Bastián se apartó del escritorio un momento y fue a ver el libro que Kiya sostenía, este, a pesar de que se encontraba bien cuidado se veía algo viejo, incluso habían algunas anotaciones hechas con lápiz de grafito. — ¿Por qué no lees otro libro? — Porque no tengo otro, los libros de fisioterapia son bastante costosos y pues no me puedo permitir ese lujo. Si este lo tengo es porque la profesora me lo ha obsequiado al inicio de la carrera. — Entiendo, muy bien, no te atraso en tu lectura. Bastián estuvo un buen rato trabajando, Kiya solamente se levantaba para darle algunos masajes en sus pies y que bebiera agua o jugo. — Es hora de ir a almorzar, si quieres puedes ir a la cafetería. Diles que vas de mi parte, en caso de que tengas problemas puedes acudir a Joy que él te va a ayudar en

