Finalmente atravieso la sala principal de los Reggins aún retumbándome la última oración de Ámbar: "Morder la manzana de la discordia". ¡Si supiera que sus frases pintadas de filosofía realmente no las entiendo! ¡O me niego a entenderlas! —¿En qué piensas? —Pregunta quitándose el calzado deportivo., lanzándolo lejos a algún rincón y marcando dígitos en su teléfono móvil. —Que nunca me involucraría sentimentalmente con Niko, o David Henderson. —Asevero. —Jamás. Eso no sucederá. —Rechisto apreciándola levantar una ceja inquisitiva. —Charlie deberías comprender a éstas alturas del juego nunca decir nunca. —Reprende, —Ya sabes cómo es la vida de caprichosa. Aparte, ¿qué te molesta de eso? —Indaga también aguardando la contestación telefónica. —Son dos hombres guapos, evidentemente adin

