La fiesta de aniversario del matrimonio Rivadeneira finalmente había llegado, muchos familiares llegaron a celebrar por los señores de dicho apellido. — Se miran tan enamorados — Kiya sonrió mientras veía bailar a los festejados — han pasado por tantas cosas para llegar a este punto. — Y verás que así vamos a llegar nosotros — Bastián tomó la mano de Kiya y la besó — ten por seguro que tendremos un matrimonio igual de sólido que el de mis padres. — Eso espero — ella sonrió con ternura y cierta vergüenza — deja de ser tan cariñoso que todos te están viendo y no han dejado de hablar desde que vine. — No me importa, que miren que tengo a la mujer más hermosa y más buena del mundo. — Eres un exagerado. Bastián acompañó a Kiya pero se tuvo que retirar un momento ya que debía ir a acostar

