La fiesta finalizó y algunos presentes se quedaron en la casa, no obstante, Yuri, se fue de ahí ya que sus tíos no le habían ofrecido hospedaje.
— Mi vida — Bastián se acostó al lado de Kiya — quiero que empieces a planificar la boda cuanto antes. Te daré acceso a mi tarjeta para que puedas comprar todo lo necesario, le puedes pedir ayuda a mi madre.
— Claro — ella lo besó — ahora vamos a dormir, es demasiado tarde.
Ellos cayeron rendidos ante el sueño. Al día siguiente se despertaron gracias a Zali que no dejaba de brincar en la cama como una loca.
— ¡Ya es de día, despierten! — ella reía divertida — ¡Hay muchos regalos que abrir!
— Zali, esos regalos no son tuyos sino de los señores Rivadeneira — la pequeña hizo un puchero — deja de hacer esos gestos y ve a lavar tu rostro, te apest
