que es real todo y es infinitamente mejor de lo que la mente de millones de artistas podían retratar, supongamos que tienen una pequeña parte pero es real, ¿Qué ofrecerías de valor para que todo esto fuera posible de ver para ti?, no digo que tu propuesta de antes no sea interesante, ya que es muy arriesgada, pero, escucharte hablar así, me causa mucha curiosidad, es, ¿Por qué crees que existe?, si solo te basas en algo que va de boca en boca, leyendas muy antiguas, mitos que no sabes de donde salieron y escrituras que no creo que puedas entender, esto es mucho mas antiguo de lo que alguna vez vi, es de eras antes de la gran devastación, quizás miles de años antes. Nada te garantiza que así sea, pero, hagamos de cuenta que si, ¿Qué nos podría dar que pueda ser de interés? — Tüske solo observaba las cosas sobre la mesa con genuino interés, Seguía sentado tranquilamente mientras sus ojos de color dorado le veían. Golet se mantuvo en silencio, Tüske seguía ojeando un libro sobre la mesa de madera, esperando una respuesta, si no obtiene una respuesta que sea de su agrado ya tenia la idea de como resolverlo. -suponiendo que exista anta riqueza, no creo que les sea útil nada de lo que hay en Osterta, pero, si les serviría de mucho una flota de barcos inmensamente grandes— Tüske levanta la mirada— la armería estelar y la forja de estrellas son la misma cosa— Golet pasa de largo de eso y sigue hablando— que va de país en país haciendo negocios a gran escala, les seria útil un rey que tiene buena relación con naciones que si bien tiene sus propias riquezas se interesan en las nuestras. Puede ser una frase algo aburrida, pero les puedo dar en el caso de que sea verdad un mundo de opciones para elevar a grandes rasgos el poder económico de la nación. Y ade… ¿Que?—Golet se freno en seco y dirigió sus ojos a Tüske que seguía mirando el gran libro. — que si sigues caminando hacia allá te vas a estrellar.- Golet bajo la mirada y se encontró con unos cuantos escalones. -oh, gracias.- Prosiguió con su monologo de los beneficios de tener una especie de trato. -¿eso es el final o hay un epilogo?- La mirada indistinta de Tüske ante todo lo que dijo Golet no era nada extraño para el mismo. -podría seguir mucho mas. —sonríe. — entiendo, bueno, en ese caso, espero que no lo hagas. — dice son seriedad, le llevo hasta el hartazgo ese bendito monologo. —Se que el comercio tiene inmensos beneficios, en muchos aspectos, pero, es una cuestión que tendría que pensar primero, dar una respuesta así de la nada es muy poco racional, tiene buenos argumentos pero, es algo de mucho cuidado. Además de que si no fuera porque entiendo a lo que quiere llegar y ver que le apasiona lo que consiste en la navegación y el comercio, con esa inmensa diatriba cualquiera se hubiese ido hace poco mas de dos horas, incluso las nubes se aburrieron de escuchar.— señalo al exterior que ya había cesado la lluvia y era de noche, Golet suspiro frustrado por las palabras de Tüske, nadie jamás le había dicho que escucharlo hablar fuese tan aburrido, desistió de darle vueltas al asunto y se sentó agotado mentalmente. — Solo espero que lo tome en consideración, una buena oportunidad para ambos, puede comprobar la calidad de nuestros materiales y también si así lo desea, estar presente en cualquier momento cuando se estén extrayendo, procesando y ver el resultado final y compararlo con el que se hizo especialmente para usted.- -tomare eso como una invitación en cualquier momento, sin previo aviso. —Golet le mira confuso. — ¿acaso ustedes dieron aviso cuando destruyeron mis campos? — solo se quedo callado y acepto que estaba en su derecho de hacerlo.
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