Los ojos de Charlotte brillaron como dos perlas en medio del mar —sí, papi. Esas dos palabras hicieron que Lucas sintiera una emoción desconocida, jamás nadie le había dicho de esa manera, pensó que era algo tierno, a sus treinta y un años nunca se detuvo a pensar en formar una familia, eso no era para él. Suspiró, esperaba que Erin entendiera que tuvo que decir que era el padre de la niña para que pudieran entregársela en el colegio, ya que cuando llamó al chofer, éste le dijo que ella estaba dentro de la casa de reposo, sabía que se tardaría así que por eso le hizo el favor. Le pidió al chofer que en cuánto saliera la llevará a su casa ahí le entregaría a la niña. —Papi… —Dime… —¿Por qué mami no debe saber que se que eres mi papi? —preguntó la niña jugueteando con los botones de la

