Capítulo 1

1341 Words
Eriel Camino en círculo intentando asimilar la petición de mi hermano —¿Por qué debo asistir a esa fiesta Ariel? Se supone que soy tu socio, no tu esclavo, la jefa de relaciones públicas es tu ninfa, a mí me gusta relacionarme con piernas abiertas. —Se aprovecha que deje de ser un desgraciado. Tome asiento en su silla de gran señor. —¿Quién mierda hace una reunión en una ópera? —Pregunte subiendo mis pies en su escritorio, de alguna manera tengo que cobrarme su castigo. —En mi vida he pisado un lugar como esos. Eso será tan aburrido. Lanza mis pies sin cuidado —No seas idiota, debes ir, eres mi socio, si queremos abrir esa sede en Turquía tienes que ser caballeroso, esta noche su hija tendrá una presentación y el viejo quiere que sea allí, recuerda que esa gente es muy tradicionalista, es un hito en la historia que una chica turca se presente en una obra musical, a los 18 años ya las están casando. —Ese detalle llamo mi atención. —Súmale que también es tu negocio… Maldita sea Eriel —Se queja cuando empino la botella de coñac por completo. —No lo arruines o tu cuñada te sacará de la sociedad. —Ese par de manipuladores, ruedo los ojos. —Esta noche tenía una cita... ¿Conoces a la hija de nuestro socio potencial? —Enarca una ceja. —¿Qué? Yo también quiero llegar a casa y tener una esposa esperando por mí —Digo con diversión. Además en un par de horas estaría agendando mi cita con la psicóloga, mejor dicho, con la asistente, lo haría de forma oral ¿Si entiendes? —Me carcajeo. —Degenerado, debes madurar, tienes que dejar de ser tan infantil, tienes 49 años. Es hora que sientes cabeza, pero no con la hija de un turco, primero te cortan las bolas antes de aceptar que un extranjero deshonre su apellido. —Tengo 49 años bien vividos, déjame en paz, no todos nacimos para jugar a la casita, no quiero hijos y eso es válido, sin embargo, si me interesaría en esa chica la realzaría, por Dios, con un espécimen como yo ¿Quién no se casaría? —Sí, Britany quiso amarrarte, lo olvido, te amarro —Se carcajea. Esa mujer sí que la disfrute, pero todo se complicó cuando ella me dio un anillo, como la rechace, me dejó tres días esposado a su cama, de todas las mujeres debí meterme con una policía, como castigo solamente permitió que bebiera agua ¡Loca! Olía a pestilencia, no permitió que me duchara o hiciera mis necesidades básicas, esos días agradecí a Dios que no me dieran ganas de defecar, me fuera envuelto en mi propia mierda ¡Qué asco! Da la espalda, enfoca la mirada hacia el complejo —No me agradas Ariel, ya no eres mi hermano preferido. —Escribo en su computador «Soy un cretino y mi hermano es el mejor» Lo hice con marcador. —¿Tienes un pañuelo? —Se carcajea —Necesito limpiar mis lágrimas de dolor. —Necesitarás limpiar otra cosa —Digo entre dientes —Cambiemos de tema ¿Qué me darás a cambio? —Lo veo rodar los ojos. —Hermano dame una semana de vacaciones, los eventos públicos me producen dolores de cabeza y ese griterío en la dichosa ópera me provocará una migraña crónica. —Vete al carajo Eriel, aquí tienes la invitación, no la pierdas, es un evento exclusivo, si no la llevas no te dejarán entrar. —La desliza hacia mí. —Te daré un mes de vacaciones, solamente para no escucharte, aunque tú no trabajas, más es lo que te pasas cazando jovencitas en la piscina que tú oficia. Lleva a Marie, ella te asistirá y se encargará de apuntar cada detalle de la reunión —Sonrió, al escuchar ese nombre, de pronto todo se pone interesante, el cuerpo de esa mujer esta noche será mío, es mi asistente, demasiado santurrona, se encuentra casada y no me importa meterme en su matrimonio y arruinarlo, se convirtió en mi obsesión, me rechazo, pero esta noche la seduciré y mi apartamento le dará la bienvenida. —Perfecto, como quieras, me convenciste. —Me levanté y él posó sus dedos en mi pecho —No acoses a esa chica, te meterás en problema. —Me siento ofendido, tú me sugeriste llevarla. No soy un acosador. —Promete que te comportaras y no harás estupideces. —Allí si no puedo ayudarte —Retire su mano —La estupidez vive en mí —Ambos nos carcajeamos. —Tomaré la tarde libre, estaré en la piscina. —Un día la jefa te echará sin importar que eres el padrino de Adán. —Ni tú ni mi cuñada, podrían vivir sin la alegría de este complejo, me largare a Turquía, allá seré el jefe, el rey de los turcos. ¡Bey zopenco! —Miento realmente me dediqué a trabajar todo el resto de la tarde. La puerta se abre de pronto con fuerza —Tío vine a traerte algo antes de irme a casa con mamá —Adán entra corriendo. —Mira —Me muestra un dibujo donde salimos él y yo. Lo abrazo —Esto lo guardaré para restregárselo a Uriel en el rostro. Soy el más guapo, pero mis hermanos no están preparados para esta conversación. —Tío también le hice uno a él, sabía que lo harías, ambos son mis tíos padrinos, es incorrecto, mamá dice que no está bien —Ruedo los ojos —Tu madre. —¿Yo qué? —La ninfa de Ariel se encuentra recargada en la puerta vigilando a su pequeño demonio, por supuesto, así de controladora es con Adán. —¡Cuñada! Le diría a este pequeño galán, que tiene una madre muy sabia. —Sabia y hermosa tío, debemos irnos cuídate. —Adán me abraza. —Suerte esta noche, es un hueso duro de roer —Dánae se refiere al viejo —Deje todo lo indicado con Marie. —Los veo alejarse y sonrió al ver el dibujo, somos él y yo jugando futbol, no dude en colocarlo en el buró de mis sobrinos, en ese lugar se encuentra cada detalle que me han obsequiado, son como mis trofeos personales, luego de tanta mierda algo bonito debía tener en mi vida. *** “Tribeca turca” La historia de un amor sin fin. —Es el título de la presentación musical. —El señor özer lo espera. —Me invitan a caminar, coloco mi palma en la cintura de Marie esta nena sí que está deliciosa, tiembla al sentir mi cercanía —No muerdo a menos que lo pidas —Susurro en su oído. Se remueve incómoda. Seguimos a la chica y no dejo de mirar sus piernas, al llegar a la zona privada de la Ópera el desgraciado viejo no me saludo. —El señor özer pide mantener silencio. —Aprieto mis puños y me siento, lo que tengo que soportar por mi hermano. —Me enviaste a la muerte —Le envió un mensaje al mi socio explotador. La orquesta abre la obra, me fastidio al ver el escenario, todo cambio de un momento a otro suben un último telón de terciopelo rojo, empiezo a salivar cuando la vi, es la mujer más hermosa que he visto en mi vida de perro, es una criatura celestial tocando el violonchelo, lleva puesto un vestido verde, ajustado, enfoco los binoculares que me entregaron ¡Demonios! Seré yo quien la toque, mis dedos la recorrerán. —Mi hija es la que toca el chelo, la chica del vestido verde —Exclama el viejo con orgullo, una sonrisa se dibuja en mí. Creo que una turca se sumará a mi lista internacional. Observo su expresión facial fascinado, muerde su labio inferior y sus estilizadas piernas rodean el instrumento musical con elegancia, así quiero tenerla en mi cama, sintiendo esa pasión que la mueve al crear esas notas musicales.
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