mi pequeño omega

-Shiro ya está el desayuno, baja o se te hará tarde- grito la mujer desde la cocina. Ella es mi madre, Ámbar, una mujer sencilla que al igual que yo es una Omega muy bella, con su larga cabellera rojiza y sus ojos verde esmeralda. Afortunadamente herede su sonrisa carmín y su figura de muñeca. A diferencia de ella que su piel es un tono más oscuro, yo nací con piel de porcelana, tanto que en el colegio me decían que me iba a romper por lo cual nadie quería juntarse conmigo... eso y que soy un Omega problemático. Siempre me gustó tener todo bajo control y si algo no salía como lo planeaba me enojaba y rompía todo a mi alrededor. Creo que eso último lo herede de mi difunto padre, quien no nos dejó ni un centavo a miadre y a mi. Tuve a mis diecisieted años que buscar una manera de sacar adelante mi familia, ya que con lo que ganaba mamá no llegábamos a fin de mes. Luego de ver a mi madre llorar durante meses porque la despidieron del trabajo, pensé, " en qué soy bueno ", y se me ocurrió la idea de meterme en las peleas clandestinas y me fue bastante bien, tengo dieciocho y de veintiocho peleas no he perdido ninguna. La gente se sorprendió cuando vieron a un pequeño Omega entrar al ring, pero con mi agilidad y mis años de trapear el piso con los matones del colegio, gane fácilmente. Desde entonces todos apuestan por el pequeño Shiro. En fin... en un tiempo pensé en dejarlo, ya que había logrado reunir bastante dinero para mantenerme a mi y a mi madre, pero luego ella enfermo, y me ví obligado a usar ese dinero para pagar su tratamiento y sus medicamentos. Ya que para mí el bien estar de mi madre lo es todo. Así que sip sigo en las peleas.