MI HERMANASTRO, MI ENEMIGO

Capitulo 1 Una llamada en medio de la noche me hizo cambiar lo que había logrado, por fin después de tanto luchar contra todo estaba feliz y tenía una vida estable pero parecía que la vida me obligaba a regresar donde los lazos estaban atados y evidentemente no me dejarían sola. Nunca pensé que mi regreso a la ciudad sería tan complejo, me había ido cuando estaba aún muy joven para alejarme de la familia, se supone que tú hogar es la base del amor y de la seguridad pero en mi caso era todo lo contrario. Mi mamá no era ni de cerca la mejor mamá del mundo, toda mujer tiene errores a la hora de cuidar de sus hijos y quizás en una época la podemos ver cómo la villana de la historia, es algo normal y natural pero en el caso de mi mamá verdaderamente era una bruja, no todas tienen ese instinto maternal que se supone nace en las mujeres. Cada vez que tenía oportunidad me humillaba, me repetía constantemente que no me quería o que le había arruinado la vida, me destaque por ser una buena estudiante por ser una de las mejores y conseguir becas pero para ellas mis esfuerzos eran nulos, dejaban de existir por algún otro error. Nunca me dijo quién era mi padre, parecía que quería esconderme ese secreto y yo prefería creer que ella no me quería por ese motivo, quizás había tenido una relación tormentosa, no era fácil para mí de niña aceptar que mi propia madre me detestaba. Se casó con Hank Murphy un viudo joven que había perdido a su esposa cuando dio a luz a su hijo Connor y que estaba buscando una figura materna para el. El era un buen padrastro, rompió todos los miedos que tenía de sentirme rechazada pues me dio su cariño y me trató como una hija desde el primer momento que llegó a casa, Connor en cambio era un niño caprichoso y arrogante, odiaba que mi madre le diera predilección sobre mí siempre me atacaba y lo defendía a el como si fuese una víctima de mis maldades. Aún tengo en mi cabeza un recuerdo muy clavado que me hacía sentir mal cada vez que esa imagen llegaba de nuevo, inclusive lloraba, Connor y yo habíamos discutido aproximadamente yo tendría 15 años y el 17 años. Estaba muy emocionada porque el chico más popular de mi escuela me había invitado a salir, nunca me había sentido bonita y mucho menos especial hasta ese día, fue especial para mí saber que podía gustarle a un hombre. Connor se enfado al enterarse de la noticia sin motivo aparente me dijo enojado :— No voy a dejar que por tu culpa Dereck se burle de mi —. No quise responder, podíamos llegar a ofendernos cuando estábamos alterados y yo usaría un vestido que me había prestado mi mejor amiga, sin más el saco el chicle que tenía en su boca y lo pegó en el centro de mi larga cabellera. Nadie puede imaginar lo doloroso que fue para mí buscar a mi mamá para buscar su ayuda ante esta situación y recibir una cachetada por querer salir con un chico, ella agarro unas tijeras y corto no solo la parte con chicle sino que me cortó todo mi cabello. Ese día entendí que lo mejor que podía hacer era alejarme de mi familia, quería estar completamente sola lejos de ellos, Hank no tenía la culpa y me defendía cada vez que tenía oportunidad pero yo no quería seguir al lado de ella. Suspiré mirándome en el espejo, tenía que hacer algo por mi bien y decidí postularme para estudiar en el extranjero, un internado de España estaba ofreciendo la posibilidad de internados a los mejores estudiantes y decidí inscribirme, saque uno de los mejores puntajes. Hablé con Hank que sin dudarlo me apoyo para cubrir todos mis gastos, estaba decidida a alejarme de la toxicidad de mamá, y en especial de la arrogancia de Connor. Mamá me abrazo algo fría y me susurró algo que me dejaría marcada : — Espero que no regreses — sus ojos se veían fríos y llenos de rabia, me sentía herida pero no esperaba más de ella. Connor también me abrazo pero aunque suene increíble hasta para mí sentí la emotividad de su abrazo como si estuviera arrepentido de todo el daño que me hizo, nuestra relación nunca fue la de dos hermanos si no de dos enemigos y esta vez sería yo la que nunca le perdonaría sus humillaciones y malos tratos. Mi vida en España fue libre, me destaque de inmediato como una buena estudiante y consegui una beca universitaria así que no fue nada complicado dejar de recibir la ayuda de Hank, me daba algo de vergüenza tener que recibir su dinero, pero él era el único que estaba al tanto de mi, de mi mamá no había recibido una sola llamada. — Me siento orgulloso de ti Amelia, me hubiera encantado que Connor fuera un poco como tú — eran sus palabras siempre que me llamaba, Connor no era precisamente el hijo modelo desde la adolescencia era un rebelde sin causa. Connor tenía varios rumores encima, al parecer con 25 años no había hecho nada más que traerle problemas a Hank, había asumido un cargo en la empresa para el que no estaba preparado pues su irresponsabilidad no lo dejaba trabajar de la manera correcta, tenía amoríos con varias mujeres y algunos de los padres de esta chica que eran hombres de poder se enojaban con Hank por la deshonra de su hijo mayor, siempre que llamaba a mi padrastro había una nueva historia del incorregible Connor Murphy, yo no olvidaba lo que me había hecho en esos años donde recibí sus burlas, lo que pasó con mi larga cabellera que con mucho esfuerzo había recuperado de nuevo. Connor era la oveja negra de la familia, a veces sentía un poco de lástima por el, la muerte de su madre era algo que al parecer cargaba tras sus espaldas pues su abuela, por el dolor de perder a su hija le repetía de niño que el tenía la culpa y que no tenía derecho a celebrar su cumpleaños pues era como celebrar la muerte de su madre. Estudié Finanzas y conseguí empleo en una de las más grandes empresas de corredores de bolsa, tenía un puesto envidiable como directora comercial y todo parecía ir bien, a mis 23 años era un prodigio en mi campo, varias empresas me hacían ofertas bastante interesante pero siempre había sido fiel a quien me dio la primera oportunidad. Me enamoré, después de mucho tiempo de pensar que no valía nada y que nadie podía amarme pues era chip que mi madre me había implantado desde que era una niña fue muy díficil abrir un espacio en mi corazón y creer que su valía la pena y que un hombre me podía amar. Josh era un hombre bueno, trabajador, inteligente, los dos habíamos estudiado y trabajado juntos y con el tiempo nació el amor; teníamos un pequeño departamento y empezábamos a comprar cosas para casarnos, el era el más emocionado con esa idea, estaba aferrada a la estabilidad que el me ofrecía. — Queremos que asumas el cargo de CEO de nuestra empresa — me dijeron en una junta de socios mientras sonreía aceptando el cargo que sabía me merecía. Esa misma noche de la gran felicidad de mi vida cité a Josh mi novio en un restaurante para darle la buena noticia sin imaginar que la sorprendida sería yo, él saco un anillo : —¿Quieres ser mi esposa?— preguntó con una gran sonrisa. — Claro que sí — respondí sin titubear, el era el hombre que yo quería en mi vida, el más importante de todo mi mundo. Después del beso y del aplauso de los comensales le conté que me habían nombrado CEO de nuestra empresa, esperaba otra reacción de su parte pero parecía que le había disgustado en sobremanera. — Pensé que ese puesto era mío, llevo más tiempo en la empresa además soy la mano derecha de Thompson — dejo a un lado la copa. — Me lo ofrecieron porque sabes perfectamente que he hecho mucho más méritos que el mismo CEO actual para ser la directora — abrí los ojos, no esperaba está reacción de su parte y más bien una felicitación. El se quedó en silencio, la felicidad del momento había terminado y decidimos regresar a casa, el viaje fue incómodo, no quería reprochar su actitud preferí dejar que las cosas se calmaran y hablar en el desayuno. Esa noche me acosté y escuché mi teléfono sonar, era muy tarde en España pero de día en Estados Unidos así que pensé seguramente era Hank para desahogarse de algún problema en casa. — Hola Hank, me llamaste a tiempo estaba a punto de irme a dormir — me quité el anillo de compromiso y lo puse en la mesita de noche. — No soy Hank, soy Connor.... Papá murió en la madrugada necesitamos que vengas — pidió con la voz entrecortada.