Kiya se encontraba en su habitación, ella pensaba lo que Bastián le había dicho y se sentía un poco confusa debido a lo hablado minutos atrás. > En el baño de Bastián, él se encontraba recostado mientras Kiya trataba de asearlo dándole la mayor privacidad posible. — Me gustaría rasurarme, ¿Puedes ayudarme con ello? — Claro, ¿En dónde se encuentra la máquina de afeitar? — Uso navajas, todo es a lo antiguo, ¿Puedes hacerlo? — Claro, mi papá de hecho se rasuraba así. Kiya preparó la crema de afeitar a lo antiguo y se la comenzó a poner con ligereza, ella al tocar las navajas sintió que estaban bien afiladas y se acercó al rostro de Bastián lo suficiente para que él pudiera sentir su respiración. — Tienes unos ojos preciosos — él habló en voz alta y puso nerviosa a Kiya entonces lo

